sábado, 10 de febrero de 2007

ASOCIACIÓN ANTÍGONA. VIOLENCIA DE GÉNERO


Hace unos días, serían las ocho menos unos minutos de la tarde, me dirigía a una cita al centro de la ciudad de Soria, una ciudad tranquila en la que casi nunca pasa nada. De repente me di de bruces con un amplio grupo de personas que se encontraba concentrado en una plaza, portaban velas encendidas y hermosas rosas en sus manos, todos estaban en riguroso silencio formando un semicírculo, de fondo se escuchaba una especie de marcha fúnebre que salía del acordeón de Vitali Lagunik (lo menciono en un post anterior). Me acerqué a mirar lo que ocurría en el interior del semicírculo y observé que varias personas portaban carteles que decían algo referente a Cassia, algunos concentrados se abrazaban y lloraban compungidamente. De pronto una persona conocida se acerca a mi y me coloca sobre la ropa un lazo blanco, me explica que la asociación a la que pertenece se concentra todos los días veinticinco de cada mes para protestar por la violencia de género y que ese día en concreto se había producido un crimen en Soria, presuntamente por parte del marido de Cassia, la mujer a la que aludían los carteles, una emigrante brasileña que deja una pequeña de cinco años. Cassia recibía desde hacía algún tiempo ayuda por parte de Antígona, nombre de la asociación que realiza las protestas a modo de concentración ciudadana, y que atiende a las personas que sufren algún tipo de violencia de género.

Había leído en prensa algún artículo sobre Antígona y quise profundizar en este bonito nombre de la mitología griega. Se trata de un mito trágico. Antígona era hija de Edipo, rey de Tebas, que tuvo que exiliarse acompañado de su hija y que a su muerte regreso a la ciudad. Sus dos hermanos varones, Eteocles y Polinices, luchan por el reinado de Tebas, se suponía que iban a turnarse en el reinado pero Eteocles decide quedarse en el poder por lo que se desencadena una guerra. Policines ofendido busca ayuda en una ciudad vecina y regresa a Tebas con un ejército para reclamar lo que es suyo. La guerra termina con la muerte de ambos hermanos, cada uno a manos del otro, según cuenta la tragedia “Los siete contra Tebas” de Esquilo.
Creonte, tío y suegro de Antígona (Estaba comprometida con su hijo Hemón), se convierte entonces en rey de Tebas y dictamina que Polinices, traidor a su patria, no sea enterrado con la dignidad que merece y se dejará en las afueras de la ciudad al arbitrio de perros y cuervos. Para los griegos de esa época los honores fúnebres eran muy importantes y el alma de alguien no enterrado estaba condenada a vagar por la tierra, por esa razón Antígona entierra a su hermano con los ritos correspondientes y se rebela contra su tío, el rey Creonte. Esta rebeldía la condena a ser enterrada viva pero evita el suplicio ahorcándose.
Hemón, su prometido, quiere salvar a Antígona pero al verla muerta decide atravesarse con su espada. Euridice, su madre y esposa del rey, se suicida al conocer que su hijo ha muerto, provocando un profundo sufrimiento en Creonte, dándose cuenta, finalmente, de su error. Este mito es contado por Sófocles en la tragedia “Antígona”.

Cassia tenía treinta y siete años y aunque había nacido en Salvador de Bahía (Brasil) estaba nacionalizada española. Nunca denunció al maltratador aunque había sido agredida anteriormente a su muerte, según he podido saber por miembros de la asociación Antígona. Precisamente la noche anterior a su fallecimiento, su marido y presunto asesino, la había agredido y amenazado de muerte, cumpliendo su promesa al día siguiente a la amenaza, sobre las once de la mañana perdió la vida cuando su marido le disparaba por la espalda con una escopeta de caza de su propiedad, frente al domicilio del abogado que se ocupaba del divorcio y donde habían quedado ambos para ultimar los detalles de su separación.

Cassia ha sido la primera victima en Soria por violencia de género y nunca quiso denunciar los malos tratos recibidos, esperemos que sea la primera y última, y que su pequeña se eduque en un clima en el que no exista violencia de ningún tipo.

El presunto asesino apareció unas horas más tarde ensangrentado dentro de su vehiculo. Al parecer se había disparado con su escopeta. Sobre las dos de la tarde ingresaba en el Hospital Santa Bárbara de la capital soriana con heridas en la cara y el abdomen. Su vida no corre peligro.

Mientras tanto las puertas de la asociación Antígona siguen abiertas a todas las personas (hombres y mujeres) que necesiten ayuda o apoyo, una ayuda que de manera desprendida y sin afán económico alguno, dispensan unos verdaderos profesionales que ponen a disposición de todos sus conocimientos y su tiempo libre generosamente.

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