lunes, 24 de marzo de 2008
KAMCHATKA
Tras diez días de vacaciones cuesta volver a la rutina. Cuando salí de casa para reincorporarme al trabajo estaba nevando. De acuerdo que puede ser placentero en ocasiones pero ya ha llegado la primavera. Mejor las cosas a su tiempo ¿no les parece? máxime si el día anterior has estado en plan “hooligan” (en el mejor sentido de la palabra) sentado en una terraza, descamisado, contemplando el mar y disfrutando de los primeros rayos del sol primaveral.
Una vez dentro del auto escucho las noticias que proporciona la radio. Todas ellas acerca de la Semana Santa que acaba de finalizar. Me entero que ha bajado la siniestralidad en la carretera y que en Italia habrá elecciones. En ese país ha bajado durante estos días (al parecer todo baja menos el Racing, hay que ver) un cinco por ciento en relación a la temporada anterior la ocupación de los hoteles, un diez por ciento la asistencia a restaurantes, un ocho por ciento los visitantes estadounidenses y un seis por ciento los japoneses. Vaya, al parecer lo de la crisis es un cáncer extendido. Sigue nevando, los copos chocan contra el cristal pero no cuajan, por fortuna, en la carretera.
Harto de noticias cambio de dial y sigo el trayecto escuchando a Charles Mingus. Se agradece un poquito de jazz y la música me traslada, de nuevo, a la terraza del día anterior. Tomaba junto a un amigo unas cervecitas. Una chica menudita con acento extranjero nos sirvió y le preguntamos de dónde procedía. Nos respondió que era rusa. Cuando regresó con la tapa que habíamos pedido quisimos seguir indagando. ¿De qué parte de Rusia? De Kamchatka nos reveló. ¡Anda! como la película. Indudablemente ninguno de los dos conocíamos su situación en el mapa. Es más, yo siempre había creído que se trataba de un paraíso perdido, un lugar idílico inexistente, uno de esos territorios imaginarios que tienes en mente pero que sabes son quiméricos. Esa chica endeble era la prueba irrefutable, categórica, innegable de que existía. Incluso me alegré que existiera, aunque la siguiente cuestión era: ¿dónde situamos Kamchatka cartográficamente? Mi amigo y yo hicimos varias cabalas pero la conclusión fue: ni puñetera idea. Cuando pasó la chica a nuestro lado le solicitamos ayuda y nos dijo que se trataba de una península ubicada encima de Japón, en el Mar de Bering. Cuando le pedí la cuenta le hice otra pregunta -pesados españoles, pensaría la pobre-. ¿Si eres de esa península situada al lado de Japón por qué no tienes los ojos rasgados? (obviamente con ayuda de los dedos índices coloqué mis ojos en posición oriental, ella desconocía casi por completo nuestro idioma). Tras una sonora carcajada respondió que por allí todos eran como ella, no conocía a nadie que tuviera los ojos como los orientales.
Nada más regresar de mis vacaciones busqué en un atlas Kamchatka, inculto de mí, y he sabido que se trata de una península de 1250 kilómetros de largo en el extremo este de Rusia. Se encuentra junto al Pacífico Norte separando los mares de Bering y Ojotsk. Entre la península y el Pacífico se encuentra el abismo de Kuril-Kamchatcka de una profundidad de 10,500 m. El valle central y el río Kamchatka están rodeados por formaciones volcánicas, consta de cerca de 160 volcanes de los cuales 29 aún están activos. Tiene 472.300 km² y está recorrida por varias cordilleras, siendo el punto más elevado el volcán Kliuchevskoi, de 4.835 m. de altura.Curiosamente tiene la misma proporción de habitantes por kilómetro cuadrado que Soria: dos. El promedio de temperatura en el mes de enero es de -49º (normal que la chica sudase “la gota gorda” en la terraza de la cafetería.
En Kamchatka una camarera tiene un salario mensual de entre cien y trescientos euros, dependiendo de la categoría del establecimiento. La juventud emigra a Europa, Japón o Estados Unidos en busca de prosperidad. Generalmente tienen una cultura superior a la media de inmigrantes en España de otros países. Su inglés es avanzado y aprenden con facilidad el castellano. No olvidemos que pertenecemos a una aldea global, que todos los habitantes del mundo tienen las mismas necesidades y han de tener los mismos derechos. La inmigración está cambiando nuestra manera de pensar aunque si los que vienen están así de preparados, mejor que mejor. Con seguridad les acogeremos de buena gana (siempre y cuando no vengan imponiéndonos su cultura y sus costumbres). Sabemos que son necesarios pero, vengan de donde vengan, es preferible que sea buena gente. Gracias por atendernos amiga rusa, merced a tus explicaciones he aprendido una lección.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿QUIÉN PERTURBA LA PAZ DE ESTE CONVENTO?
FOTOGRAFÍAS DE "ABC" El obispo Ribeiro ya está en Belorado. Así se aprecia en una serie de fotografías (que parecen de otro tiempo...
-
La lectura de un libro me ha trasladado a la época que me tocó vivir en tiempos del dictador Franco. Todo ha surgido cuando se describía, en...
-
Siempre me ha parecido curioso que Castellón sea la segunda Provincia más montañosa de España. Acompaño un texto sacado de Wikipedia. He int...
6 comentarios:
Es una delicia comenzar el día así, con esta imagen...Gracias!
Pr cierto, la película me gustó mucho en su día. La vocecita del niño, ese acento argentino, (sabés vos?), y el lugar, por supuesto.
Delicia, delicia, el comienzo del día.
Un beso
Gracias de nuevo Only. Un placer ayudarte a hacerte el día más delicioso. Otro beso.
Se te olvidó mencionar el caviar :-)
Besos.
Tienes razón Ana, el caviar, el vodka,los blinis,los polvorones (de la Estepa). :-)
Gracias a tí, ya hemos sabido más de geografía física... y tú gracias a ella...Estoy contigo de que nos necesitamos pero dentro de un orden...Mañana seguro que te cuesta menos empezar la rutina....Un saludo
Por cierto, de acuerdo con el hecho de que las cosas han de venir a su tiempo...acá empezamos el Otoño y siguen los calores, ¡no es posible! Sobre lo que pasó en Italia...pues habría que averiguar si ese flujo negativo para el turismo se ha desplazado a otras zonas.
Kamchatka me llamó la atención desde muy niño, cuando ya me gustaba ver mapas...lugar apartado de todo, pero con su magia particular. Así que es mucho más real que Macondo, jaja.
Recuerda que, a comienzos del siglo veinte, existió una guerra entre Rusia y Japón por la cual las Islas Sajalin cambiaron de mano...pero Kamchatka está un poco más lejos.
La reflexión final sobre los inmigrantes es bastante interesante: propugnas que tienen que estar académicamente preparados y es algo de perogrullo...pero si no, creo que bajo determinadas circunstancias se les debiese dar la posibilidad de adquirir conocimientos.
Saludos cordiales.
Publicar un comentario