martes, 12 de noviembre de 2024

LAS NUMANTINAS CLARISAS DE BELORADO

Diez de las religiosas de Belorado junto a familiares y el falso cura de la Pía Unión de san Pablo Apóstol. RTVE


Me he convertido en seguidor de las Clarisas de Belorado, esas monjas cismáticas que al igual que los numantinos han resistido y luchado contra Roma y sus poderes. 


Actualmente hay una demanda de desahucio contra ellas, pero es importante hacer historia de un conflicto que es digno de un folletín o de una película del mismísimo Almodovar. 

Y es que me encantan estos melodramas que tienen como protagonistas a personas sin un perfil esencial en la historia de un país, pero que disputan y crean controversia en lo que creen que es indispensable para un desenlace que es fruto del estudio, de la oración y la vida fraterna desarrollados durante años. 


La cronología de esta  rocambolesca historia nace el 13 de mayo cuando anuncian su salida de la Iglesia Católica. En ese momento entraron en escena un falso obispo excomulgado, Pablo de Rojas, y el portavoz de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, José Ceacero, que llegan a Belorado con el anuncio del cisma. Días después sale del monasterio sor Amparo, una de las 16 Clarisas del convento, al no estar de acuerdo con la abadesa. El 6 de junio, la monjas impiden el paso a   representantes del arzobispado, que intentan dialogar  con la esperanza de reconducir el tema  y llaman a la Guardia Civil. La Benemérita fue requerida también por las propias monjas para denunciar la entrada no autorizada de reporteros en el recinto monástico.

El 21 de junio las monjas  son citadas por un Tribunal Eclesiástico para declarar, pero no se presentan mostrando su posición "unánime e irreversible".

El 22 de junio, el arzobispo de Burgos excomulga a diez de las quince monjas que viven en el monasterio. A finales de julio el Arzobispado de Burgos recibe el informe de la Diputación Provincial en el que se certifica que las diez mujeres excomulgadas por la Iglesia Católica no son vulnerables. 


Hace unas fechas “Burgos conecta” confirmaba que con las exmonjas vivía en el convento el supuesto Obispo Ribeiro, su nuevo guía espiritual. A este respecto, el Arzobispado de Burgos, manifestaba haber tenido conocimiento de la presencia en el monasterio «de personas, algunas ataviadas con trajes eclesiásticos, que carecen de título legal y autorización para permanecer en sus dependencias».


Según “Burgos conecta”, tras la baja laboral de la persona responsable del cuidado de las hermanas mayores (que siguen siendo Clarisas) la comisión gestora contrató a otra persona para este trabajo a la que le habría sido denegado el acceso al recinto cuando se personó junto a un representante de la empresa. Mientras tanto,  las monjas excomulgadas han lanzado un nuevo chocolate, producto por el que son famosas, como símbolo de su resistencia.


Lo que probablemente pasará es que al no ser ya monjas y no formar parte  de la comunidad, ni de la Iglesia, tendrán que abandonar el convento. También, seguramente, el obrador donde fabrican los dulces y chocolates  que les permitía ser autosuficientes. Esto sólo afecta a las nueve excomulgadas, las cinco enfermas mayores seguirán en su hogar donde la Federación de Clarisas enviará a otras monjas para completar de nuevo la comunidad.


Mientras tanto, las exclarisas continúan con su enfrentamiento abierto con el Arzobispado y enrocadas en su posición. La resolución del proceso de la demanda de desahucio puede alargarse hasta un año ya que, a tenor de las declaraciones de las propias monjas cismáticas, que pelearán hasta el final, parece improbable que  la demanda prospere.

domingo, 10 de noviembre de 2024

FINALIZANDO UNA ETAPA DE VIDA


Cine Rex. Soria


Llevo varias semanas recogiendo utensilios del piso, más o menos refugiado en casa. Cuando me asomo a las ventanas, situadas al este y oeste, me paro a pensar en el cambio que ha dado Soria en estos más de cuarenta años que llevo aquí. Compramos el piso, ya lo he narrado anteriormente, en 1982, desde entonces hemos ido perdiendo vistas del exterior debido a la construcción de más pisos y más alturas. Los primeros años divisábamos desde las ventanas del este el “Cerro de Santa Ana”, situado a 1.268 metros de altitud, la ermita de San Saturio… Por el oeste los cambios no han sido tan significativos ya que siempre ha habido un pequeño polígono industrial que se llama “El Viso”, aunque desde hace 5 o 6 años han levantado algún que otro edificio a medio kilometro de distancia de mi vivienda, que aunque no importuna demasiado la vista hacia el viaducto  (una infraestructura ferroviaria  que se construyó para salvar el valle del río Golmayo por parte del trazado del ferrocarril Torralba-Soria) ahora si que están construyendo, al lado de Mercadona, en mi misma calle, una macro vivienda que ocultará ese valle tan hermoso.


