Mentiría
si dijera que Boris no es un tipo peculiar. Cuando lo ves por primera
vez puede darte una impresión diferente a la que realmente es. Puede
parecerte duro por su empaque, y, sin embargo, cuando lo conoces un
poco (mi caso) es un bonachón, un personaje que parece sacado de los
dibujos de Disney, un niño grande.
En
los momentos que he visitado, generalmente en solitario, su casa:
SALA BERLÍN, siempre ha tenido la deferencia de estar a mi lado,
comentar intimidades, intercambiar opiniones sobre las últimas
publicaciones musicales... y se agradece, claro que se agradece... y
mucho. Pero Boris es así, su bandera son los suyos, por su manera
de ser y cultivar lo esencial tiene muchos y buenos amigos, sin duda
su mejor fortuna. Cuando cultivas, cosechas. Hoy nos hemos levantado
con una buena noticia (no todas van a ser malas, no nos pongamos
pesimistas) Sala Berlín ha sido reconocido por los oyentes de Radio
3, la única radio a nivel nacional que se preocupa de la buena
música, como uno de los mejores locales de España de música en
directo. Elena, parte de “su otra familia”,
esa fortuna que comentaba más arriba en el texto, escribía en una
red social “que es un
justo reconocimiento para alguien tan enorme
que es capaz de apostar por sus sueños”. Uno de los mayores
conocedores de la música contemporánea, Julio Ruíz, amigo que
compartimos Boris y yo, siempre que puede, en su programa Disco
Grande, cuenta maravillas de este hombre que hace grande a su ciudad.
Todos los conciertos programados en su local y muchos otros
institucionales que se han organizado en Zamora se han realizado con
su apoyo, gracias a él el público zamorano ha podido apreciar el
arte de entidades musicales tan importantes, nacional e
internacionalmente, como: Maga, Cat People, Barzin, Matt Elliot, Nacho
Vega, Norton, Coppini, Tachenko, Anni B Sweet, Setting Sun,
Glutamato, Paul Zinnard, Gary Levitt, Enma Pollock, Josephine Foster,
Balmorhea, Sunday Drivers... y todo gracias a un trabajo que él
tilda de duro e ingrato. Los zamoranos han sabido aprovecharse de
Boris, dentro de unas décadas nos acordaremos de todo lo bueno que
pudimos ver y escuchar con tan poco esfuerzo, pero claro, el trabajo
incómodo, el que no vemos, el que aporta malestar en muchos casos, lo
hizo prácticamente en solitario y ahora que ha tirado la toalla, por
culpa de la incomprensión, es fácil decirle: ánimo Boris, estamos
contigo.
Sin
lugar a dudas, este tipo de reconocimientos, que como él dice,
desgraciadamente siempre vienen de fuera, sirven para que nos demos
cuenta de la suerte que tenemos de contar con un currante de lujo a
nuestro lado. Los abrazos, los falsos apoyos, los agradecimientos no
hay que darlos ahora, no son necesarios. Los apoyos hay que darlos en
los malos momentos, cuando más falta hacen, y esos, los importantes,
tan sólo han sido dispensados por los que de verdad están a su
lado.
Enhorabuena,
Boris y gracias por todos esos momentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario