domingo, 1 de junio de 2008

ZAMORANEANDO


Estuve observando como la camarera servía vino a unos clientes. Preste atención a todo el proceso. Mi acompañante sólo se percató del último movimiento, justamente el único que realizó bien. Me lo hizo saber. Cuando quedaba el último resto de vino en la botella retiró ésta y abrió una nueva para servir el vaso restante. Respondí que me había percatado pero que se trataba de una aficionada, había posado la botella en los vasos y eso no se podía consentir. A los pocos segundos la camarera volvió a darme la razón y esta vez mi acompañante comprobó lo mismo que yo, rellenaba con los restos de vino de la botella vacía la recién estrenada. Ambos movimos de un lado a otro nuestras cabezas.

Durante un paseo matutino por la capital zamorana pasé por delante del Colegio Universitario. Unos empleados desplegaban banderas para izarlas en los mástiles preparados al efecto. A voz en grito, la persona que dirigía tan importante empresa explicaba a un subalterno la manera de colocarlas. La de España en el centro, la Enseña Bermeja zamorana a la derecha (en ese momento reveló al empleado que se trataba de la que tenía trozos verdes y una franja roja arriba) -formada por ocho cintas rojas que conmemoran cada una de ellas una victoria de Viriato sobre el ejército romano. Posteriormente se le añadió una verde, entregada por los Reyes Católicos en agradecimiento por la ayuda que los zamoranos prestaron en la batalla de Peleagonzalo (1476) contra Juana "La Beltraneja" y que asentó a los Reyes Católicos definitivamente en el trono-. y la que quedaba, a la izquierda de la enseña nacional. En ese instante la persona que recibía el encargo preguntó al informador de dónde era esa bandera. Yo no daba crédito a lo que veía. En primer lugar me parecía inconcebible que un probable funcionario municipal no reconociera la bandera local y la bandera irreconocible no era otra que la que Colón llevó en sus carabelas en el descubrimiento del continente americano; es decir, la actual de Castilla y León.

Cuando estoy en Zamora suelo leer la prensa en un establecimiento en el que se podría hacer un estudio sociológico. Me encontraba, sentado en un taburete de la barra, sumido en una noticia sobre las nuevas tecnologías cuando a mi espalda, desde una mesa relativamente cercana, un hombre se dirigía, en voz alta, a una mujer recién llegada y sentada a su lado. No daba crédito. Percibí nítidamente: TIENES QUE FOLLAR A TODAS HORAS. Levanté los ojos del diario y seguí escuchando a mis vecinos de atrás. A voz en grito continúo: FOLLAR, FOLLAR… MUCHA LECHE, QUE SALGAS INUNDADA DE LECHE. Estaba deseando volver la cabeza para echar un vistazo a tan curiosa estampa pero sabía que, por el momento, no debía. Poco después añadió: ES QUE NO SE PUEDE FOLLAR POR VEZ PRIMERA Y QUEDARSE EMBARAZADA. Me levanté al poco rato con la excusa de devolver a su sitio el periódico y comprobé que ocupaban la mesa dos mujeres y el hombre de grave voz. Los tres eran muy jóvenes, tendrían unos treinta años. La mujer a la que iba dirigida la arenga estaba un poco rellenita, el hombre tenía un aspecto macarra, similar a esos tipos que hacen de chulos a las putas, la otra mujer que había permanecido callada tenía un aspecto sumiso, claramente se trataba de la pareja del personaje con aspecto de chulo. Tomé otro periódico y me enfrasqué en otra noticia interesante, Lebrijano actuará en Zamora a finales de junio. Miré mi agenda y comprobé que no podría asistir al concierto. Lástima, Lebrijano es uno de mis cantaores favoritos.

En la calle seguía lloviendo y rápidamente olvidé la serie de anécdotas relatadas. Con seguridad mis observaciones son fruto del aburrimiento, de la soledad, o de la incomunicación del momento, aunque he de decir a mi favor que son momentos sublimes y disfrutados con intensidad, son mis momentos y me gusta compartirlos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues da mucho gustito que quieras compartirlos, la verdad.

Me ha venido una imagen a la mente al leer las burradas del tipo ese...en fin, como dice un conocido mío, "un descerebrado más", hay tantos..


Besitos

Anónimo dijo...

Nadie nace sabiendo...quizás la camarera en cuestión llevaba poco tiempo en aquella ocupación. Un poco menos de justificación tendría lo del funcionario municipal aludido.

Pero cada momento es disfrutable...poner atención al entorno, aunque sea para hechos que nos den vergüenza ajena, refleja tu espíritu observador. Saludos cordiales.

¿QUIÉN PERTURBA LA PAZ DE ESTE CONVENTO?

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