domingo, 25 de julio de 2010

EN SENTIDO FIGURADO


“En Sentido Figurado” es un espacio abierto al pensamiento y a la imaginación; a la concreción y a la conjetura; a la realidad y a la sensación. Es un proyecto que tiene la ilusión de ayudarnos a flanquear por medio de la palabra, la imagen, la pintura y el arte en general, las distancias que nos separan. Es un espacio abierto que te permita expresarte, reflexionar, disentir o concordar, aliviar las tensiones y compartir tus emociones para acercarte a los demás y al yo que habita dentro de ti.

En ese proyecto, anda metido, ¿cómo no? mi amigo Ángel González González, figurando como editor ¿Quién lo diría?
Se trata de una revista literaria que abarca, también, otros ámbitos del arte. Está abierta a colaboraciones y se puede descargar gratuitamente.

lunes, 19 de julio de 2010

TARDE DE VERANO


Tras un mes arrullado por el mar, toca despedirse. Cuando estoy aquí, junto al Mediterráneo juguetón, no añoro nada (o casi nada). Quiero suponer que me encuentro tan a gusto que me siento colmado. En la retirada quedan recuerdos, nostalgia de momentos vividos plenamente y que nunca volverán a repetirse. Son designios de la realidad aniquilada recientemente. No queda otra. Hay que vivir en el propósito de que lo pasado está finiquitado y empeñarnos en mantenernos con la vitalidad necesaria para afrontar el impredecible futuro. Es indispensable marcarnos objetivos qué, a todas luces, sean rentables a la percepción de encontrarnos bien. Hay que mirar hacía adelante e intentar discernir que habrá otros momentos pletóricos. Desentrañar ese espacio abierto hacía la libertad de no sentirnos humillados por esas cuestionables horas de trabajo, imprescindibles para engordar nuestra cuenta corriente.

Me siento bien ahora, haciendo tiempo para que el sol se ponga a mi espalda. Esperando la última hora bruja de un verano excesivamente húmedo y caluroso. Apuro, mientras escribo, una copita de Vinho do Porto –mi droga más dura- y miro, de refilón, un mar en perfecto estado de revista. Algunos bañistas apuran las últimas horas de sol y en la calle la gente pasea relajada. Es verano. Il fait dimanche et tous les jours.

En mi despensa quedan pocas viandas. Tengo hambre. El Oporto, sin duda, me ha abierto el apetito. Partiré un tomate que he comprado en la parte vieja, de su huerta, a una señora y, tal vez, unos espárragos y una tortilla de huevos “de corral”. Pero antes, me permitiré el lujo de escuchar mis discos imprescindibles cuando estoy aquí. Por éste orden (o tal vez no): “Roman Nights”, de Tom Harrell; “Chambre avec vue”, de Henri Salvador; “The Autumns”, de The Autumns; Leonard Cohen in Concert y…

Pasa un velero atrayendo mi atención por momentos. El sol ya se ha puesto y el cielo empieza a colorearse de tonos difíciles de clasificar. Creo que tomaré otro vinito antes de cenar. Esta luz, y esta paz, serán difíciles de olvidar. Mañana, la meseta soriana (también bella, faltaría “plus”) me recibirá. Intentaré aprovechar sus frescas noches para revitalizar mi espíritu un poco alicaído ahora. Pronto volveré.

domingo, 18 de julio de 2010

TOM HARRELL


Tom Harrel y su grupo, despidieron en Peñíscola su gira europea el pasado día 16. Fue una actuación de un gran quinteto presentando su nuevo disco, que tengo ahora, mientras escribo, el placer de escuchar, titulado “Roman Nights”. El buen jazz, el elaborado con el corazón, siempre tiene tintes románticos. Para mí, el jazz, es la música romántica por antonomasia. Y, claro, las noches, suelen ser las más adecuadas para disfrutarlo. Eso me pasó en el concierto del gran Tom, considerado, junto a Winton Marsalis, uno de los grandes virtuosos contemporáneos de la trompeta. Aparte de Harrell, intervinieron Wayne Escoffery, saxo tenor, Danny Grissett al piano y a los teclados, Ugonna Okegwo, al bajo y Johnathan Blake en la batería.

