domingo, 31 de mayo de 2009

MIS PRIMERAS GAFAS


Cuando era más joven, en casa siempre era requerido para encontrar cualquier cosa que se hubiera perdido. Era infalible. Mi vista era mi mejor sentido. Hoy, estreno mis primeras gafas. Son sólo para ver de cerca. Tengo presbicia, también denominada "vista cansada". Ya sé que no es grave y, también, que la edad no perdona. Me siento un poquito más viejo. Acompaño mi primera foto con gafas.

WALTZING MATILDA

FORMENTERA LADY

viernes, 29 de mayo de 2009

YAGÜE Y LA COLUMNA DE LA MUERTE



MIÉRCOLES, 3 DE JUNIO, A LAS 20 HORAS
Centro Cultural Gaya Nuño. SORIA

CONTRASTES


Soy nómada. No puedo evitarlo. Hoy estoy aquí y mañana acullá (palabra pelín cursi, ¿verdad?). Ha sido así durante toda mi vida. Mi maleta no descansa. Está de acá para allá sin poder reposar (por cierto, he de comprarme una nueva, está para el arrastre –nunca mejor dicho-). Viajar tiene cosas buenas y otras no tan buenas. Es como todo. Hace unos días, hablando con un compañero de trabajo, se refería a los contrastes en los viajes (emprendes el viaje desde una ciudad que no tiene nada que ver con la que te espera). A la mañana siguiente, ahora tan lejana, viajaría a Levante. Lo que supondría perder de vista, por unos días, Soria. En la alta ciudad castellana la vida es apacible, cómoda, segura… pero todo el mundo se conoce y no puedes preservar la intimidad que desearías. Conviene, por tanto, perderla de vista unos días y aprovechar a hacer lo que habitualmente no puedes o no te dejan hacer.

Cuando llego a Levante siempre me impresiona la luz. Sorolla, el gran maestro, supo reflejarla a la perfección en su obra. Los atardeceres son mágicos –la hora bruja-. Siempre los espero con el deseo de quien recibe el mejor regalo. También son espectaculares los amaneceres pero su contemplación me resulta dificultosa, más que nada por el horario, suele ser el momento más placentero para disfrutar de la cama.
También cambia el olor. Soria huele a madera y Levante huele a una diversidad de esencias que en algunos casos no resulta fácil adivinar. Lo que si es apreciable es que su aderezo principal es el aroma a mar (a salitre, a humedad).
Además de colores y aspectos olfativos, otro de los contrastes entre Castilla y Levante son sus gentes. En Castilla la población está muy envejecida, en cambio en Levante es joven. Eso también me llama la atención. Lo oscuro de las vestimentas invernales sorianas se permutan por ropajes de colores divertidos, vivos, joviales. Obviamente, Levante –y cualquier lugar turístico- es más cosmopolita. Se mezclan idiomas y razas sin más preocupación que el compartir tiempo libre, sol y playa. Cuando paseo por Benicarló me llama la atención la saturación de población inmigrante, sobre todo de ciudadanos árabes. Y, aunque en Soria hay, como en todas las ciudades y pueblos de España, gran porcentaje de inmigrantes, en la costa este número se multiplica por diez.
Después de estas pinceladas ataco, por fin, el contraste principal entre la tierra soriana y la levantina. Se trata del clima, claro. Durante el largo y frío invierno soriano tienes que llevar encima más capas (de ropa) que las cebollas. Pero ese dicho ya ha perdido sentido. Por fortuna, la confección de la prendas de vestir ha cambiado. Con las nuevas fibras la ropa ya no pesa y, además, no necesitas llevar encima muchas prendas de abrigo. Un simple forro polar puede ser suficiente para pasear por el campo en pleno invierno. Pero a mi me gusta el calor. También tengo que añadir que no podría vivir sin el invierno, sin la nieve, sin las sensaciones añadidas que supone la vuelta al caldeado hogar. Cuando regreso a Levante abandono todo el ropaje que puedo y disfruto de la libertad que supone la sensación de ir casi desnudo. Pasear olvidando las gélidas jornadas invernales te hace disfrutar mucho más de la templanza eternamente primaveral del Mediterráneo.

