Va pasando el
verano y con él innumerables recuerdos que quedan grabados para siempre. Una
comida entre amigos, una partida de golf rústico, un paisaje verde con
innumerables canales y vacas paciendo plácidamente, grupos de viajeros
siguiendo al guía que pasaban a mi lado deprisa y corriendo cuando yo
paciente y relajado esperaba capturar una fotografía, un viaje en tren
descubriendo nuevos escenarios, personas diferentes que siempre te resultan
exóticas, el sol acompañándote, los atardeceres mágicos y las noches
rodeadas de misterio. Va pasando el verano y los días se acortan recordándote
que el otoño está más cerca. Y, aunque todavía me quedan algo más de tres
semanas de vacaciones, vuelvo la vista atrás y me reconforta haber disfrutado
de los viajes, de cada movimiento que rompe la rutina y me devuelve la ilusión
de seguir conociendo otros senderos y otras formas de vida que, al mismo
tiempo, ayudan a conocerte a ti mismo desde la perspectiva de la lejanía.
Ahora espero
de nuevo regresar a la placidez que supone perder de vista los horarios
preconcebidos, disfrutar de algún amanecer en el mar y muchos otros atardeceres
lilas, malvas y esa amplia gama de colores cuyos nombres solemos desconocer los
hombres. Y la música siempre a mi lado, acompañando en calidad de escudero el
tiempo breve de los días de asueto. Mientras espero otra vez el regreso a la
libertad que suponen las vacaciones, escucho nuevos sonidos que se preparan
para acompañarme en ese siguiente viaje que finalizará con la entrada de un
otoño más doloroso que los anteriores y que recortará muchas de las ventajas
laborales que he ido acumulando con el paso de los años, treinta y cuatro ya de
actividad, aunque con el objetivo marcado de luchar contra los que pisotean
nuestros derechos. Por desgracia, me he enterado hace un momento que el
Presidente del Comité Paralímpico español, se ha dirigido a los deportistas, que
comenzarán a competir el próximo día 29 en Londres, como “La Roja coja”.
Considero que en España los principales cojos son los señores y señoras del
Gobierno y otros cargos políticos de responsabilidad de ese mismo signo. Es otro tipo de cojera que, además, va unida a la ceguera y a la
ineptitud. Tal vez, ese tipo de deficiencia sea la peor. Tendrían que aprender muchas cosas de esos “cojos” que luchan contra ellos mismos y por conseguir precisamente un
trato más igualitario. Ya está bien, cada vez son más insoportables los populares que, por desgracia, nos gobiernan.
2 comentarios:
Gracias por la apreciación, Sr. Anónimo, pero sigo pensando lo mismo de la ineptitud de las personas, por suerte no tan anónimas como usted, que nos gobiernan y nos llevan hacía lo mas profundo del barranco.
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