jueves, 9 de octubre de 2008

FRANCIS CABREL, LOS FRANCESES Y LA TELEVISIÓN

Foto: Luis López


La rutina diaria francesa adelanta a la española en dos horas. Se levantan y se acuestan dos horas antes que nosotros. En mi opinión es un compás apetecible y, posiblemente, más beneficioso en niveles de rendimiento. El único problema que veo en esa sociedad, al norte de la nuestra, es la falta de ambiente cuando llega la noche. Los franceses se recogen muy temprano y al caer el telón nocturno sólo quedan abiertos bares, o teterías, regentados por magrebís. En sus terrazas permanecen ociosos, durante horas, hombres charlando y fumando en espera del cierre del local. A esas horas me gusta pasear por los semidesiertos pueblos y ciudades. Entonces espío los interiores de las ventanas iluminadas añorando el bullicio que a esa misma hora se apodera de cualquier rincón de España. Pero nadie es perfecto y, mucho menos, tratándose de toda una nación. No puedo remediarlo, me gusta Francia apasionadamente.

Eso sí, mi peor momento allí es el que discurre entre la temprana cena y la hora de acostarse. Es entonces cuando aprovecho para hacer algo que nunca hago en España: ver televisión. Sin otro ánimo que procurar perfeccionar el lenguaje. Puedo afirmar que funciona. Los primeros días cuesta seguir el ritmo pero a medida que te vas afianzando mejoras de manera vertiginosa. Luego puedo seguir, medianamente bien, una película o un debate.
Emiten espacios musicales dignos, cosa que no ocurre en España. Gracias a ellos he descubierto nuevos intérpretes del panorama galo y he conocido los nuevos trabajos de mis cantantes favoritos en lengua francesa. Hay una ley que obliga a emitir el 60% de música en francés. Gracias a ello, el nivel musical del país vecino es envidiable, estando nuestro panorama musical a años luz del suyo. Y aunque se pasan un poco emitiendo, en radio y televisión, canciones de la primera dama, Madame Bluni, siempre encuentras bellas baladas y buen pop. Por cierto, mi cantante favorito francés, Francis Cabrel, tiene nuevo disco, muy recomendable y en la línea de los anteriores. Se titula “Des roses et des orties” (Rosas y ortigas). Como curiosidad, en el corte número dos, “Les cardinaux en costume” (Los cardenales en traje), canta alguna estrofa en castellano. Todo un detalle que no contará para el porcentaje en francés que hay que cumplir escrupulosamente. Gracias a un programa televisivo en directo, titulado “La musicale”, he descubierto a artistas musicales de la talla de Camille, Alister y Christophe Mae. Muy recomendables.

CONTINUARÁ

2 comentarios:

Luis López dijo...

Nada menos que cinco años. Qué maravilla. Estoy de acuerdo contigo en lo que dices de "hasta las tantas".
Saludos.

Anónimo dijo...

A ver, un momento...¿no se supone que casi todos los países de la Zona Euro Occidental y Central tienen el mismo huso horario? Si no es así, ¿cómo es que se adelantan dos horas los franceses a los españoles?

Ja...parece que la imagen de la bohemia francesa ha quedado mal parada a juzgar por tu experiencia. ¿Pero no puedes pensar que eso resulte más en las grandes ciudades?

He visto a veces programas en TV5, que tiene una señal internacional en la TV paga...poco recuerdo de mis clases de francés em la Primaria tardía, pero hay gestos que son universales. Hay uno que, por suerte, cuenta con subtítulos y trata de una competencia donde se recorre Francia y sus lugares históricos.

Además, la calidad de los dibujos animados en cuanto a factura técnica y temáticas es bastante notable; tradición desde Tin-Tin, Asterix y tantos otros.

¿Francis Cabrel con nuevo disco? Notable...mi hermano tuvo que aprenderse una de sus canciones para su clase de Francés. Mi favorito de esos ilustres siempre ha sido Gilbert Becaud...porque en las Damas, Edith Piaf no tiene comparación alguna.

De todos modos, los estilos más contemporáneos tienen su espacio...gente como Daft Punk o Holden son reconocidos a nivel mundial. Saludos afectuosos, de corazón.

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