viernes, 22 de enero de 2010

UN BREVE SUEÑO FUE SU FELICIDAD


La necesidad de buena temperatura, entre otras, es la culpable de mi estado anímico. Normal, para alguien acostumbrado a hacer vida despejado de roperío. El invierno, por tanto, se torna cruel hasta la saciedad. No puedo hacer nada para mejorarlo, salvo entrar en una página dedicada a introducir datos sobre billetes “low cost” a cualquier paraíso perdido, si es que todavía existen. Claro que existen, ¡faltaría más!, hasta Alfaro puede ser un paraíso en un momento dado. Buscar vuelos, comparar precios, contrastar la información de tasas y aeropuertos, reservar a tiempo, esas son las tareas a realizar para conseguir una reserva de vuelo perfecta. Sin embargo, se trata de un señuelo para intentar autoengañarme. Y, compruebo, que pese a intentos para convencerme de que estoy mejor, la procesión va por dentro. No se puede nadar y guardar la ropa al mismo tiempo. La nieve ha desaparecido y la temperatura es medianamente agradable en la vida real, pero mi mente se había establecido en otro territorio. Skyscanner me indica la posibilidad de vuelos a Sydney, Melbourne, Canberra, por algo menos de mil euros, aunque es impensable desaparecer por tanto tiempo. En el hemisferio sur, la temperatura, en este momento, se acerca a los cuarenta grados. Qué maravilla. Para colmo de los colmos, esta misma tarde llamé a mi amigo Miguel y resulta que se encontraba, en ese preciso momento, disfrutando del Central Park en la ciudad de los rascacielos. Olvidé que me había invitado a ir con él. Cuando terminé de visitar páginas de lugares exóticos y de llamar por teléfono a conocidos que se encuentra fuera de España, me di cuenta que mañana tengo que trabajar. Horror. Ahora escucho, insistentemente, a Tom Waits relatando algo sobre Fannin Street: “hay una calle torcida en la ciudad de Houston…” y sigo licencioso a la búsqueda de algo similar a ese Paradise Lost que describe sublimemente John Milton. “Un breve sueño fue su felicidad”. Tal vez eso sea la vida, un breve sueño.

1 comentario:

Mariluz Arregui dijo...

Tu etiqueta 'escritura rápida' siempre deja huella.

A pesar de que indica 'rápida', uno puede releerlo tiempo después, o lentamente en el primer momento, o rápidamente, da igual, pero siempre muestra un universo escondido, parte de un rompecabezas,
para quien no es el que escribe.

Ni soy crítica literaria ni nada por el estilo..:), no es mi intención parecerlo con este comentario.Ya me conoces. Sólo te transmito la sensación que tengo al leer entradas como ésta. Y claro, te doy las gracias, por compartir tu 'escritura rápida'.

Un beso muy fuerte

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