Hay muchos otros contrastes, muchas otras situaciones que te hacen recordar lo que has dejado por momentos. En mi vida de viajero he aprendido que cualquier lugar es bueno si te encuentras bien allí. Cualquier momento puede resultar maravilloso si estás a gusto. No sirven recetas. Encuentras tu lugar si estás bien contigo mismo. Todos los lugares tienen su personalidad, sus peculiaridades. Sólo hay que saber encontrar su punto. Pero, por último, soy de los que no puedo vivir sin el mar cerca de mí. El mar es el gran contraste, mi sueño diferenciador, mi guía.

jueves, 28 de mayo de 2009

viernes, 22 de mayo de 2009

MÚSICA



Por fin escucho algo que no sea jazz. Llevo, desde hace dos semanas, repasando voces femeninas actuales y clásicas. Ella Fitgerald, Billie Holiday, Nina Simona Lee Wiley
Bessie Smith…
Si analizo un día normal en mi vida me doy cuenta que estoy enganchado a la música. Muchas veces me pongo en la tesitura de perder algún sentido y en el supuesto de poder elegir entre la vista y el oído, aunque me costaría inmensidades, perdería el oído en favor de salvar la vista. No poder escuchar nunca más sonidos conocidos, voces familiares o música sería para mí una tortura indescriptible. Pero no poder ver…no quiero ni pensarlo.

He repasado un día normal en mi vida (aunque trabajando con discapacitados psíquicos, podrán ustedes comprender que nada es normal, ni falta que hace) y la música ocupa parte importante del tiempo. Siempre ha sido así. Cuando tenía doce o trece años descubrí a Creedence Crealwater Revival. Más tarde el rock sinfónico: Rick Wackeman, Yes, Pink Floyd, Camel,;Jethro Tull, Led Zeppelin. Luego llegó el Jazz y la Clásica. En aquellos años compraba una revista que se llamaba Disco Express. Desgraciadamente perdí aquella colección. Daría lo que fuera por recuperarla. Se trata de esas cosas que formaron parte de tu vida y ya no están. Es imposible acumular todas las pertenencias. Ahora compro Rock Deluxe, una revista más sofisticada (Disco Express era a modo de periódico) y con un CD de regalo. Como podrán ustedes suponer tengo una gran colección musical. Alrededor de 700 discos de vinilo, un disco duro de gran capacidad repleto de música e innumerables CD,s, tanto comprados como copiados. La música siempre ha formado –y formará- parte de mi vida. Me parece un lujo poco considerado.

Recuerdo los primeros conciertos a los que asistí. Duraban 24 horas y se celebraban en el Mercado de Ganados de Torrelavega. Totalmente higienizado para la ocasión, el mercado cambiaba vacas y otros animales por conciertos. Toda una innovación. Recuerdo que llevábamos mantas (o sacos de dormir, los más pudientes) y nos hacíamos un sitio entre tanta masificación humana. El amplio cartel lo formaban los grupos locales Bloque e Ibio, Suck Electornic Enciclopedic, Companyia Electrica Dharma, Lole y Manuel, Triana, Granada… El sonido era demoledor. Recuerdo con gran simpatía a todos esos grupos. Me gustaba especialmente Triana (de hecho sigue gustándome). Sus letras hablan de amor desde un punto de vista muy personal. Lástima, la muerte a una edad tan temprana de Jesús de la Rosa. Pasó mucho más desapercibida que la reciente de Antonio Vega, que hasta ha tenido velatorio en la SGA.

Sin embargo ahora paso bastante de la música española (aunque me gustan ocho o diez grupos) y escuchó más Pop Británico. Me dan venas cíclicas y oigo, como ahora, mucho jazz o mucha clásica. Pero todo depende de cada momento. Recuerdo que leí en algún lugar algo sobre esto. Comentaba una persona que cuando pasaba el aspirador escuchaba salsa. Cuando estoy descansando en mi terraza mediterránea escucho música rítmica. Me encantaría, en esos momentos, escuchar clásica pero el murmullo que hace el mar (insolente animal) ahoga el sonido y es imposible apreciar con absoluta nitidez el contenido musical. Cuando paso el aspirador me pasa lo mismo. Por cierto, esta tarde me toca.

Acabo mi escrito y, mientras lo hago, cómo no, escuchó música. Radiohead, Lambchop. Sencillamente no puedo vivir sin ella.

miércoles, 20 de mayo de 2009

MANUEL LAFUENTE CALOTO HA FALLECIDO EN EL DÍA DE HOY

Manuel Lafuente Caloto. Soria, (1930- 2009)

JUNTO A CALOTO EN LA INAUGURACIÓN DE MI EXPO "ESENCIA"


FOTOGRAFÍAS DE MANUEL LAFUENTE CALOTO

Nunca las desgracias vienen sólas. Tras la muerte de Benedetti, el pasado domingo, ha fallecido en el día de hoy mi maestro de fotografía D. Manuel Lafuente Caloto. Nada más llegar a Soria tuve la suerte de formarme con un curso dirigido por él en la Sociedad Fotográfica Alto Duero. En mayo de 2007, acompañado por nuestro amigo común Andrés Soto, tuvo la deferencia de acercarse a la inauguración de mi exposición "ESENCIA" en la Calle Zapatería de Soria.
Con su muerte, la fotografía soriana, la fotografía española, pierde a uno de sus mejores maestros.
Gracias por todo, Manolo. Descansa en paz.

