Resulta que voy a montar una nueva cocina en mi apartamento; es decir, voy a hacer obra. Mi vetusta cocina tiene ya veinticinco años, ha cumplido con creces y toca renovarla. Hemos estado esta tarde transbordando recipientes, organizando vasijas y, de repente, ha aparecido una botella de medio litro de Ron Palma "Los Marinos" de Paticruzado, una empresa licorera cubana establecida en Santiago en 1885. La compré en La Habana en 1992, por tanto ha cumplido 15 años en mi hogar. Junto a la botella, recién aparecida, adquirí otras dos de más capacidad, una de ellas se nos rompió en un restaurante habanero y el camarero que nos atendía en la mesa tuvo la deferencia de cambiar el contenido de recipiente. Unas horas más tarde nos la bebimos entre cuatro amigos mientras contemplábamos la actuación de “Son Damas”, muchos bailes y risas, claro. Después de cenar me tentó la idea de abrir la botella, así que me serví un chupito en vaso muy frío y, hmmmmmmmm, excepcional, es uno de los ro