Tengo celos de la lluvia cuando invade tu cuerpo desnudo.
Celos de esas diáfanas aguas incrustadas en él
deslizándose hasta alcanzar cruciales posiciones.
Celos de los celos de esas húmedas partículas.
Odio interminable a los fríos que provocan.
Quisiera discurrir gozoso por las concavidades de tu cuerpo,
gemir de placer recorriendo tus sensibles hondonadas.
Avanzar deprisa hasta tu espacio interior
produciendo la furia que desprende la sensación de amar.
Refrescando interiores, deleitando complacencia,
dedicando emociones, desprendiendo licores.
Apasionarme viviendo esa frescura,
absorbiendo los líquidos placeres que provocas.
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