Manuel Lafuente Caloto es, sino el que más, uno de los fotógrafos de mayor importancia de Soria. Nadie como él ha sabido reflejar los diferentes paisajes y personajes de la provincia.


Premio Nacional de Fotografía 2005, otorgado por la Confederación Española de Fotografía y por la Federación Andorrana; Socio de la Real Sociedad fotográfica de Madrid, y de Honor de la Federación fotográfica de Castilla y León y de las sociedades de Gipúzcoa, Valencia y Zaragoza.Desde 1966 ha intervenido en 25 exposiciones colectivas. Cuenta así mismo con más de 80 exposiciones individuales. Fotografías suyas se han publicado hasta el momento en más de veinte revistas especializadas, y numerosos libros de muy diversos temas se ilustran con sus imágenes.E s coautor de “San Saturio, paisaje, arte, religiosidad”, 1980; “Santo Domingo, Iglesia y Monasterio”, 1985; y “Memorial de Soria”, 1985.En 1997 la Junta de Castilla y León edita su primer libro antológico “Soria cinco Momentos” y en el año 2000 la Diputación Provincial de Soria “Raíces de Soria”. Su obra personal que conserva está compuesta por más de 50.000 fotografías, entre negativos y diapositivas.

domingo, 17 de mayo de 2009

FALLECE MARIO BENEDETTI


El poeta uruguayo Mario Benedetti ha fallecido en Montevideo a la edad de 88 años, tras una larga enfermedad, cuyas complicaciones le han mantenido muy frágil de salud en los últimos tiempos.

El escritor estaba en su domicilio de la capital uruguaya en el momento de morir, informaron fuentes próximas a su familia.

Benedetti fue autor de más de ochenta libros de poesía, novelas, cuentos y ensayos, así como de guiones de cine, fue galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1999), el Premio Iberoamericano José Martí (2001) y el Premio Internacional Menéndez Pelayo (2005).

Su última obra publicada, el poemario Testigo de uno mismo, fue presentada en agosto del año pasado.

Antes de su último ingreso, Benedetti estaba trabajando en un nuevo libro de poesía cuyo título provisional es Biografía para encontrarme.

sábado, 16 de mayo de 2009

EL MUNDO AL ALCANCE DE LOS DEDOS


A rebufo de una entrada en un blog amigo me gustaría dar mi opinión sobre el significado de Internet en lo que a mi respecta. Only, en su espacio, que tiene una mezcla de dibujos animados y de paraísos perdidos, escribe sobre una conversación mantenida con un amigo que vive en el sur de África. Al parecer, desde hace unos días, dispone de Internet en su hogar del continente vecino. En el mundo actual es una herramienta imprescindible, máxime si tienes a tus seres queridos lejos, en la dura distancia que suponen los kilómetros. El amigo de Only hizo una demostración de su utilidad a un nativo conocido suyo. Le enseñó a enviar un correo electrónico y le hizo una demostración del programa Google Eart. El nativo, deslumbrado, no pudo menos que decir: “tienes el mundo en tus manos".

Puedo figurarme la sorpresa del nativo. Me lo imagino comunicando a sus vecinos que el hombre blanco posee una máquina para controlar el mundo. Pensará que es una especie de cámara que vigila todos sus movimientos. No dudo que muy pronto, cuando se corra la voz, se convertirá en el nuevo Dios blanco. Obviamente, tiene el mundo en sus manos.

A ninguno de nosotros, que ahora leemos este texto gracias a los adelantos ciberespaciales, nos suena como nueva la sorpresa recibida por el africano. Todos hemos vivido esta joven revolución. Tiene menos años que algunos de nuestros hijos.
Aunque recientemente he recibido un curso informático a nivel profesional, me considero autodidacta. Comencé a navegar en el año 98. Tan sólo hace once años. Lo primero que me impresionó fue chatear con alguien al otro lado del charco. Me parecía increíble poder intercambiar opiniones, a tiempo real, con una persona argentina, venezolana, chilena, estadounidense. Fue una experiencia maravillosa e irrepetible. A continuación, comencé a descargar música. Era el dueño de creaciones musicales que no hubiera soñado nunca tenerlas a mi alcance. Sin embargo, como amante de la música, sigo comprando prácticamente los mismos CD,s que cuando no existían programas para bajarte música. Considero que poseer un CD original es un privilegio. No se puede comparar con nada. Es cierto que son caros, que la cultura en este país sigue estando al alcance de unos pocos, pero ¿hay algo barato hoy en día? El correo electrónico me sigue fascinando. Me parece increíble que se puedan enviar archivos, fotografías… Poder escuchar la radio, ver películas, la televisión, hablar por teléfono, mantener una video conversación… Hacer reservas de hotel, visitas virtuales a museos… Ver videos musicales…. Y, sobre todo, visitar a tus amigos en esos universos íntimos que te ayudan a conocer a otros individuos, con gustos similares, y a conocerte a ti mismo un poco mejor.

