sábado, 11 de febrero de 2023

IONE E IRENE CON "i" de IGUALDAD

Las iniciales de los nombres de Ione e Irene comienzan por “i” de igualdad. Ambas son ministras y luchan por causas sociales justas y progresistas, de eso no cabe duda, pero habría que analizar la llamada “nueva política”, que adquirió gran protagonismo a mediados de la década pasada y que parecía daría muerte a las viejas organizaciones consolidadas en nuestro país. Por desgracia, hoy es evidente que todo aquello ha quedado en saco roto y sería conveniente hacer balance de lo sucedido e intentar mirar al futuro aprendiendo de las lecciones de estos últimos años, con humildad, sin perder los objetivos de progreso en todos los aspectos e intentando unir a una izquierda que cada vez está más desencantada ya que los pasos que se han dado no han sido los esperados. La imagen de Pablo Iglesias regalándole al rey Felipe VI la serie Juego de Tronos define gráficamente la experiencia política de la generación protagonista del 15M.






La entrada de Podemos en el Gobierno con el PSOE, bajo las siglas de Unidas Podemos, es la certificación “notarial” de que el proceso abierto en el 2011 finalizó. La mayoría de aquellos primeros votantes que esperaban verdaderamente el cambio hacia una sociedad más progresista y avanzada en derechos quedaron decepcionados. La caída “en picado” de Unidas-Podemos se ha hecho evidente en las últimas elecciones celebradas en España. 


 Resulta curioso que las ministras y ministros de la formación Unidas-Podemos critiquen constantemente casi todo lo que hace el PSOE cuando ellas, ellos, elles (no he visto discurso más tonto) participan en el Consejo de Ministros al que pertenecen. Tal vez deberían criticar menos desde dentro y hacerlo desde la oposición, su integración en el sistema parlamentario al que tanto criticaban es uno de los principales desencadenantes para que la clase obrera de nuestro país haya dado la espalda a lo que ya se considera “otro partido más”.



Y es una lástima que hayan “perdido el paso”, ya que tanto Ione como Irene se han convertido en las perseguidas por la ultraderecha (y no tan ultraderecha), de esa parte de España que quiere que todo se quede como está, de que no haya progresos en aspectos sociales, que desean que la universidad solo sea para su clase y que las mujeres sigan siendo objetos sexuales. Hace falta poner los puntos sobre las íes para intentar que haya respeto por todo lo conseguido durante tantas décadas y que el progreso nos acerque a tener los mismos derechos y las mismas obligaciones. Para ello no hace falta dirigirse a la sociedad con cara de perro, haciendo críticas que pueden llegar desvirtuadas a la sociedad, para ello hay que parecerse lo menos posible a Cuca Gamarra y no dar una imagen de prepotente (o prepotenta, si se me entiende mejor), altiva o vanidosa (había escrito vanidose). Hay veces que el mensaje que se quiere dar se convierte en lo contrario, muchas veces se habla del género masculino como si la totalidad de los hombres fueran culpables de lo que pasa y eso, quieras que no, resta votos y fuerzas para seguir creyendo en los objetivos políticos. Es bueno que una parte de la sociedad se meta con los pezones que se intuyen bajo una camiseta o las voces desfavorables del “sólo sí es sí”, e incluso la descalificación de ese alcalde degenerado del PP que dice que la ministra Irene Montero “tiene la boca llena de llagas de chupársela al Coleta”, son maneras de demostrar su posición en la política y su libertad de expresión, faltaría más… ellos solos se descalifican y es una manera de que sus  votantes conozcan la miseria  que han votado.


Por todo lo expuesto (y por mucho más) se hace necesario un salto de calidad en la lucha popular y obrera que en los últimos tiempos ha estado olvidada. Para ello hay que empezar a trabajar con más humildad, creyendo en un futuro más esperanzador e intentando unir a una izquierda cada vez más debilitada y desmembrada. Se debería  romper de una vez por todas con las organizaciones políticas y sindicales que llevan décadas frenando la lucha contra el capitalismo. Hay que salir de aquí e inventar otro 15 M más evolucionado y revolucionado.


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“¡No hay naciones!, solo hay humanidad. Y si no llegamos a entender eso pronto, no habrá naciones, porque no habrá humanidad".   Isaac ...