sábado, 7 de abril de 2007

MONÖLOGO EN EL TREN


Hay veces en que lo generalizamos todo y con facilidad podemos equivocarnos. Resulta que subía al tren que une Valencia y Barcelona con salida a las cinco de la tarde, la hora más taurina. Una pareja se despedía de unos amigos. El chico, con notable acento argentino, me preguntó si se trataba del tren con destino a Barcelona. Le contesté afirmativamente, pero por miedo a equivocarme, y para cerciorarnos ambos, le indiqué que había a escasos metros un panel con la indicación.

Me acomodé en el vagón más cercano a la estación y que correspondía al último del convoy. La pareja de argentinos se colocó dos filas por delante en el ala contraria de donde me encontraba. A su lado, en mi misma ala, se sentó un señor mayor, el chico argentino aprovechando la proximidad le preguntó si la llegada que figuraba en su billete correspondía realmente con la llegada a Barcelona. Para que quieres más, el señor comenzó una desenfrenada perorata. Hablo de los distintos trenes de nuestro país y que habían acertado a tomar el Regional (había aprendido en Latinoamérica que coger se decía en otras ocasiones. La pareja rió con ganas y el chico hizo una de las pocas aportaciones al monologo).
El señor siguió relatando que había viajado mucho por su profesión, era ingeniero naval, trabajaba en una empresa española, Construcciones y Contratas S.A., había vivido en Brasil, China, Indonesia, Irán, Estados Unidos y Argentina, concretamente en Rosario, en la provincia de Santa Fé. Habló sobre los catalanes y valencianos, los idiomas del estado español, la agricultura, dejándoles patente que nunca hablaba de política, la vida le había enseñado a evitar hablar de ella. Dijo que Argentina tenía que salir de la crisis, disponía de un gran potencial humano. Continúo con el valor del equipo en lo profesional, en las empresas. En ese momento preguntó al chico cual era su profesión. Contestó que arquitecto. Disertó entonces largamente sobre la arquitectura en todas sus vertientes, civil, hidráulica, militar, naval, de las distintas proyecciones… poniendo algún ejemplo de lo que se estaba construyendo en España, sobre todo en la costa, y que él como profesional tenía un gran futuro en nuestro país, siempre y cuando tuviera cuidado, ya que había muchas subcontratas que no pagaban bien, y sobre todo, muchas mafias locales e internacionales. En ese momento puso el ejemplo de Marina D´Or (yo lo llamo Marina Horror), diciendo que en el momento que investigaran sobre esa hiper urbanización pasaría algo similar como lo ocurrido en Marbella. Conocía el porqué de ese especulativo proyecto y no era otro que las mafias rusas invirtiendo su dinero negro. Pero claro, con el Presidente de mierda que tenemos en este país, pasan cosas así y otras mucho peores, sin embargo con Franco había trabajo para todos… (Menos mal que había aprendido a no hablar de política).
Como se puede apreciar este hombre sabe de todo. Luego preguntó a la chica por su profesión. Contestó que informática. Aquí empezó otra disertación, tenía sesenta y cuatro años y su mujer era también informática, de treinta y tres años. En ese momento sacó dos fotos, la de su mujer y la de su hija. Su hija acababa de cumplir cinco años. De su anterior matrimonio tenía hijos mayores que la pareja con la que hablaba.
Llegaba su parada y se despidió dándoles su tarjeta particular. Les dijo que encontrarían fácilmente trabajo en Barcelona y que le podían llamar cuando quisieran para asesorarles, e incluso, poder servir de “enchufe” en su empresa.
El chico le dijo que muchas gracias por todo pero que tan solo se encontraban de vacaciones por España y que en ningún momento habían pensado quedarse para trabajar.

Para mi fue un viaje muy divertido, tenía sueño y pensaba dar un cabezadita pero no podía abandonar un monólogo tan excepcional. Pensé en las necesidades de hablar que tiene mucha gente y como, en ocasiones, por nuestra manera de ser y de actuar nos equivocamos. Convertimos a todos los latinoamericanos en inmigrantes, eso es lo que abunda, pero sin embargo hay muchos otros que vienen de vacaciones, a conocer nuestro país y a intentar vivir tranquilos sin nadie que les martirice. Cuando el tipo desapareció la pareja intercambio unas palabras en voz bajita, sonrieron y se durmieron.

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“¡No hay naciones!, solo hay humanidad. Y si no llegamos a entender eso pronto, no habrá naciones, porque no habrá humanidad".   Isaac ...