Tom tiene en la actualidad 64 años pero aparenta muchos más. Fue capaz de enfrentarse con éxito a una grave enfermedad y, obviamente, eso deja huella. No obstante, en el escenario, concentrado completamente en la música es puro genio melódico. Entre músicos y admiradores es considerado uno de los iconos indiscutibles del panorama actual jazzístico. Antes de ver su actuación en directo le había visto en televisión y me llamó la atención su manera de estar sobre el escenario cuando no tocaba la trompeta o el flugelhom. Parece una estatua con la cabeza agachada, emitiendo tan sólo algún que otro movimiento de boca o pasando, yo creo que sin ver, simplemente por su conocimiento de cada tema compuesto por él, las hojas de su cuaderno de partituras.
Al día siguiente del concierto busqué en Internet sobre Tom Harrel y he de decir que hay muy poca cosa sobre él en nuestro idioma. Me llamó la atención una cita que decía: “sólo parece estar vivo cuando improvisa”. La persona que lo escribe no debe tener conciencia de lo que es estar vivo. No me gusta cuando se habla así sobre una persona. Por suerte o por desgracia, conozco a muchos seres humanos que para él estarían completamente muertos y, sin embargo, profundizando en sus vidas puedes darte cuenta de que están tan vivos como nosotros. Ya sé que se trata de una manera fácil de describir el estado en que se encuentra en el escenario el gran Tom, pero deberíamos cuidar un poquito nuestras expresiones. Pueden hacer daño.
Durante su interpretación me recordó, en varios momentos, a Chet Baker. Luego en algún otro sitio alguien comentaba lo mismo y me alegró. Decía así: “Su estilo destila una lírica impresionante tras la que se esconde una enorme tensión musical en la construcción de sus solos. Estos son perfectamente estructurados y combina el poder de Clifford Brown, con la suavidad y el intimismo de Chet Baker”.

Mucha suerte, Tom, en tu gira que vas a comenzar en Estados Unidos y que siempre estés tan vivo como en tus conciertos o en tu manera de componer y saber estar. Eres un ejemplo para muchos. Sigue así.

