Me preparo para atravesar por cuarta vez en mi vida "el charco". Alguna vez he dicho que soy un americano en Europa y lo mantengo, aquella tierra tiene algo especial que te atrae y deseas volver. Mi próximo viaje será a Argentina a mediados de septiembre, justamente cuando finaliza en nuestro continente el verano y comienza en aquellos lares la primavera, recién finalizado el duro invierno.
Me encanta viajar, lo hago siempre que mi trabajo me lo permite. Curiosamente estaba preparando un viaje a Rusia cuando me confirmaron un viaje a Argentina con un Club al que pertenezco. Rusia tendrá que esperar.
Antes de viajar intento recabar la mayor información sobre el viaje que voy a realizar. Considero que se viaja tres veces, primero preparando el viaje y localizando la mayor información al respecto, después el viaje en sí y para finalizar el recuerdo de todo lo vivido. Estoy en la primera fase y, realmente, Argentina y Buenos Aires son tan inmensos que nunca se acaba de profundizar. Sin embargo, cuando leo diferentes blogs y publicaciones sobre diversos lugares hay algo en lo que siempre se hace referencia: las personas. Para bien o para mal. Las personas de cada lugar son las que, en definitiva, te muestran la realidad del país que visitas. En Argentina todos coinciden en que sus habitantes hacen que tu viaje se convierta en inolvidable. Vas a comprar cualquier cosa y te paras a hablar quince minutos sobre lo divino y lo humano. Sin duda, hablar la misma lengua tiene sus prioridades. Tal vez sea una de las razones por la que me considero feliz en ese continente tan fascinante.
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