lunes, 21 de noviembre de 2022

JESPER LINDELL, directo en Little Bobby (Santander)



Jesper Lindell es una de esas personas que dan ejemplo cuando todo se pone boca abajo y no queda más remedio que abrirse paso como sea. Se dedicó a la música gracias a su hermano mayor que, a los trece años de Jesper, le enseñó los primeros acordes en la guitarra al verlo tan hundido, se dedicaba al fútbol y era toda una promesa nacional en Suecia pero sufrió una gravísima lesión que le tuvo varios meses confinado en una silla de ruedas.  En 2019 publicó un primer LP, Everyday dreams, muy alabado en Suecia. Incluso se le vio en los conciertos de homenaje a Leonard Cohen. Cuando se disponía a realizar la gira de presentación del disco tuvo que pasar con urgencia por el quirófano. Se le descubrió una grave enfermedad congénita renal que hizo urgente el trasplante, siendo su propio padre quien terminó donando el órgano para que pudiera sobrevivir. En su último y talentoso disco Twilight, y en la gira 2022 por España, añadió el tema “Christmas Card”, dedicado a su padre en ese “crepúsculo”, lleno de luz, que son sus actuaciones en directo.


La nota de prensa, relativa a su gira por España, dice lo siguiente: «Pocos artistas han resucitado con más clase el espíritu de The Band (colaboración de la hija de Levon Helm incluida, por desgracia no estuvo en el concierto de Santander) que el sueco Jesper Lindell. Junto a su banda, en la que milita el bajista Kristoffer Schander de Blues Pills ofrecerán once conciertos rebosantes de blue-eyed soul, country-folk y rock clásico con sabor a los 70, guiños a Van Morrison y Neil Young, y un cancionero de raíces cargadas de alma».


Jesper Lindell merece el éxito, su fortaleza ante la vida, su voz rasposa y modulada, un grupo compacto y profesional, y una acústica impecable no son para menos. Aquel chico que comenzó a tocar la guitarra de la mano de su hermano en un pueblecito sueco llamado Ludvika es ahora un gran músico que nos hace vibrar con sus composiciones. Anoche lo pude comprobar con un directo fantástico. Jesper, te deseo lo mejor y que te veamos pronto por estos lares, aunque tengamos que conseguir de nuevo la consigna para entrar en ese inigualable  y exclusivo local que es Little Bobby.


jueves, 5 de mayo de 2022

SUMERGIRSE BAJO LA PIEL DEL OCÉANO



Foto: Centro Botín, Santander

He estado visitando las últimas exposiciones del Centro Botín. Ciertamente no me atraían demasiado, pero el arte, cualquier tipo de disciplina, hay que valorarlo personalmente para luego tener una opinión precisa y particular. Una de las salas recoge la primera exposición en España de la norteamericana Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale  incluyendo pinturas, obras sobre papel y tres instalaciones fílmicas creadas en colaboración con el artista neerlandés Edgar Cleijne.  Según recoge la web del Centro Botín “la exposición invita al visitante a sumergirse bajo la piel del océano en un recorrido inmersivo que explora cuestiones sobre la raza, la identidad y la transformación a través de temas como la abstracción modernista y la biología marina”. Otra sala recoge “Itinerarios” que es una exposición anual que muestra los trabajos de los ocho artistas que fueron seleccionados en la última convocatoria de Becas de Artes Plásticas de la Fundación Botín. Las piezas expuestas generan sutiles vínculos sensibles entre ellas, fracturando formal y conceptualmente esta ilusión de independencia que está erosionando nuestros hábitats, vitalidad e imaginación.

Desde mi humilde punto de vista totalmente prescindible. Visitándola me cruzaba a menudo con dos parejas que me miraban sorprendidos y yo les devolvía la mirada cómplice de tanta conceptualidad disuasoria e instalaciones incomprendidas. En un momento dado, al salir de una sala las dos parejas, y yo disponerme a entrar, uno de ellos me dijo” “te va a encantar la sala”. Una vez dentro, la instalación recordaba a varias lámparas y apliques encendidos. Horror!!! Cuando tuve la oportunidad de hablar con ellos coincidimos en el poco gusto expositivo en un lugar con tanta repercusión. Recordamos cuando una empleada de la limpieza tiró por error una bolsa de basura que formaba parte de una exposición de arte moderno presentada en el Tate Britain de Londres.  La obra de arte fue recuperada  en el contenedor de basuras del museo cuando el conservador se dio cuenta de su desaparición.
La obra-bolsa de basura fue realizada por el artista alemán Gustav Metzger en 1960 y titulada sobriamente 'Nueva creación de la presentación pública de un arte autodestructivo'. Colocada sobre una mesa con residuos diversos, la bolsa contenía pedazos de cartón y periódicos viejos. El artista británico Damien Hirst también sufrió una desventura similar, cuando una de sus composiciones, un cenicero lleno de colillas y de paquetes de cigarrillos vacíos, fue arrojada a la basura por una empleada de la limpieza. 
En el Centro Botín, por suerte, todavía no ha habido ningún infortunio pero no me extrañaría que pasara con tanto contenido conceptual y vanguardista de tan dudoso gusto, pero para gustos los colores.

