lunes, 17 de agosto de 2009

ESTER ANDÚJAR


Ayer leí en la prensa local, en la que escribe José Ángel Barrueco, un comentario suyo sobre un blog de un zamorano que se llama “Esta ciudad es una ruina”, en referencia a la comedia de los ochenta “Esta casa es una ruina”. El blog tiene un enlace directo al mapa de Zamora que la web municipal mantiene en la red. El mapa, nada actualizado, es del año 96. Casi nada, con lo que ha cambiado todo en la ciudad. Precisamente, la columna a la que me refiero, dentro de la página denominada “Opiniones de aquí”, en el diario “La opinión de Zamora”, ha sido la causante de que en el periódico de hoy, 16 de agosto, se vuelva a hablar de la polémica en torno al caducado mapa.
Pero, al margen de polémicas, en el mismo diario leí una entrevista a Ester Andújar, que esa misma noche clausuraría el festival de jazz de Zamora. No había oído hablar de la cantante valenciana, así que, aprovechando que a la hora de su actuación en la Plaza Viriato, estaría a la altura de “El rincón de Antonio”, degustando una de sus exquisitas tapas, me acerqué a oírla. . Batería, guitarra, bajo, piano, saxo y dos percusionistas, acompañaban a Ester. Pronto les presentó, sorprendiéndome que entre ellos estuviera el guitarrista de fusión, Ximo Tébar. Le había visto tocar en dos ocasiones, ambas en la Sala Boulevard de Soria. La primera de ellas junto a Jorge Pardo y Carles Benavent, y la segunda en solitario, presentando su primer disco. Han pasado cerca de quince años desde entonces y Ximo se ha convertido en uno de los mejores guitarristas de jazz nacional. Qué gozada coincidir de nuevo con él.
Ester -voz de calidad demostrada- y su grupo, coquetearon con el público que llenaba la plaza. En las dos horas de actuación, todos ellos demostraron una gran compenetración y disposición. Entre los temas que interpretaron, bossa, suave funky y jazz, destacaron también las canciones de su último trabajo “Páginas preciosas”, un disco ecléctico y distinto, coproducido por Ximo. Disfruté mucho del concierto y, al finalizar, me acerqué a saludar a Ximo. Le pregunté qué hacía en ese proyecto y me respondió que Ester era su mujer. Aluciné con esa unión tan inesperada para mí. Luego hablé unas palabras en valenciano con la cantante y compré “Páginas preciosas” y el último disco de Ximo, titulado “Steps” . Ambos me firmaron sus discos y Ester utilizó el valenciano para su dedicación, algo que me fascinó. En este preciso momento los escucho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En medio de tanta polémica de corto alcance, mejor enfocarse en los momentos buenos que trae una noche de jazz y descubrir gente a la que le perdimos el paso como talentos nuevos (que, cosa curiosa, comparten un camino fuera del escenario).

Vaya si tienes contactos con el Jazz español...si alguna vez vienes a Chile, creo saber el lugar al cual llevarte. Saludos afectuosos, de corazòn.

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