miércoles, 5 de agosto de 2009

LA EXPERIENCIA DE VIVIR

Nunca las desgracias vienen solas. A finales de junio, falleció un ex compañero de trabajo de mí misma edad. En su tiempo libre se dedicaba a volar. Globo aerostático, parapente…La última vez que hablé con él venia de grabar un programa concurso de televisión. Con el dinero embolsado en el programa había pedido un mes libre en el trabajo. Probablemente para disfrutar volando. Durante las fiestas de Soria de este año, saltando por una terraza, a una altura de escasos tres metros, resbaló y cayó. Al parecer murió debido al golpe. Curiosamente, una persona que se jugaba el tipo muchos días volando muy alto, aprovechando las favorables térmicas, falleció en un accidente tan estúpido. La vida tiene esos contrasentidos. Cuando menos lo esperas el destino te la juega de esas maneras.
Hace escasos días, cuando llegué a Peñíscola, llamé a un amigo de Miranda de Ebro para saber si podía utilizar su plaza de garaje ya que no se encontraba allí y, previsiblemente, no iba a utilizarla. Me contestó diciendo que, días atrás, se había roto la tibia y el peroné en una caída. Se encontraba en el hospital. Ayer pasó por quirófano. Llamé a su mujer para saber cómo se había desarrollado la operación. Cuando mi amigo despertó de la anestesia le explicaron que, durante la (supuesta) intervención, se había estropeado el equipo. Tiene que esperar otra semana.
Al poco de colgar esta llamada, una amiga me telefoneó para darme dos malas noticias. La primera, que un amigo común, algo más joven que yo, había sufrido un infarto, falleciendo en el acto. La segunda, que otro amigo llevaba una semana hospitalizado por problemas digestivos. Todavía sigue en el hospital.
Después de algunos días fuera, ayer me pasé por mi centro de trabajo. Al sacar un café de la máquina, vi en el tablón de anuncios un folio con varios nombres de trabajadores. Se trataba de recaudar fondos para comprar una corona de flores a una compañera que había fallecido de cáncer.
Estas últimas jornadas he disfrutado más de la cuenta de los atardeceres. Los días han sido más intensos. Me he alegrado más de la cuenta de abrir los ojos y comprobar que la mañana era soleada. En definitiva, me he sentido más dinámico, más libre y extraordinariamente satisfecho de asumir la responsabilidad de estar vivo. Intentaré seguir en ello.

-Cuando había escrito todo esto me entero que la señora que plancha en mi casa (encantadora mujer) ha salido hoy del hospital. Tiene leucemia.

6 comentarios:

Marino Baler dijo...

Bufff, la verdad que ante noticias de este tipo poco se puede comentar. Yo siempe he pensado que en ciertos momentos, en ciertas ocasiones, las palabras de ánimo no sirven, están vacías, por ello es mejor transmitirlo todo con un abrazo.
Desde el sur te mando un fuerte abrazo, compañero.

one more dijo...

My bien comprendo cuanto dices. Cada minuto, cada cosa que tenemos por delante, y las que quedan detrás, son valiosas.

Saludos.

Hache dijo...

Llevo unos días, o meses, recibiendo noticias de ese tipo. Me gusta como lo has descrito: la responsabilidad de vivir, de estar vivo.

Intento, siempre y especialmente cuando leo o recibo estas noticias, no olvidarme de ello. De vivir.

Sigue disfrutando de los atardeceres. Nos hacen sentir vivos.

Siento cada una de las malas noticias, sobre todo de aquellas que no tienen marcha atrás.

La Rata Paleolítica dijo...

Tus palabras enseñan a aceptar y convivir con la enfermedad y la marcha de las personas que nos rodean, tan dificil.
Y a valorar ese atardecer, que bonito, con todo su esplendor. Como dices,cada minuto, asumir nuestra responsabilidad de valorar nuestra vida, prescindiendo de tantas cosas que, en el fondo, poco importan.

Un abrazo Luis.

Jesús.

Luis López dijo...

Los buenos amigos nunca fallan. Gracias Marino; Fernando; Hache (me encantan todos tus escritos) y Jesús (espero que pasado el susto que tuviste en tu domicilio africano).

Anónimo dijo...

El fatal accidente de tu ex compañero de trabajo me recuerda lo que le pasó a un periodista chileno que también hizo carrera en España...presumía de habilidades acrobáticas, pero una vez los fierros le jugaron una mala pasada y cayó desde una altura considerable.

Pienso en quienes creen que vivir intensamente es tener situaciones extremas como los deportes de alto riesgo; o bien, salir de juerga de Lunes a Lunes. Respeto eso, pero con la perspectiva del tiempo creo que vivir se relaciona con ser fiel a los principios y valores.

No he vuelto a tocar el tema en público, puesto que me llevé unos regaños al respecto...pero mi círculo cercano sabe más o menos lo que siento si es que algo imprevisto me pasara el día de mañana.

Saludos afectuosos, de corazón.

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