viernes, 16 de julio de 2010

NOCHE DE RECUERDOS


Después de unos días sofocantes de calor parece que el tiempo da alguna tregua. Aprovechando el momento de un sol por desaparecer, recuerdo la noche anterior en un lugar preferente de mi terraza con vistas al mar. El termómetro marcaba veintinueve extenuantes grados y me decidí, al frescor de un Margarita recién elaborado, a poner ¡por fin! uno de mis discos predilectos para momentos espiritualmente despejados. Hay algunos discos que me acompañan en noches como esa. Uno de ellos es un directo de Leonard Cohen que es similar a un concierto que vi, justamente ahora hace tres años. Sonaban esos acordes mientras sorbía, con avidez, traguito a traguito, mi cóctel. Rememoraba momentos especiales, hacía pocos minutos había hablado, en esa sensación de reencontrarme con voces amigas, las que nunca fallan, las de toda la vida, con todos y cada uno de los miembros de mi familia santanderina. Recordé, instantes después de colgar el teléfono, el necesario descubrimiento del canadiense. Se produjo cuando estudiaba primero en Valladolid. Habíamos quedado un grupo de amigos cántabros en un piso de estudiantes. Nada más escuchar los primeros temas del disco que sonaba pregunté de qué se trataba. Era Leonard y nunca supuse que me acompañaría siempre. Yo provenía de una familia sin demasiados recursos económicos y vivía en un piso de La Rondilla, uno de los barrios más humildes de la ciudad. Por tanto, aquel apartamento, donde entonces me encontraba, me pareció extraordinario. Los que allí vivían eran hijos de conocidos profesionales de Santander: médicos, arquitectos, abogados… Tuve la sensación de ser un “don nadie”, aunque mi humildad social no me retrajo de comprometerme a trabajar en la denominada “Asamblea de Cantabria”. Sería largo explicar de qué se trataba, pero a largos rasgos tenía tintes de llamar la atención sobre Cantabria. Nos referíamos a Cantabria cuestionándola como nueva región del panorama nacional. Me incorporé al grupo trabajando en la parte cultural, llevando a Valladolid importantes escritores, músicos, filósofos y artistas, en general, de mi querida tierruca. Evocaciones, que con probabilidad, han venido a mi mente tras charlar con mis familiares.
Esa misma noche, también me vino a la cabeza una negativa experiencia con otro miembro de la burguesía santanderina. Estudiaba entonces en el Colegio Cervantes, frente a la Comandancia de Marina. En algunos recreos solía juntarme con mi hermano y sus amigos, de cursos superiores al mío. Ese recreo acompañé a mi hermano y a Jesús Fiochi, hijo de un armador de la ciudad, a las escaleras de uno de los pisos cercanos al colegio. Yo no sabía nada pero era su cumpleaños y había invitado a mi hermano a comer un bocadillo de anchoas. No tuvo la deferencia de ofrecerme siquiera un mordisco de aquellos bocadillos (por supuesto mi hermano se encargó de darme un muerdo del suyo) y, desde entonces, las anchoas me han parecido el mejor manjar del mundo. Eran tiempos de hambre y fui, en esos momentos, testigo de lo que hubo de padecer el perro de Paulov.
Mi margarita, cómo supondrán, no pudo calentarse. Incluso repetí, mientras recordaba historias sobre las clases sociales. Por suerte, mi abuela me enseñó a no olvidar a la que pertenecí y siempre perteneceré. Espero no defraudarla nunca.
Leonard Cohen está a punto de finalizar su concierto. Escuchó Suzanne. Una historia escalofriante sobre, precisamente, ciudadanos marginales y solitarios de un mundo al que perteneció y, con toda seguridad, sigue perteneciendo. Ese tema musical tiene todo el contenido de las cosas que son de verdad. Yo también intento serlo.

jueves, 15 de julio de 2010

HUMBLE PIE


Al igual que en los “pubs” del Reino Unido, en España nos reunimos alrededor de una cerveza o un vino y hablamos de miles de cosas, casi todas ellas banales. Se platica sobre política, trabajo, actualidad, lo buena que está la tía de al lado o los inmigrantes. Si alguien ajeno grabara cada conversación, con seguridad se nos trataría de “salidos”, racistas, déspotas, ruines o cualquier otro adjetivo merecido. En esos círculos hablamos sin pensar demasiado y nos metemos con cualquiera. No se salva nadie. Con seguridad, en ese mismo ambiente, se comentó que Iker Casillas estaba distraído, cuando perdimos en el mundial con Suiza, con su novia Sara comentando la jugada detrás de su portería. Es comprensible poder pensar eso, ¿no? No es de extrañar que algunos periódicos nacionales pudieran publicarlo. Pero conociendo nuestra sociedad, que hace un chiste de cualquier situación especial, no hay que darle excesiva importancia. Eso, al menos, pienso yo.

