Foto: FuerteHoteles
"Las tiendas de ultramarinos son esos establecimientos de comestibles que se pueden conservar sin que se alteren fácilmente y que remontan su origen a los tiempos coloniales donde llegaban mercancías de América. Las grandes superficies comerciales no han podido hacerle sombra a estos pequeños rincones que ofrecen, además de sus productos, un trato cercano y casi familiar al cliente. Los tenderos suelen ser muy serviciales y te aconsejan en todo momento."
Recuerdo la tienda de "Tucho" en Corbán, tenía prácticamente de todo e íbamos varias veces al día a comprar, siempre hacía falta algo para cocinar, algún producto de limpieza... Entonces era un niño y Tucho y su marido me trataban fenomenalmente, ninguna vez me hicieron sentir que éramos pobres, nunca llevaba dinero se lo apuntaban a débito a mis abuelos y cuando éstos cobraban la pensión abonaban la deuda contraída. Curiosamente, también en la calle Madrid de Santander, donde vivimos en el número 5, frente a la Academia Puente había otra tienda de ultramarinos en la que "gastábamos". El otro día pasé por allí y sigue abierta, supongo que estará a cargo de latinos o chinos, pero sigue abasteciendo al barrio.
G, el mayor, 13 años, saltó como un resorte preguntando ¿qué significa ultramarinos? Su padre, con voz tranquila y acostumbrado a responder a ese tipo de preguntas le explicó que el nombre de "ultramarino" proviene de los productos que antiguamente se vendían en esos establecimientos, tipo tiendas, solían venir de “ultramar”, principalmente de América y Asia, generalmente productos al peso, “a granel”, así como comida envasada: latas, escabechados… Acabamos explicándoles que eran tiendas oscuras con mostrador o mostradores de mármol blanco en donde siempre había impregnado en el ambiente un aroma que les hacía distintos del resto de tiendas. Estoy seguro que pensaron, una vez más, que tipos más carrozas, que aventuritas nos relatan.
De esta maravillosa cena en la que no recuerdo lo que comimos y no hace más de quince días que se celebró, lo que sí recuerdo nítidamente es esa unión alrededor de la mesa, sin tele, sin nada que molestará (ni siquiera sonó ningún teléfono), esa sensación de estar traspasando datos concretos sobre aconteceres íntimos y tradicionales de una generación a otra, como antes lo hicieron nuestros padres y nuestros abuelos, y seguramente lo harán estos pequeños sobrinos.
No hay que perder la costumbre de estar juntos todos los miembros de la familia alrededor de la mesa, para intercambiar información sobre lo que somos, lo que hemos sido e ir avanzando hacía lo que seremos, ganando en progreso sin perder nuestras costumbres familiares más íntimas. Eso trataba de explicar."
28 de noviembre de 2006
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