Aunque, como todo, debe ser una herramienta para utilizar adecuadamente. El mundo virtual también es peligroso. Todos nos sentimos acechados por los virus, la pornografía no deseada, la publicidad no solicitada, los ataques a las cuentas bancarias. Pero sobre todo los seres más indefensos: los niños. Es cierto que tenemos el mundo a nuestro alcance pero más cierto es que estamos colgados por unos hilos que manejan nuestra libertad. Alguien vigila nuestros movimientos. No bajemos la guardia pero sigamos disfrutando de la realidad de un mundo virtual.

martes, 12 de mayo de 2009

Percebes, almejas, angulas, caviar y Champagne.


Soy amante de la buena cocina. Es una de mis pasiones (por suerte tengo muchas). El otro día estaba viendo un programa de televisión, concretamente Operación Tufo (no se asusten, no soy asiduo ni de OT, en particular, ni de la tele, en general) y un concursante ganó (no sé decir cómo) una cena para dos. Su pareja, obligatoriamente, tenía que ser una de las chicas del concurso. El concursante eligió chica y menú. Poniéndome en su pellejo hacía yo cábalas sobre qué elegir. Salivaba de gusto pensando en mis manjares favoritos: Percebes de la zona occidental de Cantabria u oriental de Asturias (no vamos a enfadarnos los vecinos por esas minuciosidades); angulas; caviar con un buen vodka polaco; foie gras de Perigord; caracoles al estilo de mi abuela; nécoras hembra con muchas huevas; Almejas a la marinera; chuletón de Aliste o Campoo; algún pescado plano de pincho… regado con buen vino y champagne. El tipo, un chaval de unos veinte años, eligió de menú para él y su chica: pizza, hamburguesas, coca cola para beber y de postre, helado de chocolate. Cuando escuché esto me dio por reír.

Pero eso no es todo. Hace unos días, preguntando a una paisanuca (nada menos que a una cántabra) sobre su comida favorita -quiero pensar que para quitarme de encima- me contestó que mayonesa. Eso sí, me respondió, hecha por mí.

Está visto que hay gustos para todos los gustos, valga la redundancia. Faltaría más. Cuando me pasan cosas como estas siempre pienso que cada vez estoy más lejos de la generalidad. Pero estoy acostumbrado. No me gusta el PSOE ni el PP, ni la música de los CUARENTA PRINCIPALES, ni las pizzas, ni las coca-colas, ni ninguna de las series de televisión. Pero, eso sí, tengo una cosa a mi favor, cada vez me gusto más. No es poco.

lunes, 11 de mayo de 2009

Y, DE REPENTE, SANSE


SAN SEBASTIÁN

Desde el 25 de junio de 2007 no regresaba a San Sebastián. En aquella ocasión visité la Bella Easo (denominación surgida por la creencia en los siglos pasados de que la antigua ciudad romana de Oiasso o Easo se encontraba en la ubicación de la moderna San Sebastián) para asistir al concierto del mítico grupo británico de rock and roll “Rolling Stones”, que congregó a cerca de cuarenta mil personas en el estadio de Anoeta. Esta vez, lo hice por los mismos motivos: otro concierto. Pero un concierto mucho más íntimo, de una de las grandes vocalistas contemporáneas de jazz, Madeleine Peyroux. Sobre su concierto escribí otra entrada en mi blog.

Una vez desprendido del coche se produjo una anécdota feliz al encontrarme con Yang Chen Xiang, ex seleccionador nacional olímpico de bádminton. Se dirigía al Colegio Marianistas, sede del Club de Bádminton más prestigioso del norte de España y con el que siempre he tenido buena relación. Durante los pocos minutos que hablé con él desfilaron por mi mente imágenes del pasado. Conviví con Yang en muchos campeonatos nacionales y fue mi profesor en un curso celebrado en El Escorial. Hacía alrededor de ocho años, tal vez alguno más, que no lo veía pero sigue igual. Un gran tipo.

Tras el concierto, un breve paseo y visita a los bares de pintxos. Eran las diez de la noche y había poquísima gente por la calle. He visitado en muchas ocasiones San Sebastián y nunca había visto la ciudad tan despoblada. Varios de los bares que frecuento estaban cerrados. Así que la opción era entrar a cualquiera de los abiertos. Luego, café en el emblemático Etxekalte, unos de los lugares con jazz en directo durante todo el año, visita obligada cuando estoy cerca del puerto pesquero (ya cada vez más deportivo). Sonaba buen jazz y me fijé en las fotos que decoran el bar. Siempre me fijo en todo.

