Ya se vislumbra la
primavera. Buena noticia si no fuera por la falta de lluvia que hace
que todo esté tan extremadamente seco. Regreso de una visita al
Mediterráneo, un compañero algo más tranquilo que mi verdadero
mar, el Cantábrico, tan provocador y violento, a veces. Por
aquellas tierras la primavera ya está afianzada, se nota en las
ramas de los árboles plagadas de flores rosas y blancas; en sus
gentes rezumantes de paz; en los cada vez más largos atardeceres y
en los madrugadores amaneceres llenos de luz y calor.
He aprovechado para gozar
con el silencio nocturno, reservando tan sólo algo de sonido a la
magia que produce el mar acunándote. He dormido mucho y he leído
otro tanto, acompañado siempre por mis últimas adquisiciones
musicales, que se escuchan mejor junto al mar y en la armonía que
origina estar relajado a todo lo que te rodea. He estado leyendo -y
sigo en ello- un libro muy extenso, tanto en páginas como en
contenido. Trata del paso del tiempo en un grupo de personas, unidos
por la amistad, el trabajo y la familia. Situaciones cotidianas que
se acercan a la realidad de cualquier persona. El amor en la
universidad, los hijos, la distancia que establece en las relaciones
el discurrir de los años, los trastornos de la separación… He
bebido buenos vinos junto a los amigos, descubriendo nuevas zonas
emergentes donde se están elaborando caldos excelentes, y, sobre
todo, he dejado que el tiempo pasará sin yo proponer la medida, sin
horarios ni condiciones. La soledad y el aislamiento también sirven
para innovar pensando y para intentar olvidar esa ola imperante de
pesimismo que han producido los políticos.
A mi regreso, he
agradecido que el frío haya desparecido en la tierra soriana y he
regresado al Duero, con sus márgenes más regeneradas, para poder
contemplar la belleza del río a su paso por el este de la ciudad.
Regreso renovado, con mi interior calmado y muchas ganas de
disfrutar de la alegría y libertad que produce un tiempo ahora más templado y reconfortante.
1 comentario:
Un placer leerte así.
Que dure mucho tiempo este espíritu...
besos
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