Aunque siempre hay alguien, vivimos en una sociedad abierta, tolerante y con ciertas dosis de libertad de expresión, que tiene que hacer bandera de esas situaciones. Recuerdo, en este preciso momento, a Manuel Vicent cuando escribe algo así “no colaboremos a poner nuestra sociedad peor de lo que ya está”. Miriam González Durántez ha salido en defensa de la periodista Sara Carbonero. En un escrito enviado a “The Times”, la española esposa del viceprimer ministro británico, Nick Clegg, acusa de machismo al diario inglés por asegurar en su día que a juicio de la hinchada española Sara, tuvo parte de culpa en la derrota de España ante Suiza por situarse detrás de la portería de su novio Iker, distrayéndolo.
Miriam solicita al rotativo londinense, que tras la victoria española en el mundial, pida disculpas y reconozca su error, comiéndose una “humble pie” (un pastel de humildad). También dice que no hay que culpar a Sara por ese resultado ya que estaba haciendo su trabajo y a las mujeres hay que tratarlas por lo que son no por el trabajo de sus maridos.

James Harding, director del Times, ha contestado en otra carta publicada en su periódico, que niega las acusaciones de machismo y felicita a España por la victoria, aunque no le gusta la “humble pie” y con cierto sarcasmo británico propone a Miriam González, Sara Carbonero e Iker que “si pasan por aquí, vengan a tomar una ración de tortilla”. The Times no sólo publica la carta del director sino que en información sobre el recibimiento de España “a sus héroes” el Times canjea “humble pie” por tortilla de patata, puntualizando, además, que se ha limitado a informar sobre la reacción que hubo en nuestro país tras el partido perdido.

Me imagino a James Harding frotándose las manos ante la carta de González, ¡vaya chollo le ha caído a The Times en tiempos de crisis!
Personalmente, siempre con el respeto a que cada uno escriba lo sea de su interés, la pataleta de la esposa de Nick Clegg me parece exagerada. Bien podría enviar cartas al periódico con un interés más social que el resultado de una conversación de cantina. Si todos escribiéramos cartas al Director sobre asuntos tan banales, cada opinión se convertiría en algo tan surrealista como lo que demuestra la española con cierto poder, eso sí, sobre el resto de los humanos. Ojala, González enviará otro tipo de cartas con un sentido más social y, sobre todo, con asuntos más vitales y preocupantes, que tuvieran un interés más prioritario. Es fácil hacer apología del machismo por situaciones que no tienen excesiva importancia. Se deben hacer por otras más cotidianas, que pasan a diario, y tienen consecuencias mucho más graves.

martes, 13 de julio de 2010

SÓLO SOMOS CAMPEONES DE FÚTBOL


A estas aturas todo el mundo se ha enterado que la Selección de fútbol de nuestro país ha ganado el tan ansiado campeonato del mundo. Por desgracia, los telediarios sólo nos muestran imágenes de esos chicos millonarios (que ahora lo serán más todavía) vestidos con una camiseta, poco discreta y menos glamorosa, que no dejan de moverse encima de un avión, un autobús o una tarima, alentados por cientos de miles de patriotas, mostrándonos a todos, como en la antigüedad, la veneración hacía los guerreros que, al parecer, representan a nuestra nación. Con sus vuvuzelas, sus cláxones y sus ruidosos voceríos han intentado dejar a un lado la crisis, los atentados suicidas y toda la realidad que el mundo sufre día a día. No es que me moleste que España haya ganado en fútbol, aunque no es algo que me preocupe en exceso. El problema es que nada ha cambiado por un gol de Iniesta, Por desgracia, la educación, los valores humanos, que deberían estar por encima de la virtualidad futbolera, siguen en caída libre hacía terrenos preocupantes y nadie hace absolutamente nada. Nos unimos para celebrar un mundial, para aplaudir y celebrar un ardiente beso entre Casillas y Carbonero. Sin embargo, casi nadie se ha enterado de un atentado en un país sin importancia, Uganda, donde ha habido setenta y cuatro victimas, precisamente viendo la final de ese campeonato. Nadie se ha puesto el brazalete negro que debiera recordar que algo está fallando. Somos victimas de nosotros mismos mientras celebramos un éxito que sólo tiene que ver con la demostración de que somos superiores en el rey de los deportes. Sofía, Felipe, Leticia, Villar, Nadal, Gasol y otras autoridades de diversas nacionalidades, se abrazan en el palco de las vanidades, el mismo que olvida que millones de personas mueren todos los días sin llevarse un trozo de pan a la boca. Qué disfruten todos ellos de su millones mientras los que los vemos por la tele tenemos que conformarnos, y gracias, con muy poco dinero ganado en toda nuestra larga vida laboral, tal vez el mismo que todos los nombrados ganan en pocas semanas. Sigamos disfrutando con todos esos potentados señores multimillonarios. Salud, no nos queda otra. La sociedad está perdidamente loca y, desgraciadamente, nadie hace nada por cambiarla.