Por el momento disfruto, como lo he hecho todos estos años, de esa vista excepcional, tan cambiante con el paso de las estaciones. Ahora, en pleno otoño, los campos están preciosos, con las hojas de los árboles amarillentas y rojizas, y se ve la carretera que va hacia Navalcaballo, el camino de tierra que sube a la montaña, por el que he ido varias veces en bicicleta, la estación del ferrocarril de Cañuelo. Parte de esta vista, cálculo que en un máximo de un año de tiempo, se perderá también, como se han perdido tantos y tantos lugares que formaron parte de mi vida en Soria: Hotel Comercio, los polideportivos de San Andrés  (donde iniciamos el bádminton)  y “La Juventud”, renovados, pero que ya no tienen nada que ver con los anteriores,  cines Alameda y Rex, el hotel de Valonsadero, Discoteca Neón, Cadillac,  Cafetín La Luna, El Son, La Tetería, Mirador-bar Augusto en el río Duero, Real 35, la librería de Antonio Ruiz, aquellos periódicos provincianos “Campo Soriano”, “Hogar y Pueblo”, “Soria Semanal”, y tantos más. También han desaparecido personas conocidas, amigos, la ley de la vida sigue su curso.


Los recuerdos quedan, también muchas anécdotas y vivencias, pero ya nada volverá, las nuevas generaciones avanzan por otros derroteros diferentes a aquello que ya, por desgracia, no existe. Con el paso del tiempo te das cuenta de muchas cosas a las que antes no dabas  importancia, que con tu imprudencia y tus palabras lastimaste a muchas personas, que los amigos son contados y pueden desaparecer en cualquier momento (tal vez no eran tan amigos), que cada experiencia es irrepetible, que lo mejor no es el futuro sino el momento que vives en ese instante, que añorarás siempre a los que has querido y se han ido… y, al final, todo te demuestra que somos sabios demasiado tarde.


“La mayor tragedia de la vida es que envejecemos demasiado pronto y somos sabios demasiado tarde”

sábado, 9 de noviembre de 2024

MI VIDA EN SORIA




A medida que se acerca mi partida definitiva de Soria se acrecienta una melancolía difícil de definir. Cuarenta y seis años dan mucho de sí, muchas vivencias, muchas historias, facetas, viajes, sensación de un hogar que vas perdiendo a medida que trasladas objetos que han convivido contigo todo ese tiempo, es una impresión de tristeza y nostalgia. He vivido muchos malos momentos y otros buenos, pero he de reconocer que debo mucho a Soria por todo lo que me ha ofrecido. 


Durante estos últimos cuatro años no he residido mucho en Soria, salvo unos días de paso para desplazarme a otros lugar: a Zamora, Santander o Peñíscola, y cuando salgo estos días a hacer alguna gestión siempre me encuentro a algún conocido que se para a charlar conmigo. Noto que todos se alegran de verme y me acogen con cariño. Supongo que a ellos les pasará lo mismo que a mi, les encuentro más envejecidos. Nos hacemos mayores y el tiempo no pasa en vano. Es increíble lo sencillo que es realizar cualquier diligencia, te trasladas de un lugar a otro con rapidez, el trato es muy personalizado… realmente es cuando valoras todo lo maravilloso que te ofrece una ciudad pequeña. 

Ayer saludé a mucha gente, charlé con conocidos, tomé un café con un amigo y, claro, te das cuenta que a todo ese protocolo le quedan los días contados, que tal vez es la última ocasión en que los saludas, que te preguntan “¿qué vida llevas?”  y que recuerdas esos momentos vividos junto a ellos que ya son historia.

Hay una larga etapa que está a punto de finalizar en mi vida, es necesaria para seguir adelante, pero se lleva una parte importante de mi que se quedará en la retina. Echaré mucho de menos esta tierra, su paisaje, el clima, las amistades y todo lo que conforma el carácter de algo tan sorprendente y admirable como es Soria. Siempre estará en mi corazón ya que es un pedazo muy grande de mi biografía, de mi memoria, de parte de lo que ahora soy.



Desde el cántabro mar,
también, como vosotros, subí a Soria a soñar.


Gerardo Diego

LAS NUMANTINAS CLARISAS DE BELORADO

Diez de las religiosas de Belorado junto a familiares y el falso cura de la Pía Unión de san Pablo Apóstol. RTVE Me he convertido en seguido...