Aquella
mañana me despertaron los pelicanos que iban y venían a un peñasco cercano.
Había quedado con un lugareño para que nos llevara en su cayuco a una isla
cercana tan sólo habitada por una persona. A la hora concertada partimos hacía
la isla que se encontraba a escasas millas de Contadora. Nos daba la impresión
de ir en una de esas pateras que recalan en nuestras costas
mediterráneas procedentes de Marruecos.
A pesar de la inestabilidad de la embarcación, en poco más de una hora
llegamos a una isla poblada. Todos los niños del poblado salieron a recibirnos,
varios llevaban en sus manos medusas gigantes; las niñas grandes trenzas
recogidas con lacitos de colores. Nos hicimos fotos y caminamos por la calle
central hasta el colmado. donde tomamos unas cervezas enfriadas con grandes
trozos de hielo. En menos de una hora
llegamos a nuestra isla casi desierta. Aprovechamos para bañarnos en un mar de
color turquesa, luego paseamos por la parte más accesible de la isla. Tenía la
sensación de ser el único habitante allí, el único Robinson. Ya de vuelta,
pagué el precio acordado por el curioso viaje. Por la noche, después de cenar, estuvimos muchos
minutos persiguiendo la luz de las luciérnagas con una temperatura
espectacular. El día anterior había dado un paseo hasta la mansión de Christian
Dior espiado por centenares de iguanas .
Bañándome, con el agua a la altura de mis rodillas, un banco de peces “aterrizó”
en la arena de la playa. Cuando miré hacía atrás pude observar a menos de un
metro primero tres aletas y justo debajo de ellas sus respectivos tiburones.
Salí a toda velocidad del mar tras llevarme uno de los sustos de mi vida. Horas
más tarde pude avistar varias ballenas, a escasos cuatrocientos metros,
batiendo sus aletas y sumergiéndose continuamente. Mi jornada acabó en “Captain
Morgan” bebiendo algunos cubatas con un asturiano que llevaba varios años en
Isla Contadora. Estuvimos bailando hasta el amanecer olvidándonos durante ese
tiempo de donde veníamos, nos encontrábamos en el paraíso. El sol apareció inmenso en Punta Galeón ese
nuevo día de septiembre que me quedó marcado para siempre.
miércoles, 6 de junio de 2012
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2 comentarios:
Hola mi querido amigo, es increible la forma que tienes de expresar lo sucedido, siempre parece que estoy alli viviendo lo que has vivido y sintiendo lo que sentiste.Besos enormes de luz.
Hola gracias x sus palabras muy descriptivas y detalles unicos, ese lugar donde estuvo tomando fue el mejor lugar para pasarla bien y con unos buenos islenos ese era negocio de mi esposo Kalli, el Beach Bar Captain's Morgan en Isla Contadora, en realidad es aleman y tuvimos los mejores epocas inmemorables. Esa foto fue en realidad tomada por noxotros cuzndo estuvo terminado lavremodelscion del lugar. Espectacular Isla Contadora, mi nombre es Tamara saludos.
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