martes, 31 de julio de 2007
MAR MEDITERRÁNEO
“Venus surgió de sus aguas bendecidas por los dioses. Es un mar amable hasta que deja de ser apacible y se convierte en fiero. Por él entraron la civilización y el placer, ese que buscan los turistas tostados al sol en las playas mientras gozan comiendo paella y gambas. Es catalán, balear, valenciano, murciano o andaluz”. Manuel Vicent.
Nací a orillas del embravecido Cantábrico. Allí pasé algunos de los años más importantes de mi vida: la infancia, la adolescencia, la primera juventud. Viví el primer fallecimiento de un ser querido, mi primer amor, soñé con un futuro. Un buen día tuve que emigrar y las visitas a mi querido mar se fueron alargando en el tiempo. Conocí otros mares: el hermano océano Atlántico, el Mediterráneo en verano, el plácido Caribe, el exótico Andamán, el azul Egeo, el mar del Norte, el océano Pacifico… pero ninguno me pareció tan majestuoso ni tan cercano como el que considero mío.
Desde hace unos años frecuento el Mediterráneo. Pensaba que era un mar tranquilo, amable e, incluso, aburrido. Analizándolo durante todos los meses del año puedo confesar que estaba muy confundido.
Este mar, donde un día emergió Venus y donde Ulises encalló su barca, no siempre es apacible. Durante el verano sus aguas son difíciles de navegar. Sirva de ejemplo lo que ocurrió a un grupo de “chicarrones” del norte desafiando esas aguas. Mi cuñado y diez amigos más alquilaron un barco de quince metros en las islas Baleares. Dos de ellos tienen el título de patrón. Son profesionales del mar, están acostumbrados a navegar por aguas del Cantábrico y de otros mares. En una travesía se las vieron y se las desearon para llegar a puerto. Cuentan que ha sido una de los itinerarios más duros de su vida. Cuando menos se espera la supuesta armonía de este azulado mar se va al “garete”. Se produce una bajada térmica y la tempestad, que suele durar una o dos horas como mucho, puede hacértelas pasar tan mal como a estos amigos santanderinos. No obstante junio, para los marineros de la tierra, es el mejor mes para disfrutarlo.
Durante cinco semanas el País Semanal recorrerá, con la ayuda de cinco consagrados escritores, el mar Mediterráneo. Desde España hasta Turquía pasando por Marruecos, Grecia e Italia. La primera entrega se produjo el pasado domingo. Mi querido y admirado Manuel Vicent (a quién he robado alguna idea y unas cuantas palabras en mi escrito) ha sido el encargado de iniciar el reportaje. Plasma el Mediterráneo español, sus gentes, las labores, la gastronomía, la manera de ser… de una manera realmente magistral. Merece la pena leerlo con atención para desbrozar los mitos de esa costa. Abdalá Taïa (Marruecos), Carlos García Gual (Grecia), Frances Mayes (Italia) y el Premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk (Turquía) serán los encargados de desmenuzar toda esa parte de la costa mediterránea.
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