SIEMPRE DRAGÓN

Tenía yo preparada una entrada sobre el texto de Sánchez Dragó y, en vista del comEntario de Jesús -para más señas vive en África-, decidí tirarlo a la basura, pero "qué coño", voy a publicarlo.
Jesús, finalizaba su comentario en mi anterior entrada con estas palabras: "Me has dado la idea Luis, algún día escribiré una entrada sobre experiencias con estos jetas.
Pero lo que yo me pregunto es, ¿de dónde han salido? ¿Cómo hemos criado semejante fauna? Porque en el fondo, alguien los ha criado así..."
Esperaremos espectantes su entrada que, con seguridad, será en base a hechos reales. Mientras tanto, les dejo mi parecer.
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Nada de árbol, siempre dragón. No cabe duda que el apellido de su madre (también los genes) fortalece la personalidad demoledora del escritor. Fernando, nunca se anda por las ramas de ese árbol inexistente y…¡así nos va!
Refugiado en el sereno altiplano soriano, remolonea en la cama y ve la tele, en vez de contemplar el colosal Moncayo que en estas fechas se cubre con una sábana blanca, mullida y gruesa. Aunque, tal vez lo haya hecho antes de comenzar a escribir su columna semanal para el diario conservador “El Mundo” y le haya dado un aire del cierzo.
Esta vez le toca insultar, si es que gilipollas llega a ser un insulto viniendo de Fernando, a unos cooperantes que, según él, quieren convertirse en héroes vestidos de niños pijos, gorroneando los fondos de una gubernamentalísima organización y haciendo turismo de aventura.
Desde mi humilde opinión, considero que lo que realmente ataca el columnista de El Mundo no es todo lo que describe, intentando desacreditar a los miembros de esa ONG, sino el hecho de ser catalanes, de pensar diferente, de viajar por el mundo fuera de los cánones que marca el supuesto paradigma del viajero, que no es otro que su magistral manera de viajar.
No soy la persona adecuada para dar consejos, aunque, eso sí, considero que cada cual es libre para actuar de la manera que considere más justa, respetando la ley e intentando llevar un pedazo de pan y un vaso de leche a los que más lo necesitan. Acció Solidaria -en catalán-, intenta por esos medios, aunque estoy de acuerdo que no son los más recomendables, llegar a personas que ni siquiera tienen una vivienda digna, una alimentación equilibrada o medicación necesaria. Serán pijos, jetas, caraduras, chupópteros, tontainas, jilipollas (a este paso, rellenará sus columnas sólo con insultos), pero al menos no pasan horas viendo la televisión como hacen los que tienen varias casas y resueltos los problemas digestivos.
Se puede estar en contra de las oenegés, yo también lo estoy, en la mayoría de las ocasiones intentan paliar desajustes a los que no llegan los gobernantes y, en otras muchas, no están claras sus cuentas. Se puede defender otra manera de viajar, otros medios para abordar soluciones, pero, con los insultos, lo único que se logra es desprestigiarse a uno mismo.
Ojala haya suerte y pueda ver en la tele, Sr. Dragó, a esos cooperantes en libertad. La libertad, usted lo sabe, es una de las licencias que más merecen la pena en este jodido (para unos más que para otros) mundo.