viernes, 17 de diciembre de 2010

EL SAMBENITO


De todos es sabido que hablar del tiempo es una salida fácil cuando quieres intercambiar alguna palabra con alguien de manera superficial. El otro día recurrí a ello en los pasillos exteriores de mi lugar de trabajo. En mi casa tengo una estación meteorológica (un aparatito sencillo) que mide algunos aspectos sobre la temperatura interior y exterior, la humedad, las temperaturas más extremas… y anteayer, poco antes de dirigirme a mi trabajo, comprobé que en la calle hacía algo menos de siete grados bajo cero. Como mi coche por suerte duerme bajo techo no tuvo tiempo en los dos kilómetros justos que separan mi casa de mi lugar de trabajo de ajustar la temperatura al llegar, así que, aprovechando que una compañera me adelantaba apresurada por el pasillo comentado anteriormente, le pregunté si conocía la temperatura del momento. Girando la cabeza hacía donde yo estaba me contestó: -No lo sé, ese tema lo lleva mi marido. Me quedé perplejo con la inesperada respuesta y después de unos segundos no pude menos que reírme, algo que duró cerca de diez o doce minutos. Sabía que a los hombres nos cuelgan el sambenito de apoderarnos del mando de la tele, de llevar el papeleo financiero, de cambiar las bombillas, pero lo de controlar e informar de la temperatura nunca lo había oído. Conté la anécdota a varias compañeras durante la jornada laboral y absolutamente todas se carcajearon con tantas ganas que disfruté de lo lindo. A veces hablar del tiempo además de un recurso fácil puede animarte el día.

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El sambenito es una prenda utilizada originalmente por los penitentes católicos para mostrar público arrepentimiento por sus pecados, y más adelante por la Inquisición para humillar a los condenados por delitos religiosos.

En origen se trataba un saco de lana bendecido por el cura, de donde viene el nombre de saco bendito que da lugar a sambenito por asimilación fonética con San Benito. El sambenito usado por la Inquisición era una especie de gran escapulario con forma de poncho. Estaba hecho con una tela rectangular con un agujero para pasar la cabeza, que una vez puesta le llegaba al condenado hasta poco más abajo de la cintura por el frente y por la espalda, dejando los hombros al descubierto. El sambenito solía llevar motivos que aludían a la condena: una cruz de San Andrés en el caso de los delitos leves, demonios y llamas en los delitos más graves que se castigaban con la muerte en la hoguera. Muchas veces llevaban escrito el nombre del condenado, como en el caso de los famosos sambenitos de la iglesia de Santo Domingo de Palma de Mallorca, que originaron el asunto de los chuetas (personas marginadas por ser familiares de los condenados). Los reos eran paseados por la ciudad descalzos, vistiendo el sambenito y con un gran cirio encendido en la mano. El sambenito a menudo era expuesto públicamente tras la ejecución de la sentencia para que sirviera de memoria y ejemplo.

En la actualidad se utilizan expresiones como "llevar un sambenito", "te cuelgan un sambenito" o "cargar a alguien un sambenito" con el significado de cargar con una culpa inmerecida o perder la reputación y ser despreciado por algún oprobio.

Tomado de Wikipedia.

1 comentario:

Mariluz Arregui dijo...

jojojo....y no te habría entendido otra cosa???
A lo mejor pensaba en la Bolsa, o algo parecido.(Hay persoas que se obsesionan con esas cosas)

Galáctica total...:), mare mía ,mare mía

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