La visita nocturna finalizó en el mítico “El Nido”, lugar donde he pasado muchas horas escuchando la mejor música, a mi modo de ver, que se “pincha” en San Sebastián. Sobre el Nido podría escribir varias páginas, forma parte de mi historia, pero prefiero no cansar al lector. Lo encontré como siempre pero desierto. Permanecimos allí lo justo y me traje un instante inolvidable. San Sebastián siempre ha sido una ciudad muy católica, conservadora y con muchos prejuicios sociales. Chocantemente, otros sectores sociales –provenientes casi siempre de la Provincia- sin embargo, se han mostrado siempre reivindicativos, fundamentalistas y camorristas. Allá cada cual con su conciencia. Me agradó comprobar, que a pesar de esas etiquetadas sociedades, hay otras más normalizadas. Una pareja del mismo sexo se besaba apasionadamente en el interior del local. Como la música no nos parecía la adecuada para el momento (veníamos de ver en directo a la Peyroux) decidimos marcharnos y poner punto y final a tan larga jornada.

La mañana del viernes amaneció como la jornada anterior. Sirimiri, tiempo gris y desapacible. Desayuné, mirando al mar, en el Café de la Concha, situado en un saliente del centro de la bahía, mientras mantenía una conversación sobre un amigo desaparecido. Tenía que llegar a Soria a comer y fui dejando atrás, bajo una cortina de agua, San Sebastián y todo lo que supone y ha supuesto para mí esa maravillosa ciudad. El viaje fue tranquilo y el tiempo, nada más atravesar la muga (frontera) con la familiar Navarra, seguía siendo primaveral. Tan primaveral como lo era, en ese momento, mi talante. Diana Krall me arropó en el largo camino a casa.

MADELEINE PEYROUX EN EL KURSAAL


Todo lo que había oído y leído sobre Madeleine Peyroux tuvo relevancia en su concierto en San Sebastián, concretamente en el Kursaal, el 7 de mayo. Comenzó con veinte minutos de retraso debido al cambio de sede decidido por la organización. Cuando se establecieron las sedes de su gira por España, se anunció que en San Sebastián la cantante actuaría en el Teatro Victoria Eugenia, un lugar mítico en la ciudad, escenario de los premios del Festival Internacional de cine y que aparece en el corto dirigido por mi amigo Juan Luis Mendiaraz, “Petit Casino”. Al sacar las entradas al concierto, por Internet, supe que se celebraría en Auditorio principal del Kursaal. La sorpresa no acabó ahí. Una vez dentro de la instalación había que visitar una mesa donde te señalaban la nueva ubicación en la sala pequeña del mismo Kursaal.
Así las cosas, en una sala casi repleta ( al noventa por ciento de su capacidad), apareció Madeleine y su cuarteto de músicos. La americana se dirigió al público explicando que el concierto estaría compuesto por temas de amor. Y comenzó con un tema de su último disco “Bare Bones” , por cierto con problemas de sonido, la música ahogaba su dulce voz. Subsanados los problemas, en la tercera canción se empezaba a denotar cierta distancia entre Madeleine y su público. No sabía o no quería llegar a los espectadores o, tal vez, se trate de una personalidad muy tímida. El interrogante no supe despejarlo. Aunque tengo mi versión (nunca mejor dicho). Madeleine nació en el estado americano de Georgia pero a los quince años fue a vivir a Paris con su madre. Allí emprendió su carrera musical en la calle –precisamente una de sus canciones interpretadas en Donostia, en francés, habla de Pigalle- . Cuando se está muchas horas en la calle, al margen de pasar frío o calor, tienes experiencias de todo tipo, muchas de ellas negativas. Entonces se ve a la gente distante, con prisa, todo transcurre como a la fuerza y la situación puede llegar a parecerte irreal. Ese concepto de la gente como masa puede que lo siga teniendo Madeleine. De ahí que se mantenga tan sumamente aislada y dé la sensación que te separa de ella un muro imposible de retirar. Para mi eso no es importante pero para el público, en general, pasa factura y eso se percibió en el concierto. Sin embargo, Madeleine y sus músicos se entregan en lo profesional y el resultado es un sonido compacto y uniforme. Y sobre todo, elegante y sofisticado.
No perdí de vista a la artista en casi ningún momento, salvo para comprobar que todos los músicos manejaban excelentemente sus instrumentos. Y percibí que Madeleine, que canta con una facilidad pasmosa, recuerda, evidentemente, a Billie Holiday. Durante el concierto me devolvió la maravillosa sensación de estar escuchando a una de las más grandes. Su actitud encima del escenario me recordó también a mi admirada Diana Krall, ese distanciamiento que hace de ellas unas divas, lo busquen o no.