domingo, 11 de julio de 2010

HERBIE HANCOCK EN EL FESTIVAL DE JAZZ DE PEÑÍSCOLA


Tras un comienzo espectacular, interpretando el primer tema del concierto, el alabado Herbie Hancock hizo tiempo para que llegara al escenario la cantante que realiza en directo los temas de su nuevo disco, “Imagine Project”, Christine. Al parecer había ido a comprarse unos zapatos (que lucía al llegar) y le hacían daño. Todo un montaje para sintonizar con el público que abarrotaba el Palau de Congressos de Peñíscola. Antes de sonar su dulce voz, Herbie presentó el contenido de su nuevo disco, el sueño de John Lennon de unión, paz y responsabilidad global, utilizando el lenguaje de la música y convocando a superestrellas de cada región del planeta para hacer realidad este proyecto. “Imagine” fue la segunda interpretación, para desgranar después, durante dos horas y media, casi todos los temas del disco, intercalando otros más conocidos del gran pianista de Jazz de Chicago. Con la incuestionable calidad de siempre, estuvo acompañado por la jovencita Tal Wikenfeld al bajo, el experimentado Greg Phillinganes a los teclados, el batería Vinnie Colaiuta y el guitarrista Lionel Loueke.
Mediado el concierto, quiso poner de manifiesto la profesionalidad de todos sus músicos haciéndoles improvisar, acompañando con su piano guitarra, acordes imposibles. Todos ellos lo lograron, haciendo vibrar y disfrutar al máximo a los espectadores.
Herbie se mostró como el gran gurú musical que es, logrando lo que pocos pueden hacer: una comunicación y sintonía perfecta entre músicos y público. Toda una experiencia que recordaré durante toda mi vida.
Desde hace décadas tengo varios de sus discos en las vitrinas de mi personal discografía, por ello conozco a la perfección a uno de los iconos de la música moderna. Pocos artistas, posiblemente contados con los dedos de una mano, han sido tan influyentes en el genero, por ello, desde hace muchos años perseguía, sin conseguirlo, ver en directo al gran Hancock. Anoche se cumplió ese sueño y lo viví de manera grandiosa, disfrutando de cada acorde, de cada uno de las voces (todos ellos cantan también divininamente, aparte de tocar sus instrumentos como los ángeles).
Toda una experiencia en una noche mágica y pletórica en todos los sentidos. Gracias, Herbie. Mucha suerte en tu gira europea que se estrenó ayer a pocos metros del Mediterráneo.

