miércoles, 26 de noviembre de 2008

BUDA EXPLOTÓ POR VERGÜENZA




La joven realizadora iraquí Hana Makhmalbaf (Teherán, 1988) nos obsequia con su primer trabajo como directora. Un film ambientado en Afganistán que nos recuerda al cine dirigido por Bahman Ghobadi (Las tortugas también vuelan).
En la pantalla los niños hacen de adultos. Se trata de un juego. Actúan imitando modelos y eso modelos no son otros que referentes a actos bélicos y violentos, a la guerra que están mamando, por desgracia, desde su nacimiento. Ellos son los testigos de todas las atrocidades cometidas en ese periodo.
Los actores son niños solitarios, niños sin protección, que buscan el contacto, la compañía de otros iguales. Por su edad ese destino se encuentra en la escuela. Allí los niños están separados de las niñas, estereotipo presente todavía en culturas no tan distantes. El hilo conductor de la película es una niña, de grandes ojos y buen corazón, que necesita un cuaderno para asistir a la escuela. Para poder comprarlo se van narrando todas las estrategias que ha de desarrollar. Todo un ejemplo de perseverancia. Cuando con gran esfuerzo lo consigue sus hojas son objeto de deseo por parte de otras personas. Unos hacen barquitos para explicar el camino que tiene que recorrer hasta la escuela siguiendo la corriente del río. Otras sirven como moneda de cambio…

A pesar de las muchas metáforas en la narración lo que siempre está presente, sin apenas ser visible, es la guerra. Una extraña sensación que envuelve todas las escenas.

No se trata de una gran película, tampoco creo que haya sido el objetivo al realizarla, le faltan ingredientes para serlo, aunque al tratarse de una directora principiante tiene mucho merito llegar hasta donde ha llegado. Un documental que nos muestra la realidad de un país abandonado a su suerte. Comienza y termina con imágenes de archivo de la destrucción de dos gigantescas estatuas de Buda (de ahí su título). Desde mi modesta opinión: recomendable.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!
Buena recomendación.
Un saludo.

Fer dijo...

Así da gusto, sabe uno porqué va al cine.
La veré.
Gracias Luis (saludos "corteses").

Luis López dijo...

Todo un placer. Gracias a ambos.

Anónimo dijo...

Ser mujer, joven, iraquí y dedicarse al cine no es algo que resulte ser muy fácil...distinto a si se es hija de un cineasta famoso y millonario, con recursos de sobra a la mano.

En ese sentido, más apreciable la labor de Hana Makhmalbaf que no pretende mostrar un mundo de bellezas donde hay tragedia...por el contrario, reflejar una realidad cruda pero donde aún exista esperanza.

Saludos afectuosos, de corazón.

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