Lástima que Madeleine no aprovechara su momento. Tal vez sea conformista con lo conseguido. La actuación, que recorrió todos los temas de su último álbum y tres o cuatro canciones de anteriores discos , tuvo una duración de una hora y ocho minutos. Tal vez no se dio cuenta que se encontraba en la cuna del jazz nacional, en una ciudad que es la sede oficial por prestigio y tradición, de la música que ella interpreta.

Pero Madeleine me enamoró, como antes lo hizo Diana, y ante esa conmoción todo es perdonable. Peyroux estuvo formidable y supo llegarme al corazón. Eso es lo único importante. Le agradezco haberme hecho pasar un rato agradable e inolvidable.

sábado, 9 de mayo de 2009

PUBLICIDAD SEXISTA NO. UTILIZACIÓN DE MENORES TAMPOCO



El cartel que acompaña mi entrada está siendo utilizado por un bar (en este caso de Almería) para promocionarse. Utiliza la foto de dos niños en ropa interior en los que anuncia el precio de sus copas. En la imagen, el niño se asoma a la ropa interior de la niña, que dice en un globo: "Mira, con esto es con lo que voy a controlar tu vida". El bar recurre al sexo de forma injustificada para aumentar la venta de consumiciones mediante un cartel que "abunda en el uso sexista del lenguaje" y lanza el mensaje del "sexo como poder".

La Subdelegación del Gobierno ha dado traslado a la Fiscalía, puesto que la cartelería podría infringir la Ley de Menores. La Junta de Andalucía va a pedir la retirada de la cartelería, al considerar que la imagen empleada podría vulnerar el código deontológico de la publicidad no sexista.

El PSOE almeriense denunció la situación ante la Junta y la Subdelegación del Gobierno, y pidió la apertura de una investigación y la retirada de los 2.000 carteles que se han colocado en distintos puntos de la ciudad, entre ellos las zonas de tránsito a institutos.

viernes, 8 de mayo de 2009

A UN SER ESPECIAL


Cuando regresas de un gran viaje, durante los kilómetros que te separan del hogar sientes nostalgia de lo sucedido en esas horas que pasaran a formar parte de la historia cercana de lo que acontece en tu vida. Has compartido con amigos del alma (y del corazón) momentos únicos que, por experiencia, sabes que tardarán en reproducirse debido a la magia del instante, a ese lapso de tiempo que es imposible devolver.
Hay amigos que están lejos en la distancia y muy cerca del corazón. De esos hablo. Personas que han sabido labrarse, a golpe de paciencia y tesón, una personalidad que siempre permanece inalterable, que son ejemplo de tenacidad. Sus consejos son los adecuados. Su presencia, a tu lado, es vital, te da seguridad y confianza. Sabes que están junto a ti para lo que necesites, sin ningún tipo de cortapisas. Esos amigos que describo son los indispensables. Los que cuesta encontrar y parece imposible que existan. Forman, y formarán siempre parte, de tu pequeño circulo social, preciso, natural y espontáneo. Algunos de estos amigos, de ese tesoro, con una preparación y sensibilidad inigualables, a pesar de haber perdido su estatus social, su trabajo, su independencia, tienen que dar marcha atrás y convivir con lo que hay, con lo que queda. Y retrocediendo en el proceso evolutivo de la persona, saben darnos ejemplo de que todo se puede sobrellevar.
Ahora, muy triste por la perdida de esa inmediatez que ya ha ocurrido pero persistirá en mí durante mucho tiempo, pienso en el calor de esa amistad, medito sus inteligentes consejos, su callada presencia también. Y, sabéis amigos lectores, echo en falta su compañía. La compañía sencilla, emotiva y, siempre, indispensable.

PUENTE UNO DE MAYO (y 2)