viernes, 9 de julio de 2010

CONDUCTAS INDESEABLES


Tuve la desgracia de pasar mi infancia y parte de mi juventud en la época de Franco. Por suerte, mucho ha cambiado desde entonces nuestro querido país, aunque algunas conductas sigan recordándome a aquel periodo oscuro de represión e incertidumbre. Sin ir más lejos, ayer, en el escenario del festival Internacional de Jazz de la ciudad de Peñíscola, concretamente en la Plaza de Santa María, dentro del reciento amurallado, unos gamberros tuvieron la desgraciada idea de “reventar”, en los últimos instantes, el concierto de Dimitri Skidanov Band. Estaba a punto de concluir su placentero y vanguardista recital, cuando cayeron sobre el escenario varios objetos que impactaron en algunos músicos. Eran botellas de plástico rellenas de agua que tiraron desde la parte alta de la muralla a la antigua Plaza de Armas. Los espectadores, indignados, no dábamos crédito a lo sucedido y a pesar de ponernos en pie para vitorear al magnifico grupo para que siguiera tocando, se fueron del escenario por miedo a sufrir otro incivilizado ataque. Con resignación y comentando la jugada, fuimos retirándonos poco a poco de la Plaza, furiosos por lo sucedido. La policía municipal se presentó a los pocos minutos mientras otros compañeros abatían la zona alta de la muralla intentando detener a los degenerados atacantes. Deseo que no vuelvan a repetirse ese tipo de actos que destrozan una actividad cultural en la que estamos implicados músicos, organización y público en general, con la única propuesta de vivir bellos momentos disfrutando del buen hacer de profesionales que trabajan para ganarse un salario dedicándonos su tiempo y su capacitación.
Hoy, sin miedo a ataques violentos, tendré el placer, en el reciento cerrado del Palau de Congresos, de asistir al primer concierto que dará en Europa, presentando su nuevo disco, el pianista Herbie Hancock, con cinco décadas musicales a su espalda y especiales reconocimientos a su trabajo (un Oscar y doce premios Grammy, entre otros). Como supondrán, a dos horas del esperado concierto, estoy emocionado por poder contemplar a uno de mis músicos favoritos.

jueves, 1 de julio de 2010

2 de julio de 2010

Obra que expondré en Madrid (C/ Zurbano, 82) los días del 2 al 15 de julio.

Mañana es uno de esos días en los que se amontona el trabajo. A las ocho y media de la noche, en pleno centro de Madrid, se inaugura una exposición colectiva en la que participo. Allí estarán presentes varios amigos que no veo hace tiempo y me apetecería compartir con ellos esa especial y entrañable noche madrileña. Pero no podrá ser y lo siento. Abdul, sirio de nacimiento, ha organizado la exposición en el Centro Cultural Árabe-Sirio, con participación de grandes amigos: Rufi García, Andrés y José Carlos Ñiguez, Lucía Santamaría, que además presentará su último libro “Mariposa de piel”, Ángel González, Pere Ventura, Geles Conesa,Tony Batles…
Como alguno de ustedes sabrá por mi última entrada al blog, mañana estaré en Peñíscola para ver el concierto de Marcus Miller. Será a las once de la noche, la misma hora en que mi amiga Lidi celebrará la fiesta- primer aniversario de su local “I Avant”. He escusado mi asistencia, al igual que lo hice con la inauguración de la exposición madrileña. No es que la actuación de Marcus Miller sea prioritaria, pero hay otras causas que hacen que anteponga mi viaje a Peñiscola. De todas formas, Lidi me invitará a una copita después del concierto y, seguramente (esto es cosecha propia), acompañada por unos excelentes canapés que tan bien cocina su madre Paquita.
Motivos familiares aconsejarían, además, que viajara a Santander, pero son asuntos que pueden esperar. Estos días de atrás he hablado con mi madre y está eufórica porque van a dedicarle una calle en el barrio en el que vive y tiene ganas de trasmitirme esa gran noticia estando yo presente.
Por lo tanto, mañana será un día muy especial y prometo, con las primeras horas de unas vacaciones oficiales (ya tuve unos días extraoficiales la semana anterior) disfrutar y ser feliz. El domingo, en el artículo semanal de El País, Manuel Vicent decía algo así:”si uno trata de pasar algunos ratos agradables en este planeta la primera regla consiste en no estropearlo más de lo que está”. La vida ya es demasiado dura como para ponerle más trabas. Intentemos disfrutar de ella haciendo que sea más llevadera para nosotros mismos y los que tenemos cerca. En eso estoy.

LA VIDA PASA

“¡No hay naciones!, solo hay humanidad. Y si no llegamos a entender eso pronto, no habrá naciones, porque no habrá humanidad".   Isaac ...