lunes, 3 de marzo de 2008

WERNER HERZOG


Ana Rodríguez de la Robla en la didáctica bitácora “Hablemos de Victorias” se refiere, en su última publicación, a una película de Herzog que desconocía, concretamente a “Muerte para cinco voces”. Esta belleza (Ana), dulce e inteligente, es un saco de sorpresas. Precisamente acaba de finalizar en Soria un ciclo de ocho películas sobre el director alemán, aunque sólo pude asistir a tres. Aguirre y Gaspar Hauser las vi por segunda vez y Fitzcarraldo por vez primera. Curioseando en la filmografía del muniqués, que acompaña la revista anual del cine club, aparecen cuarenta y dos películas y documentales (incluidos los realizados para televisión) y seis cortos dirigidos por él. “Muerte para cinco voces” (1995) es un documental sobre Carlo Gesualdo, excéntrico príncipe de Verona, asesino de su esposa y de su amante (el de ella) y compositor de una serie de madrigales a cinco voces que se adelantaron a su época. Herzog deambula por Italia entrevistando con su cámara a personajes muy diversos, desde académicos hasta una mujer que se dice la reencarnación de la esposa asesinada, todo ello aderezado con la interpretación de varios madrigales de Gesualdo.
Werner Herzog nació en 1942 en Munich. Su infancia se desarrolló en un pueblo remoto de las montañas de Baviera. En esa época no conoció ni cine, ni radio, ni los teléfonos. Cuenta que a los catorce años leyó un artículo en una enciclopedia que le enseñó todo lo que necesitaba para empezar como cineasta. Al mismo tiempo que estudiaba trabajaba en el turno de noche como metalúrgico para conseguir el dinero necesario para financiar su primeras películas. Realizó estudios universitarios en Munich y en Estados Unidos (cerca de Los Ángeles). Es antiacadémico (“El cine no proviene del abstracto pensamiento académico; proviene de tus rodillas y de tus muslos… El cine proviene de las ferias del campo y del circo, no del arte ni del academicismo”)Herzog siempre ha insistido en la búsqueda de lo que llama el éxtasis de la verdad. “En el cine hay estratos de verdad más profundos y existe una verdad poética, extático… puede ser alcanzada solo a través de la invención, de la imaginación y de la estilización”
En una entrevista de la BBC que se filmó en Los Angeles, Herzog explica con su voz profunda e hipnótica que en Alemania a nadie le gustan ya sus películas. De pronto se escucha un fuerte ruido. Herzog queda doblado. Acaban de dispararle con un rifle de aire comprimido por debajo de la línea de los calzoncillos floreados y tiene una herida. "No tiene importancia", dice con su impasible acento bávaro. "No me sorprende que me disparen." Es un momento tan herzoguiano que cualquiera pensaría que él mismo lo dirigió.
Pero para profundizar a Werner es mejor ver sus películas. El propio interesado siempre ha proclamado “yo soy mis películas”.
Ana de nuevo gracias por tus recomendaciones, habrá que seguirlas de cerca y continuar aprendiendo de tí, todo un lujo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Caray, mi Luis, qué bonito. Regracias. Aunque ya sabes que yo aprendo de ti en otras mil cosas.
Un beso grande.

Luis López dijo...

¿Mil cosas? Para nada. Otro beso igual de grande. Gracias.

Anónimo dijo...

Me parece que una vez te referiste a Herzog, ¿no?

Gesualdo marcó época con su historia...y esa clase de casi mitos genera curiosidad en el presente, aún más allá de la propia cultura del entorno (como es en el caso de Herzog).

Saludos cordiales.

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