jueves, 9 de agosto de 2007

UN BESO COLOCADO ESTRATÉGICAMENTE (Mirror in the mirror)


¿A Usted le han dejado alguna vez un beso en la almohada? A mi me ocurrió anoche. No me había sucedido nunca y le di su merecido valor. No era para menos.
Dejar un beso en tu almohada - máxime si es desde la distancia- tan solo pueden hacerlo algunos ángeles, almas aladas con cualidades sobrenaturales.
Un beso oculto en la almohada puede parecer una simpleza pero tiene connotaciones maternales e incluso sobreprotectoras. Y como todavía soy un niño, algo crecido, esos actos me parecen exquisitamente delicados. Los considero regalos de una naturaleza cercana a lo divino.

Cuando desperté por la mañana pude percibir que su verdadera interpretación solo podía reproducirse en momentos posteriores, durante la inmersión en los sueños nocturnos.

Precisamente soñé con la persona que me dejó el beso. Estaba en una ciudad conocida, donde se desarrollaron mis primeros años de juventud. Quedé con ella junto a un escaparate –lugar poco habitual para una cita- a las seis y media de la tarde. En el escaparate aparecieron cuatro o cinco hombres de color. Yo estaba acompañado por un familiar, después de la cita tomaríamos un autobús, allí mismo, hacía nuestro domicilio. Eran las siete menos cinco y me levanté para tomar el autobús de las siete. En ese preciso momento (odio la impuntualidad) apareció la persona que dejó el beso en mi almohada y comenzó a hablar con los hombres junto al escaparate. Esos segundos me sirvieron para escudriñarla desde donde me encontraba. Me pareció más gruesa de lo que realmente era, llevaba gafas y su cara no correspondía a la realidad. Todo eso, pensé, no me importaba. Lo que ciertamente me apasionaba de esa persona era su mundo interior, su creatividad artística, su manera de ser. Nos saludamos y comprobé que su cara coincidía con la que yo conocía. Luego hablando quedé prendado de su belleza espiritual. Mi familiar regresó solo a casa y yo perdí todos los autobuses hacía el que suponía era mi destino. "El resistir lo es todo"

Pueden ustedes intentar dejar besos en almohadas de seres queridos, aunque no puedo prometerles que sueñen con ellos. Los ángeles tan solo existen en algunos recovecos del universo. Hay que saber encontrarlos (o que ellos te encuentren a ti). Yo estuve durante unos minutos a su lado.

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