Paseaba por el zamorano barrio de la Horta, cercano al río Duero, y en el Bar “Casa Marcos” de la calle Buscarruidos había un cartel. Me acerqué y leí “Se vende por jubilación”. Sentí un gran desconsuelo, era uno de los locales donde se encontraba un billar romano, tal vez el único de la ciudad. Hace años, bastantes, cuando comencé a sentirme un poquito zamorano, recorría ese barrio en el que mi familia había vivido casi una década –para parte de sus miembros, algunos de los momentos más felices de sus vidas- , visitando los tres únicos billares romanos que quedaban en la capital. Me encantaba tomar una cerveza contemplando los avatares del juego, tratando de descifrar sus reglas y examinando a los practicantes, sintiéndome un poco espía pero intentando acercarme a un juego que sabía certeramente iba a desaparecer , que le quedaban los días contados.
Por entonces era seleccionador absoluto de Castilla y León de bádminton, estaba inmerso en el mundo del deporte y cuando, cada temporada, comprobaba los juegos y deportes que se practicaban en la región, me percataba felizmente que dentro de los considerados autóctonos se encontraba el billar romano (aunque sólo practicado en Zamora). Cuando tenía la oportunidad de visitar el Bar Oviedo o Casa Marcos, bastante próximos, recordaba mis años jóvenes cuando pasaba grandes ratos en mi tierra jugando a los bolos. Por el contrario, y afortunadamente, los bolos tiene gran futuro.
En Casa Marcos, coincidiendo con las fiestas locales de San Pedro, era tradicional un torneo de billar romano. Según el responsable del local era muy popular, se formaban colas a la puerta para jugar y había partidas desde las nueve de la mañana hasta las doce de la noche.
No está clara su procedencia, para algunos se trata de uno de los antiguos pasatiempos romanos, otros consideran que su nombre viene del primer cartel que anunciaba un torneo y tenía pintado un jugador ataviado de romano. La actividad se desarrolla en un recinto cerrado, el terreno de juego es octogonal y se encuentra por debajo del nivel del suelo. Consta de nueve bolas: cuatro blancas, cuatro negras y otra más pequeña que se denomina bili. La puntuación se otorga en función de la proximidad de las bolas (similar a la petanca).
No sé qué ocurrirá con Casa Marcos pero auguro que no volverá a ser lo que era. De retomar sus nuevos dueños la hostelería es posible que el lugar donde se ubicaba el billar se cambie por una pantalla gigante para ver partidos de fútbol o por máquinas de Internet. El Bar Oviedo también desapareció, por lo tanto el billar romano, tan divertido, se perderá. Aunque para muchos permanecerá siempre en el recuerdo de esos felices momentos ya lejanos. Algunos pensarán: “es lo que tienen los tiempos modernos, para bien y para mal”.
3 comentarios:
que pena, una gran perdida...
un saludo
Esto del billar romano...¿no es como las bochas que se juegan mucho entre la colonia italiana residente? (se me hizo bastante semejante). Recuerdo que antes habían noticias acerca de estos torneos...hoy, ha desaparecido de los medios.
Saludos cordiales.
P.D.: ¿Qué es sentirse un poco "zamorano"? ¿Por Zamora?
estado leyendo y m impresiona lo k pones del billar roano y con toda la razon yo m llamo roberto todo el mundo m conoce como rodax . m crie en el barrio zamoranop d los barrios bajos juge mucho al billar romano represente a castilla y leon en muchos campeonatos todo esto m lo inculko mi padre d pekeño tengo muchos recuerdos del bar d pepa y antonio dos bellisimas personas y k han sufrido mucho en la viva la jubilacion del bar suponjo k para descansar ya esta bien toda una via hay al pie del cañon y lo k es mas aguantando atodos los niños del barrio es increible k t hayas acordado de este bar yo repito soy un buen jugador es,as kuando kieras echamos una partida un saludo rodaxblokes
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