viernes, 1 de junio de 2007

FORMA DE MUJER, CARA DE NIÑA


Acababa de cumplir quince años, tenía toda una vida por delante. Había nacido en uno de esos suburbios pobres, que forman guetos, en la gran ciudad. Era esbelta, muy bella, con un brillo especial y exhalaba frescura por los poros de su negra piel. Había ahorrado un poco de dinero y compró un vestido nuevo, rojo, y unos zapatos de charol. Se sentó en la terraza de un café muy céntrico, a los pocos minutos un joven blanco le solicitó permiso para sentarse a su lado. Más tarde se desplazaron en su coche a la playa más cercana para contemplar la puesta de sol. En un hotel muy cercano a la playa hizo por primera vez el amor con ese desconocido. Cuando salió del baño el blanco había desaparecido y sobre la cama descansaban treinta dólares doblados. Una lágrima se deslizó por su mejilla al tiempo que pensaba que la suerte estaba echada. Acababa de emprender el difícil camino de una profesión que estaba destinada a todas las chicas de su empobrecido barrio. Esa noche soñó con espuma de mar, cangrejos de grandes tenazas y estrellas que se fundían con la oscuridad, una de esas estrellas tenía su misma forma de mujer y su carita de niña.

2 comentarios:

Melpómene dijo...

Jo, en serio, qué desasosegantes son tus relatos, aunque sea por lo factibles que son. Premianos con un final feliz... Besos

Luis López dijo...

Te adelanto en exclusiva que mi próximo relato se titulará MELPÓMENE y tendrá un final final.

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