El sábado, ojeando el periódico, como de costumbre, mientras desayunaba, apareció el Westy Terrier de mi hermano. Olisqueó la cocina y se fue. A mediodía mi hermano me preguntó si había visto al perro. No lo encontraba. Al parecer se había escapado por el barrio, estaba en celo. Salimos a dar buena cuenta de unas “rabucas” y cuando llegamos a comer todavía no había aparecido. Después de cenar fui a tomar café a casa de mi hermano y seguía perdido. Habían dado parte a las policías locales de Santander y Bezana, municipio próximo a nuestra casa. Mi sobrina preparó unos carteles anunciando la desaparición de Goofy, con dos fotos.
Hacía las diez y media del día siguiente me personé en casa de mi hermano. Somos vecinos. El perro seguía desaparecido. Me llevaba unos carteles para colocarlos en lugares precisos (iba a añadir en todos ellos “se gratificará”, se nos había olvidado) cuando sonó el teléfono. Era información sobre el perro.
La noche anterior, tomando una copa, cada uno de los asistentes dábamos nuestra opinión sobre la desaparición del perro. Había opiniones para todos los gustos. La mía la basaba en la experiencia que tenia. En algunas ocasiones lo llevamos a las dunas de Liencres y no tiene buena orientación. Por ello, opinaba que había salido en busca de alguna perrita y no supo volver, perdió el rastro de su casa.
Puse mi oído al lado del auricular. La persona que llamaba tenía en su poder a Goofy. Llamaba desde Sarón. Estaba en buenas condiciones. Había cenado y dormido en su casa.
Sarón está situado en el interior, a unos treinta y cinco kilómetros de mi casa familiar. Cobraba importancia, por tanto, mi apuesta sobre la desorientación del perro.
Una vez en casa, mi hermano y mi sobrina relataron lo acontecido. Goofy llevaba tiempo deambulando por el bar donde se encontraba la pareja que lo recogió. El bar está a escasos trescientos metros de casa. El chico tiene una perrita de la misma raza que Goofy, en celo, y vive en nuestra zona. Sin embargo, su novia, que vive en Sarón, un perrito como Goofy. Decidieron llevarse a Goofy a Sarón, fuera del alcance de la perra, y al día siguiente visitar al veterinario para comprobar un chip con toda la información sobre Goofy. Una vez comprobados los datos por el veterinario llamaron al teléfono de contacto del perro.
Goofy ahora sale al jardín amarrado y han cerrado todos los posibles lugares por donde pueda fugarse. Al reencontrarse, todos fueron muy felices. Un simple chip puede servir para devolver las cosas a su normalidad.

jueves, 7 de mayo de 2009

MADELEINE PEYROUX HOY EN SAN SEBASTIÁN


Madeleine fue apreciada cuando debutó en Donostia, además de por su encanto cantor y su tranquila y sobria actitud sobre las tablas, por sus dulces y reservadas maneras personales fuera de escena. Un encanto de chica, según quienes la trataron. Y bien que lo recuerda: «San Sebastián me encanta. Es una ciudad preciosa a la que debería de ir más a menudo. Me interesa mucho el debate lingüístico que percibí cuando estuve allí. Me gusta su gente y la comida. Estoy deseando actuar allí».

Lo hará acompañada por un grupo de cuatro instrumentistas y presentando su reciente disco Bare bones (La esencia), que hace ya el cuarto de su colección particular. Después de su alto éxitoso con la grabación anterior, Half The Perfect World (2006), insiste con una obra publicada a comienzos del pasado mes de marzo, grabada en Los Ángeles y con once composiciones, compuestas enteramente por la propia cantante y que ella define como autobiográficas. Y trabajadas de nuevo con el apoyo del productor y bajista Larry Klein. Antes había grabado los discos Dreamland (1996), Got you on my mind (2004) y Careless love (2004).

Según su propia autora, el nuevo título sale de un libro de la monja budista Pema Chodron, que propone «volver simplemente a la esencia, empezar desde cero, relajarse con la muerte y la desesperanza, no luchar contra el hecho de que todo termina y todo cambia sin parar».