miércoles, 20 de abril de 2022

NOS SENTIMOS VULNERABLES




Estoy leyendo un libro sobre la Segunda Guerra mundial y todas las consecuencias que vivió la población durante esa pesadilla. Y, claro, no dejó de pensar en las penalidades y atrocidades que está viviendo la población ucraniana atacada constantemente por la artillería rusa. Volvemos a la esencia de la brutalidad del género humano que, anteriormente, marcaron Hitler o Stalin y ahora copia Putin, todo por un afán  de seres narcisistas que ansían el poder personal por encima de los intereses de los habitantes de su país. Por desgracia, la guerra degenera a las personas y los hace más herméticos y egoístas, todo ello marcado por el sentido estricto de la supervivencia más radical. En esos casos tan extremos nos sentimos vulnerables. La historia de la humanidad siempre ha estado marcada por esos episodios violentos. El problema es que siempre paga las consecuencias la población civil, que poco o nada suele tener que ver con el conflicto. En las guerras, siempre me preocupan los niños, esos seres indefensos víctimas de conflictos armados. Ellos son demasiado jóvenes para discernir lo que está pasando y no pueden defenderse ante el peligro, están expuestos a problemas emocionales difíciles de cicatrizar y, todo eso, tiene importantes repercusiones en su vida futura. Además de los niños, las mujeres suelen ser víctimas de torturas, desapariciones, violencia sexual. La violación es una forma de tortura en las guerras. En el libro que comentaba al principio dan suficientes datos de esas violaciones constantes por parte de los invasores, los datos son aterradores, los soldados se muestran como fieras salvajes que actúan de manera irracional donde las mujeres de sus enemigos son valoradas  como importantes trofeos de guerra.

No puedo ser optimista con los datos que se manejan sobre esta guerra liderada por un déspota con un botón nuclear que nos mantiene traumatizados por el espanto de una posible guerra mundial, sin embargo, pienso que Rusia está abocada al desastre, los datos de otras guerras siempre han destruido a los dictadores, Stalin, “el hombre de acero” sufrió una hemorragia cerebral y durante varias horas no recibió asistencia médica y Hitler, se suicidó con un disparo de arma de fuego en la cabeza. Esperemos que al nuevo dictador Putin le creen los suficientes problemas internos como para derrocarlo. No será fácil pero debemos creer en el sentido común y librarnos de este asesino, nos va la vida en ello.

domingo, 17 de abril de 2022

NOS HAN ROBADO EL OPTIMISMO


Kiev. Foto: Eldiario.es

 

Esta mañana, cuando he ido a comprar el periódico, he rememorado aquellos domingos de hace ya dos años. Entonces, tras comprar el periódico, daba una vuelta a la manzana para pasear cerca de dos kilómetros siempre próximo a mi hogar. Eso no estaba permitido debido al confinamiento pero siempre buscaba lugares que podían ser cómplices si la policía me pedía explicaciones. Paseaba cerca de establecimientos en los que vendían pan o prensa diaria. Hoy lo he vuelto a hacer, ya sin restricciones, y con la mascarilla anudada a mi codo derecho, y he comprobado que en mi corto recorrido poco han cambiado las cosas en estos últimos veinticuatro meses. Las mismas calles, las mismas ventanas, aunque ya han desaparecido los carteles con frases optimistas que se divisaban desde la acera, los vecinos paseando a sus mascotas y la odiosa música, con canciones alegres y ruidosas, que procedía de un ático para intentar levantar el ánimo a los escondidos habitantes de una ciudad extraña. 

 

Dos años más tarde el virus sigue entre nosotros y, además, nos han “colocado” una guerra destructora e inhumana, los precios han subido un diez por ciento mientras que los sueldos siguen congelados y los ánimos siguen por los suelos. Menudo futuro vamos a dejar a las generaciones venideras. 

 

Llegando a casa, al igual que hago siempre, ya había leído la columna de Manuel Vicent, es lo primero que leo los domingos, escribía sobre algunas razones para seguir viviendo y me vino al pelo debido a los pensamientos que me acompañaron en ese efímero paseo. Decía que la vida era un juego al que había sido invitado y en el que el sol salía todos los días, que el viento llevaba las semillas de un sitio a otro y que los árboles y las plantas crecían para gloria de pájaros e insectos, mientras el mar echaba los dados de este juego con cada oleaje de modo que el tiempo se iba y volvía. He de decir que me animó leer sus enseñanzas filosóficas y, una vez colocada la mascarilla en la cara para entrar en mi edificio pensé en el mar que, por suerte, me acompaña ahora con más asiduidad que nunca y en la belleza del campo en esta incipiente primavera. Pensar en ello no me hace más optimista pero me alegra la vista y el espíritu. Mientras tanto muchas personas, que tienen poco que ver con la crueldad de la guerra, viven con terror e incluso mueren  debido a la tiranía de un sociópata nihilista . Entre unos y otros nos han robado el optimismo.

miércoles, 30 de marzo de 2022

GUERRA EN UCRANIA ¿Hasta cuándo?


