miércoles, 15 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS- 29


“Los hombres construimos demasiados muros e insuficientes puentes”. Isaac Newton
Desde tiempo atrás, los hombres han construido muros para detener invasiones, cerrar el paso a expatriados, dividir, delimitar espacios. Berlín construyó uno que duró 28 años; en Cisjordania los israelíes otra para protegerse de los ataques terroristas; en España, entre Ceuta y Melilla y Marruecos, se instaló en 1998 un muro formado por dos vallas de seis metros de altas, con cámaras, sensores y cuchillas, para evitar que los africanos que buscan llegar a Europa pasen a territorio español. Donald Trump, haciendo alarde de su odio hacia los extranjeros, propuso un vergonzoso muro que debería ser pagado por México. Curiosamente, cuando los casos de coronavirus aumentaron aceleradamente en Estados Unidos y en México no había prácticamente, los mexicanos propusieron que el muro debería seguir avanzando rápido ¡Necesitamos el muro más que nunca para aislarnos del virus! Todo ello demuestra que somos poco solidarios con la sociedad en general y deberíamos apostar, ahora más que nunca, por vivir en paz y no ver al prójimo como si fuera un extraterrestre ya que tiene el mismo derecho a vivir que nosotros.
El último muro, o más bien los últimos muros de hormigón, se han construido en Peñíscola. La llamada “Ciudad en el mar”, que tiene alrededor de ocho mil habitantes censados y cuya población vive en un alto porcentaje del turismo, donde Benedicto XIII, el Papa Luna, se autoexilió en 1411, decidió por su equipo de gobierno, de manera controvertida y unilateral, poner barreras de hormigón en casi todos los accesos a la población. ¿Motivo? “Que no pueda acceder nadie que viniendo de fuera pueda traer el virus y contagiarnos”. Por suerte, y también por sentido común, la delegada del Gobierno en la Comunitat, ordenó eliminar de inmediato esas barreras ya que impedían el libre acceso a la localidad. Dos días después del aviso ¿? se retiraron los muros, aunque el alcalde de Peñíscola tilda esas decisiones de irresponsables e inexplicables y emprenderá acciones legales, e incluso penales, contra la delegada autonómica del Gobierno.
Cuando todo este berenjenal pase que no se preocupen los visitantes y propietarios de apartamentos, ya que, entonces, sí podrán entrar a Peñíscola e, incluso, les harán la ola. Los muros se habrán olvidado y, esperemos, que el virus también. Será cuando necesitemos más puentes y menos muros.

FOTO: Onda Cero

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