domingo, 18 de julio de 2010
TOM HARRELL
Tom Harrel y su grupo, despidieron en Peñíscola su gira europea el pasado día 16. Fue una actuación de un gran quinteto presentando su nuevo disco, que tengo ahora, mientras escribo, el placer de escuchar, titulado “Roman Nights”. El buen jazz, el elaborado con el corazón, siempre tiene tintes románticos. Para mí, el jazz, es la música romántica por antonomasia. Y, claro, las noches, suelen ser las más adecuadas para disfrutarlo. Eso me pasó en el concierto del gran Tom, considerado, junto a Winton Marsalis, uno de los grandes virtuosos contemporáneos de la trompeta. Aparte de Harrell, intervinieron Wayne Escoffery, saxo tenor, Danny Grissett al piano y a los teclados, Ugonna Okegwo, al bajo y Johnathan Blake en la batería.
Tom tiene en la actualidad 64 años pero aparenta muchos más. Fue capaz de enfrentarse con éxito a una grave enfermedad y, obviamente, eso deja huella. No obstante, en el escenario, concentrado completamente en la música es puro genio melódico. Entre músicos y admiradores es considerado uno de los iconos indiscutibles del panorama actual jazzístico. Antes de ver su actuación en directo le había visto en televisión y me llamó la atención su manera de estar sobre el escenario cuando no tocaba la trompeta o el flugelhom. Parece una estatua con la cabeza agachada, emitiendo tan sólo algún que otro movimiento de boca o pasando, yo creo que sin ver, simplemente por su conocimiento de cada tema compuesto por él, las hojas de su cuaderno de partituras.
Al día siguiente del concierto busqué en Internet sobre Tom Harrel y he de decir que hay muy poca cosa sobre él en nuestro idioma. Me llamó la atención una cita que decía: “sólo parece estar vivo cuando improvisa”. La persona que lo escribe no debe tener conciencia de lo que es estar vivo. No me gusta cuando se habla así sobre una persona. Por suerte o por desgracia, conozco a muchos seres humanos que para él estarían completamente muertos y, sin embargo, profundizando en sus vidas puedes darte cuenta de que están tan vivos como nosotros. Ya sé que se trata de una manera fácil de describir el estado en que se encuentra en el escenario el gran Tom, pero deberíamos cuidar un poquito nuestras expresiones. Pueden hacer daño.
Durante su interpretación me recordó, en varios momentos, a Chet Baker. Luego en algún otro sitio alguien comentaba lo mismo y me alegró. Decía así: “Su estilo destila una lírica impresionante tras la que se esconde una enorme tensión musical en la construcción de sus solos. Estos son perfectamente estructurados y combina el poder de Clifford Brown, con la suavidad y el intimismo de Chet Baker”.
Mucha suerte, Tom, en tu gira que vas a comenzar en Estados Unidos y que siempre estés tan vivo como en tus conciertos o en tu manera de componer y saber estar. Eres un ejemplo para muchos. Sigue así.
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1 comentario:
Thanks a lot,
toy escuchando un poquet de él...
me gusta,mmm,
Buen trabajo ;), chavaluco
Good night
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