domingo, 19 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS. 33

Las ocho de la tarde era una hora como otra cualquiera cuando la vida no presentaba excesivos altibajos y la monotonía marcaba el paso del tiempo. Nuestra vida ha cambiado desde ese especial toque de queda que marca el reloj a esa hora precisa. De repente, hemos descubierto a nuestros vecinos, que a pesar de sus personales características, son como nosotros, frágiles. Pertenecemos a un sistema neoliberal que nos ha hecho creer que no hay más alternativa que todo lo que está alrededor del trabajo y nuestras necesidades son creadas por un consumismo feroz. Vivimos en la costumbre y nos olvidamos de otras alternativas que tenemos cerca. En ese tipo de vida a la que estamos sometidos todo son prisas, todo va contrarreloj y nos olvidamos de pensar en nosotros mismos, de realizar rutinas que sean positivas para intentar ser más felices.
Aprendes a no masticar con la boca abierta, estudias ecuaciones y ortografía, te compras ropa a la moda, trabajas, compras coche en cómodas mensualidades, trabajas, buscas pareja, compras casa a treinta años, pospones sueños, trabajas, tomas pastillas para dormir, trabajas y te apuntas a algún curso de algo para trabajar cuando no trabajas, tienes hijos, trabajas y pagas a alguien que los cuide, vas al terapeuta, trabajas, compras apartamento en la playa, trabajas, pospones ideas para cuando no trabajes tanto, lloras a veces, trabajas, metes a tu madre en una residencia, trabajas, ya habrá tiempo de vivir y dejar de hacer concesiones frente al espejo cuando dejes de trabajar, siempre hay algo nuevo que pagar, sientes culpa porque tus hijos crecen porque tus padres mueren, te compras una moto, una tele más grande, un monovolumen”. Alberto Torres Blandina “Pliego suelto”. Los objetos como problema y como solución.
De repente, por medio de la "coronacrisis" se ha abierto en la sociedad una grieta que no sabemos de qué manera se cerrará. Nadie es optimista con el futuro inmediato, todos los datos auguran una crisis sin precedentes y, aunque otro escenario es posible, nos mantenemos incrédulos ya que hemos sido educados para no alejarnos excesivamente de lo que nos dictan desde arriba. Nos aferramos a lo conocido y nos asusta lo desconocido, e incluso confinados intentamos imitar lo que hacíamos en el exterior para que lo conocido encaje con lo real en el futuro que nos espera. Preferimos el rendimiento productivo a la salud, trabajar horas extras para tener más economía que tiempo libre. Ahora es el momento de pensar que es posible otra realidad que se adapte mejor a nosotros. No podemos perder ese tren que saldrá en breve aunque ahora tengamos los ojos cerrados.

No hay comentarios:

LA VIDA PASA

“¡No hay naciones!, solo hay humanidad. Y si no llegamos a entender eso pronto, no habrá naciones, porque no habrá humanidad".   Isaac ...