Mientras caían las primeras bombas en Ucrania yo alejaba mi mente de ese terror que supone la guerra para guarecerme lo más cerca posible del mar. Paseaba  rápido y no se me iba de la cabeza lo que tuvieron que sufrir mis abuelos en la guerra civil española. Recuerdo conversaciones de mi abuela al respecto sobre sus vecinos y amigos que desaparecían de forma misteriosa en camiones repletos de personas. Sin embargo a ellos, a mis abuelos y sus cuatro hijos, nunca se los llevaron. Supongo que era porque ellos sentían desinterés por la política y, además, eran prácticamente analfabetos, tan solo sabían leer, escribir y conocían las cuatro reglas matemáticas básicas, pero también eran buenos vecinos que intentaban ayudar, a pesar de todas las adversidades que uno puede suponer e incluso muchas más que ni imaginamos en el momento actual. Su mayor problema en aquella coyuntura era que el hermano de mi abuela era capitán de la CNT, del bando que luchaba contra los nacionales, -Al comienzo de la guerra "civil" española, más de un millón y medio de trabajadores y campesinos eran miembros de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), federación de uniones anarcosindicalistas, y 30,000 eran miembros de la FAI (Federación Anarquista Ibérica). La población total de España era entonces 24 millones-. 

Por desgracia, durante la guerra civil en España, fallecieron cerca de 750.000 personas, tres veces más hombres muertos que mujeres. Eran tiempos diferentes que los actuales pero la ansiedad, el terror, el miedo supongo que serán similares a aquellos que parecieron nuestros abuelos.  

Contemplaba sobre mi cabeza las gaviotas, tan alejadas de los pensamientos antibélicos que me acompañaban en esos paseos junto al mar. Por cierto, el mar estaba alterado y llevaba días así, se notaba que las gaviotas no podían pescar y se concentraban, sobre todo las de más edad, en el estanque del municipio, una especie de laguna cerca del mar, donde, junto a palomas y cormoranes, se dedicaban a alimentarse más fácilmente que junto a las grandes olas que rompían en la playa. 

Cerca de un mes estuve analizando los movimientos de las gaviotas leyendo mucho sobre ellas. Aprendí que las más mayores tienen las patas más amarillas y que algunas, más pequeñas que las autóctonas, que tienen la cabecita negra y siempre van juntas, vienen todos los años de Rusia para pasar en el Mediterráneo el invierno, mucho más suave que en tierras federales. Y, cuando pasaban por encima de mi apartamento, todos los días a la misma hora, pensaba “que suerte ser libre para viajar sin problema a otras tierras, que suerte no enterarse de las miserias de los humanos”. Lastimada humanidad, ¿hasta cuándo? 


"No había nada, nada sobre la tierra... Bajo ella, muertos infinitos yacían en confusión, ahora casi tierra ya también ellos, y todavía lastimada humanidad". Francisco Ayala




jueves, 24 de febrero de 2022

NO A LA GUERRA


 

TRIÁNGULO DE ORO

TRIÁNGULO DE ORO (Tailandia, Myanmar - antigua Birmania- y Laos)



Estaba viendo un programa en televisión de Michael Portillo, ese tipo que viste de manera colorida y extravagante, que viaja por el mundo en tren y que pudo ser “Prime Minister”. Fue miembro del gobierno de Margaret Thatcher y, ahora, con una vieja guía de viajes “Bradshaw”, publicada por W.J. Adams entre 1839 y 1961, visita el mundo en ferrocarril. En dicho programa, el expolítico conservador, de origen escocés y padre español, se subió al ferrocarril de la Reunificación de Vietnam para realizar un viaje de 1000 millas desde Ho Chi Minh hasta la capital Hanoi. Y, en un determinado momento, apareció el recorrido del viaje en un mapa y en un punto de dicho plano pude ver el famoso “Golden Triangle” que forma las fronteras naturales de Tailandia, Myanmar y Laos sobre el río Mekong. Esa visión del famoso punto, que pude visitar en 1997, viajando desde Chiang Mai hasta Sop Ruak, el pueblo tailandés donde justamente desemboca el río Ruak en el Mekong, que atraviesa varios países asiáticos para desaguar en el mar de la China meridional, allí (en Sop Ruak) hay un mirador que permite contemplar un pedacito de los tres países al mismo tiempo. Es un espacio que, vistas aparte, es llamativo por sus templos, altares y estatuas budistas, un conjunto en el que destaca especialmente un enorme Buda dorado que corona un templo sobre una gran estructura en forma de barco. También pude atravesar el vetusto puente que une Tailandia y Myanmar. “El triángulo de oro” fue una de las áreas productoras de opio más grande del mundo, la mayor parte de la heroína procedía de allí hasta principios del siglo XXI cuando Afganistán se convirtió en el mayor productor del mundo.

LA VIDA PASA

“¡No hay naciones!, solo hay humanidad. Y si no llegamos a entender eso pronto, no habrá naciones, porque no habrá humanidad".   Isaac ...