Los alemanes que conozco son maravillosos, mi querido amigo Bill Brandes, que viajó desde Berlín para jugar conmigo el I Campeonato de España de Crossminton (y creador del deporte Speed bádminton); Alfred Wolf, amigo entrañable de Soria y Cantabria y, también, entre otros, Cristoph Strieder, concejal del Ayuntamiento de Zamora.
Precisamente, ha sido hoy cuando he conocido a Christoph, componente entrañable de ese equipo de Guarido, que es todo un síntoma de cambio en una ciudad que siempre ha sido innecesariamente de derechas. Admiro su abnegación, su compromiso y ese cambio que ha llegado a todos los barrios de Zamora, tan necesitados de ayuda y colaboración.
Me lo presentó Ramiro, el mejor atleta que ha tenido Zamora y presidente de la Ruta del Vino de Zamora, y hablamos sobre nuestra visita a su país, dentro de un par de días. El tipo es extrtaordinario, cercano, y me recomendó en Colmar (Alsacia) visitar el Retablo de Isenheim, obra maestra del escultor Haguenau y del pintor alemán Matthias Grünewald entre 1503 y 1516. Está formado por ocho paneles, siendo el más conocido la tabla de la Crucifixión. Está pintado al tempoe y óleo sobre panel de madera de tilo. Abierto alcanza alrededor de 7,70 metros por 5,90 metros.
Se exhibe actualmente en el Museo de Unterlinden, en la ciudad francesa de Colmar, cercana a Isenheim, de donde procede originalmente el retablo. El retablo es la pieza principal del museo y la que le otorga su renombre internacional. Se expone en la capilla, donde todo está colocado para realzar su valor.
Una de las pestes que asoló Europa desde la antigüedad fue la llamada Peste de Fuego, también conocida como “mal de los ardientes”. Esta enfermedad, cuyo origen era desconocido, era en realidad causada por el hongo llamado Cornezuelo del Centeno, que crecía en el pan corrompido. La muerte era atroz ya que los enfermos sufrían de graves y dolorosas llagas en brazos, piernas y pies, padecían de grandes fiebres y morían en medio de alucinaciones terroríficas. En el siglo X se fundó la orden de los Antonianos, con el propósito de asistir y curar a los enfermos del mal de los ardientes y así se fundaron gran cantidad de conventos de la orden por toda Europa. Este retablo fue hecho para el convento de la orden ubicado en Isenheim, en Alsacia. De acuerdo con la tradición, San Antonio, anacoreta del siglo IV, tenía el poder de curar el mal de los ardientes. Por ello, el Altar de Isenheim fue un encargo para ser utilizado como retablo sanador en la capilla del hospital de la orden.
Fue un placer charlar amigablemente con el Concejal de Turismo que vive en Zamora desde el año 2000, participando en el movimiento vecinal. Tomamos un vino en plena calle, cercanos a los 0 grados de temperatura, pero él llevaba una chaquetita de verano. Por último, me recomendó un libro de un autor alemán, "Del Natural" de W.G. Sebald.En este poema en prosa, Sebald hace del amor y del temor a la Naturaleza su tema decisivo: una obra maestra del lenguaje, sobre la vida de tres hombres que sintieron dolorosamente el conflicto entre Hombre y Naturaleza. El libro o «poema rudimentario», como lo subtituló Sebald, tiene forma de tríptico. El primer panel está dedicado a Matthias Grünewald, pintor de santos, crucifixiones, eclipses y catástrofes, quien vivió los horrores de un tiempo en que se perseguía ya a los judíos y se sacaban los ojos a los vencidos en las continuas guerras. El segundo es la vida de un botánico, G. W. Steller, que se une a una malhadada expedición rusa de Vitus Behring para descubrir la ruta de Alaska. En el último relato, un viaje a la Pinacoteca de Munich con el único fin de contemplar el cuadro de Altdorfer La batalla de Alejandro, sirve a Sebald para reflexionar sobre la condición humana y la Historia. Este libro muestra a un autor increíblemente maduro, dueño ya de todos sus recursos (Kafka, Robert Walser o Bernhard son sólo una presencia lejana) y de una erudición desconcertante.
Llegué a casa con el frío metido en el cuerpo, pero la agradable conversación con Cristoph Strieder, mereció la pena, de las grandes personas siempre recoges una gratificante información. Al regreso del viaje espero comentarle mi visita a Colmar.
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