sábado, 16 de agosto de 2008
PASEO POR ZAMORA
Por vez primera me puse un jersey en lo que va de verano. El día amaneció frío en Zamora y me dispuse a dar un paseo por la parte vieja. Muchos turistas visitaban el románico de la ciudad. Al pasar por la Iglesia de la Magdalena -construida en el reinado de Fernando III, al mismo tiempo que la Catedral y otras iglesias importantes- decidí adentrarme para admirar la talla de Santa María Magdalena. Siempre me ha parecido adelantada a su tiempo, tremendamente post-moderna. Aprovechando que frente a la Iglesia de la Magdalena se encuentra el Monasterio del Corpus Christi y que era el día de la Patrona de la Provincia, Nuestra Señora del Tránsito (o Virgen dormida), me asomé a ver a la Virgen, uno de los pocos días del año que se puede acceder al interior de la Iglesia. La tradición o leyenda refiere que encargaron la imagen a dos misteriosos jóvenes que llegaron en 1619, quienes se comprometieron a hacer la imagen con la condición de que nadie observase su trabajo. Pasaban los días y las semanas, sin dar muestras de vida, encerrados en una dependencia del convento. Cuando las monjas entraron para saber qué era de ellos, se encontraron con la imagen. Los escultores habían desaparecido. Es una talla de las de vestir, articulable y acostada en el lecho, que representa el momento de su Tránsito o Asunción. Esta imagen ha sido objeto de numerosos traslados, procesiones y rogativas por la extraordinaria veneración que le rinden los zamoranos. Continué andando tranquilamente hasta la Catedral con parada obligada en "Aperos y viandas", una tienda de productos de la tierra. Una vez allí, en la Catedral, me asomé, pasando por la puerta de Olivares, al Duero desde el mirador.
En mi regreso hacía la ciudad moderna me topé, en una lateral de la céntrica calle San Torcuato (va de santos el escrito), con un punto de préstamo de bicicletas. El día anterior había leído que se había puesto en marcha un sistema de préstamo gratuito de bicicletas. Imaginé que sería similar a los que ya existen en Gijón o Valladolid. Me pareció un buen momento para informarme y si darse de alta era inmediato podría darme una vueltecita por la ciudad. Así fue. En la Oficina de Turismo cercana a la Catedral tomaron mis datos, me regalaron una camiseta con el lema: “Zamora te presta la bici” y una vez pasada por el panel al efecto la tarjeta, e introducido mi número de PIN, tenía a mi disposición una bicicleta totalmente nueva. Desde allí me desplacé por un carril bici hasta la desembocadura del río Valderabuey en el Duero. Luego fui siguiendo su corriente hasta la altura de la Catedral. Hacía años que no pasaba por la margen derecha del río y comprobé que se ha realizado una labor excelente de recuperación. Varios piragüistas descendían a velocidad de vértigo mientras otros zamoranos disfrutaban de un día de pesca. El paseo me resultó gratificante. Sin lugar a dudas repetiré la experiencia de disfrutar Zamora con la bici prestada.
Una vez enganchada la bici en su lugar había que reponer fuerzas, así que dejé que Miguel me pusiera sobre el mostrador del Brasilia alguna tapa de su elección. La mañana del viernes había sido distinta, no sólo por temperatura, y muy estimulante.
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10 comentarios:
Que maravilla!!!
un abrazo
Qué envidia...Zamora es uno de los mil lugares pendientes de conocer para mí.
Me tienes que decir cuándo no hay turistas..auqneu ya imagino que eso es "imposibel", claro..
Gracias Andrea.
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Only, los turistas no molestan, es gente muy tranquila. No tiene nada que ver con el turismo de Pamplona por San Fermín.
-:)))))))))))))))
Bonitp viaje el tuyo. En Jaén por desgracia no hace tanto fresquito, hemos sido varios dias la provincia de España con más calor. Pero ya pasó. Gracias por visitar mi blog.
Qué malo - por no decir otra cosa-, eres...te regodeas en mi desgracia.
Ésta te la guardo.
Gracias a ti Pegasa.
No me regodeo, te digo la verdad Onlymaryon............. buffffffff.
Cuando vayas a ir AVISPA, digo AVISA ¿vale?
Cuando te pones un jersey en Verano, aunque sea por unas horas, es la señal de que el final de los días de Sol y calor comienza a dar sus pasos.
No soy religioso, como bien sabes...pero no por ello hay que dejar de apreciar la magnificencia de las construcciones destinadas al culto de cualquier religión (no por nada algunas de ellas son consideradas Maravillas de la Humanidad).
Bueno lo del sistema de préstamo gratuíto o a bajo costo de bicicletas; en ciudades con importantes cascos antiguos es útil para un tránsito más despejado y sin tantos vehículos motorizados.
Saludos afectuosos, de corazón.
Diez años más tarde leo esto.Todo culpa d emi navegador.
Te avispo? No sé, a lo mejor estás en la Cochinchina...como no paras...!
Bueno, aunque suelo improvisar al máximo, te avisparé, aunque sea sólo para saber dónde está esa tienda de papeo...jaja
Es broma. El románico fue antes.Aunque supongo que también papeaban...no?
Ay, como me gusta pasear por una ciudad, sola o acompañada, pero en silencio, buscando con mis ojos cada detalle para no perderme nada.
Y lo del préstamo de bicis suena muy bien. Y lo ponerse el jersey también.
Y lo de tapear ... eso lo que más ;)
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