lunes, 1 de diciembre de 2008

MÁSTER EN ALOJAMIENTO

Podría tener un Máster en alojamientos. He estado calculando que durante mi vida habré pernoctado en hoteles -y otro tipo de hospedajes- cerca de mil días. Eso supone aproximadamente tres años si juntáramos todas las jornadas seguidas. Demasiado tiempo en ambientes poco propensos a la intimidad pero que, al menos, sirve para valorar más nuestro hogar y lo que nos ofrece. Cuando estás fuera de casa, en habitaciones impersonales decoradas de manera corriente, echas en falta esas pequeñas cosas que sólo te ofrece tu vivienda.
Como se puede suponer tengo cantidad de anécdotas sobre hoteles. Algunas las recuerdo con satisfacción y otras muchas con desagrado. A bote pronto me vienen a la cabeza recuerdos de actividades fastidiosas, ruidos producidos por otros usuarios que piensan que están solos, molestias procedentes de aires acondicionados, radiadores, cañerías, sonidos exteriores: tráfico intenso, voces, gritos. En esos instantes es, justamente, cuando más evocas tu anhelado hogar. Y, aunque también en ocasiones puede llegar a ser molesto, suelen ser ruidos controlados, conocidos, o simplemente estereotipados que, al parecer, incordian en menor medida.

Durante estos dos últimos meses he pernoctado unas veinte veces en distintos hoteles. La mayoría de ellos utilizados durante mi estancia en Francia. Afortunadamente allí los usuarios son más respetuosos con sus vecinos de habitación que en nuestro país. A las once de la noche ya no se oye un alma. Aunque madrugan son sigilosos en sus movimientos y, sobre todo, educados con los que todavía descansan. A fin de cuentas el resultado final de los comportamientos siempre está relacionado con la educación o la falta de ella.

Mi último alojamiento ha sido en el NH Bálago de Valladolid. Un nombre, por cierto, muy castellano (bálago es la paja larga de los cereales después de quitarle el grano). Está situado en la margen derecha del Pisuerga, por detrás de la Feria de Muestras. El NH Bálago es uno de los hoteles de la cadena española que cuenta con espacio “Nhube”. Se trata de un entorno multifuncional que fusiona los servicios de restauración, ocio y descanso dentro de los hoteles. Cada establecimiento incluye 77 propuestas diseñadas por el afamado restaurador Ferran Adría . Siempre había querido conocer un servicio diseñado por Adriá, sentía curiosidad por saber de qué trata. Y mira por donde el NH Bálago comparte edificio con la sede de mi empresa institucional, la Gerencia de Servicios Sociales.
Pronto me di cuenta que el espacio “Nhube” ha dejado de tener sentido, la comida deja mucho que desear. Un camarero me informa que ya no trabajan con Adriá.
La primera noche utilicé la zona de sauna y jacuzzi. Pedí un albornoz en recepción ya que no había en mi habitación. Me informaron que tenía que ir vestido y cambiarme en la zona del, llamémosle, spa. Cuando estaba poniéndome el bañador un empleado llegó a activar el jacuzzi y la sauna. Tardó unos quince minutos en calentarse y me quedé helado. Todo por el módico precio de diez euros (pasmo incluido).
El segundo día de estancia tuve que utilizar para bañarme medio frasco de gel, no tuvieron la delicadeza de surtir con más geles mi baño. A pesar de ser un cuatro estrellas la calefacción brilló por ausencia en la habitación. Incluso en el restaurante pedimos más calor.
Son detalles, desgraciadamente, que hacen que tu estancia no sea todo lo adecuada que debiera. En esos momentos es, como decía anteriormente, cuando más echas en falta tu dulce hogar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mientras más hoteles se conocen, ¿más aprecias tu casa? Es que con ésto de la calidad del servicio ponen cada limitante que en verdad coarta.

No hay hospedaje perfecto de modo universal...habiendo gustos variados, no hay lugar 100% recomendable. Por ejemplo, aunque experiencia en el área tengo muy poca, me gustan los Hoteles en sectores céntricos, con todo a la mano.

Para mantener en alto lo que significa una marca hay que trabajar bien duro...y, evidentemente, eso se aplica a la hotelería. NH tiene un establecimiento acá en Santiago...y si bien es conocido, no luce como otras cadenas (quizás por cosas como las que describes).

Saludos afectuosos, de corazón.

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