martes, 5 de mayo de 2009

PUENTE DEL UNO DE MAYO- 1



Cuando volvía a casa, después de disfrutar colmadamente el puente, escuchando a Diana Krall en la calidez que producen los kilómetros, dentro del automóvil, llegó un momento en qué, por fortuna, desaparecieron todos los coches, acabaron las retenciones, las colas kilométricas. Me encontraba cerca de la provincia de Soria, donde habitamos unos pocos y no se producen atascos como los que vemos en los telediarios en días punta. Ese era el único momento del viaje en que me sentía relajado y agradecí, en ese preciso instante, introducirme en el lugar más despoblado de Europa. A cada habitante de Soria nos corresponderían dos kilómetros cuadrados de terreno, aproximadamente, si hiciéramos una repartición proporcional del territorio provincial. Cuando vivía Chumy Chúmez, en alguna entrevista le escuché hablar sobre dicho reparto. Siempre decía, con su descaro característico, que si tuviera que elegir esa franja de terreno lo haría en la parte que baña la localidad de San Esteban de Gormaz el río Duero. Yo, sin embargo, si pudiera, elegiría la zona de Pinares o del Valle. Me recuerda más a mi querida Cantabria.
Pero, a pesar de encontrarnos bien con esta minoría poblacional, reclamamos que la N-122, que une Soria con Valladolid, se convierta de una vez en la Autovía del Duero. Los políticos, aprovechando la escasa población de Soria, siempre nos han tratado de manera discriminatoria. Esa segregación alguna vez pasará factura a los incompetentes políticos provinciales, regionales y nacionales. Espero que sea lo más pronto posible y siga viviendo aquí para poder disfrutarlo. Propongo a “Soria Ya” (colectivo social reivindicativo), por ejemplo, el siguiente eslogan para las elecciones: “Si no tenéis prisa para abordar la Autovía nosotros tampoco para votaros”.
Pero dejemos a un lado Soria y los políticos. Me gusta ir a contracorriente y, por tanto, evitar los días críticos de escapadas masivas. Pero esta vez, el puente del uno de mayo, decidí visitar a la familia. Pasado Burgos, formaba parte de una caravana de unos cinco kilómetros de longitud, que marchaba a poco más de cuarenta por hora. Además, empezó a llover intensamente. Me arrepentí, por primera vez en el viaje, de formar parte de tan numerosa expedición. Aprovechando que pasaba por Sotopalacios decidí parar a comprar unas “morcillucas” de Burgos y descansar. Del aparcamiento al establecimiento me calé. Una vez dentro, tuve que ir sorteando a la gente para llegar al mostrador. Conseguido el tesoro de arroz y sangre retorné a la carretera. Al llegar a Torrelavega (Torlavega) había una retención de veinte minutos para acceder a la autopista en dirección Santander. Llegué a casa fatigado por la condución. Decía a mis familiares que, salvo los días puntuales de julio y agosto, nunca había visto tanto tráfico en dirección a Santander desde la meseta. Al día siguiente, paseando y tomando unos pinchos por la ciudad, pude comprobar que todo se encontraba a rebosar. La Feria del Libro, instalada en los Jardines de Pereda, también. Sólo pude, desde tercera fila, ver los puestos sin siquiera poder tocar los libros. El escritor zamorano José Manuel de Prada presentaba en uno de los stands su nuevo libro. Como no me gusta su actitud ni sus ideas, sobre todo las de defensor de la Iglesia. además de estar el aforo al completo, seguimos caminando en dirección al Club Marítimo. A pesar del último sol de la tarde el aire corría muy fresco. Los bares, qué lugares, fueron nuestro refugio.

LA ÚLTIMA PALABRA




Ana Rodríguez de la Robla, historiadora, filóloga, articulista, escritora y creadora del blog "Hablemos de Victorias", ha publicado un nuevo libro de poesía titulado "La última palabra". Antriormente, publicó los libros Acción de Gracias (2006), Naturaleza Muerta (2000), La Sombra Sostenida (1997) y Reloj de Agua (1995).

Desde "Escritos en la cresta de una ola" le deseamos muchas ventas, buenas críticas y el reconocimiento que se merece.

lunes, 4 de mayo de 2009

MARLA OLMDSTEAD


Marla Olmdstead es una niña americana de cuatro años. Al menos los tenía cuando se filmó el documental “My kid could paint that” en 2007, traducido al castellano como “Marla, un prodigio del arte”.
Su padre es pintor aficionado y un día, cuando estaba pintando, Marla le dijo que también quería hacerlo. Cuando su pintura estuvo terminada, comprobó que se trataba de una obra de arte. Más tarde, un amigo que tiene un bar les invitó a exponer allí una de las obras. El óleo se vendió por 250 dólares. Un periódico local hizo un reportaje haciéndose eco del prodigio de la niña. Muy pronto se hizo famosa, no sólo a nivel local sino en todo Estados Unidos. Realizó su primera exposición y vendió toda la obra. Ahí empezaron los problemas. 60 minutos, un programa televisivo de gran audiencia, catalogó a los padres de estafadores. Al parecer, colocó una cámara en la habitación donde pintaba Marla, demostrando que su padre la instigaba a pintar de una manera determinada e, incluso, se vislumbraba que ayudaba a la niña con las obras firmadas por ella. Con la polémica dejó de vender.
El documental intenta demostrar que Marla es la autora de las obras de arte pero no aclara exhaustivamente su autoría.

domingo, 3 de mayo de 2009

Duato no hablará de su futuro hasta que no se reúna con la ministra de Cultura


¿Hasta que no se reúna o hasta que se reúna?

Soy un aficionado y cometo faltas al escribir. El problema viene cuando escribes en la sección cultural de un periódico de tirada regional (se nota más). Guillermo, por favor, un poquito más de cuidado.

LA VIDA PASA

“¡No hay naciones!, solo hay humanidad. Y si no llegamos a entender eso pronto, no habrá naciones, porque no habrá humanidad".   Isaac ...