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Con MICHAEL MOLY, alcalde de Collioure, en el cementerio.
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Cartel de la exposición de VALADE
Después de comer en el restaurante “L´ Insolite” unas galettes y unas crêpes bretonas regadas con auténtica “cidre” brut decidimos acercarnos al cementerio. Mi acompañante quería llevar unas flores a la tumba de Machado. Recordaba perfectamente el camino desde el paseo marítimo, ubicación del restaurante. Justamente al doblar la última calle hacía el camposanto, en un soporte publicitario, anunciaban la exposición de fotografía “Le temps de l´été” de Aurora Valade. Nos detuvimos para contemplar el afiche. En ese momento una señora observaba el mismo anuncio de la exposición. Se dirigió a mí y me preguntó qué me parecía. Le contesté que tenía buena pinta. Entonces añadió: “es una artista especial, sí”, y que ella era parte integrante de la foto que contemplábamos. Comprobé de inmediato que, en efecto, el personaje superior de la izquierda correspondía a ella. Le hice saber que incluso llevaba en ese momento la misma ropa que en la foto. Sonrió algo avergonzada. Luego le expliqué que era fotógrafo aficionado y que iría, sin falta, a verla. Me dijo que la inauguración era al día siguiente, a las once de la mañana, y que estaba invitado. Nos hicimos la foto que acompaña el texto (demostrando que todo lo explicado anteriormente es cierto) y me reveló que era la abuela de los dos niños más próximos a ella en el póster. Nos despedimos con la certeza de vernos al día siguiente en la exposición de su amiga Aurora.
Nada más entrar al cementerio de Collioure lo primero que te encuentras es la tumba de Machado y de su madre, Ana. Está repleta de recuerdos de compatriotas que han pasado por allí: republicanos, colegios, asociaciones, particulares… Estábamos solos y, de repente, aparecieron por sorpresa tres hombres y una mujer. Venían del interior del cementerio. De inmediato reconocí al más alto. Se trataba del alcalde, Michel Moly. En la prensa de Soria había visto fotos suyas con motivo de una reciente visita de la corporación municipal soriana a Collioure. Nos saludó y nos preguntó de dónde éramos. Respondimos, en francés, que veníamos de Soria. Se le iluminó el rostro y se disculpó por no hablar en español, le daba vergüenza. Nos presentó a sus acompañantes, dos corresponsales de “El Mundo” y su secretario. Uno de los periodistas nos explicó que estaban en Collioure ya que el Ayuntamiento de Sevilla pretendía llevar los restos de Machado para, junto a otros poetas sevillanos, hacer una especie de parque temático de los poetas muertos en la capital bética. El Maire (Alcalde) de Collioure me preguntó mi opinión sobre ello. Respondí “a bote pronto” que su lugar de reposo era esa tumba y que en Soria también había oído hablar sobre la posibilidad de trasladar los restos mortales del poeta para compartir nicho con Leonor. Todos los allí presentes aprobaron mi opinión. Nos despedimos con la promesa de saludar a mi regreso a Soria a su alcalde Carlos Martínez.
Todavía quedaba una última sorpresa a nuestra llegada al hotel pero de eso intentaré hablar en otra ocasión.