Hace
pocas fechas vi en la televisión un grupo de chicas que tocaba las castañuelas
y actuaba para un jurado compuesto por tres o cuatro personas. Al finalizar su
actuación, acompañaban una melodía de Bach con sus castañuelas, irrumpió Risto
Mejide, anteriormente llamado Ricardo, para decir una de esas barbaridades a
las que nos tiene acostumbrados ese tipo que parece no le cabe un piñón en el culo. Esta vez su necedad iba
destinada a los funcionarios. Dijo algo así: ya era hora que alguien haga tan
bien lo que suelen hacer los funcionarios de este país, tocar las castañuelas.
Ciertamente, no sé ni me importa, si él
hace bien su trabajo o no, pero yo, puedo asegurarlo, intento realizarlo lo
mejor posible educando a personas con discapacidad intelectual, un trabajo
agradecido, motivante, pero al que hay que dedicarle ciertas dosis de paciencia
y otros aliños que no suelen ser las castañuelas. Me gustaría recordar a Risto que hay muchos
funcionarios en nuestro país que se juegan la vida diariamente, los hay que
apagan incendios, que atienden a los enfermos, que están destinados en países
conflictivos para mejorar la seguridad de sus habitantes, que trabajan en
cárceles con evidentes riesgos, que diariamente intervienen quirúrgicamente a
sus pacientes, que tratan a poblaciones marginadas… Tal vez Risto no se haya
parado a pensar en ese tipo de funcionarios ya que está inmerso en ese humor
irritante y desnaturalizado que me produce vergüenza ajena. Tal vez Risto se
merezca que algún funcionario, al que se le pisotean día a día sus derechos más
elementales, al igual que al resto de los trabajadores, le parta la cara y lo tenga que atender un sanitario beneficiado, según él, por ser ser uno de esos
funcionarios que para él tocan las castañuelas en sus destinos laborales. La
próxima vez que te cambies el nombre será mejor que te llames Cristo, te pega
más, y si es posible, como decía una niña de mi cole, “¿San Cristo? un crimen”
(en relación a la serie televisiva “Se ha escrito un crimen”).
lunes, 29 de abril de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
EL LEGADO DE VIVIAN MAIER (Fotografía)
El
protagonista del relato viaja al norte desde la capital londinense y, como es
habitual, al tren donde viaja le cuesta abandonar los suburbios para adentrarse
en la campiña. Mientras tanto, miró de soslayo el mar, un poco alborotado
ahora, recordando otro viaje en tren que hice abandonando Londres hacía el
oeste. La lectura tiene esas cosas, de repente nos hace renunciar a la realidad
del relato para transportarnos a otros
lugares, conocidos o desconocidos.
En
mi viaje “real”, viniendo de la meseta castellana hacía levante, disfruté de paisajes
sorprendentes que nos regala la primavera.
Cerca de Calatayud los cerezos estaban floreados de manera espectacular; pasado Cariñena, las vides mostraban sus
primeras hojas verdes. Hacía las nueve anochecía a la altura de Morella,
todavía sin iluminación en sus murallas y castillo. Ya en la costa, la
temperatura subió algunos grados en relación al interior del alto Maestrazgo.
Vivian Maier
Dejo
un momento la terraza para coger mi sombrero blanco que descansa encima de una de
mis fotografías enmarcadas y, de paso, cambiar de lectura y de soporte. Cierro
mi Kindle dejando “Atlas de las
nubes” para otro rato y abro El País por su apartado cultural. Una de sus
páginas habla del legado fotográfico de Vivian Maier, con el siguiente titular,
“La niñera escondía un tesoro”. Acompañan al titular tres fotografías que datan
de 1953 y 1954. Vivian fue niñera
durante 40 años muriendo en 2009 pobre, sola y sin saber que su pasión, la
fotografía, la sacaría del anonimato. La historia de Maier esta envuelta en
incógnitas, en una modesta subasta en Chicago, un veinteañero de nombre John
Maloff compró por 300 euros un archivo desconocido que podría servirle para
documentar un libro en el que trabajaba acerca de su barrio. Decidió revelar
una parte del material y ponerlo a la venta por Internet ya que se trataban de
fotos antiguas. Fue entonces cuando Allan Sekula, critico e historiador de
fotografía, se puso en contacto con John para que no siguiera desperdigando
aquel material prodigioso. Aquellas instantáneas de los años 50 y 60 estaban
llenas de talento. Ahora, una exposición itinerante producida por Dichroma
Photography, comisariada por Anne Morin
y programada en la Sala San Benito de Valladolid a partir del 8 de mayo
–viajará también a Estocolmo y París- mostrará 120 fotografías y 9 peliculas en
Super 8.
En
una de las cintas grabadas que encontró Maloff, Vivian había grabado su idea
del paso por la vida: “Tenemos que dejar sitio a los demás”. “Esto es una
rueda, te subes y llegas al final, alguien más tiene tu misma oportunidad y
ocupa tu lugar, hasta el final, una vez más, siempre igual. Nada nuevo bajo el
sol”.
Les
dejo con esa cita mientras voy a prepararme un vermú escuchando a Lambchop,
esto es una rueda y alguien puede ocupar mi lugar… aprovecharé el tiempo, por
si acaso.
FOTOGRAFÍAS DE VIVIAN MAIER
domingo, 14 de abril de 2013
COLECTIVO 6,21
Un valor en alza.
COLECTIVO 6,21 es un colectivo formado por 9 chicos (as) discapacitados psíquicos.
COLECTIVO 6,21 es un colectivo formado por 9 chicos (as) discapacitados psíquicos.
Título: FORMER LIVES- 1
Título: TO ETELKA
viernes, 12 de abril de 2013
jueves, 11 de abril de 2013
JAMIE OLIVER "THE ANTI-RESTAURANTS"
Ayer
estuve viendo por la tele un programa de Jamie Oliver. Es uno de los mejores
cocineros de Londres y se hizo famoso internacionalmente gracias a un programa
de televisión. Yo lo descubrí, precisamente, en Canal Cocina, hace unos
años. Sus programas eran muy divertidos,
saliéndose siempre de las estructuras habituales. En ellos, cocinaba en su apartamento
londinense e invitaba a familiares, amigos y profesionales que se encontraba
por la calle. Su manera de cocinar también era curiosa. Recuerdo que me gustaba
mucho la sintonía del programa, estaba compuesta por su grupo musical "Scarlet Division", donde el
polifacético Jamie tocaba la batería. Las compras para realizar cada comida las
hacía con una moto scooter y siempre tenía productos de primera calidad.
En
el programa de ayer, creo que emitido por la cadena televisiva Viajar, visitaba
Nueva York. Se dirigió en el metro hasta
la finalización de la línea en un barrio plagado de asiáticos. Ciertamente se
trataba de un microcosmos dentro de la universal ciudad de los rascacielos. Se
veía como se introducía en las cocinas de los restaurantes y ayudaba (y
aprendía) a cocinar los platos más populares. Anteriormente, había visitado la
casa de un colombiano que, como tantos, llegó a Nueva York de ilegal pero que
gracias a una amnistía del gobierno norteamericano, tanto él como su familia se
habían convertido en legales. El colombiano trabajaba por las mañanas de
conductor de autobús escolar y por las tardes preparaba, junto a otros
familiares, comida para los vagabundos, casi todos latinoamericanos. Jamie
acompañó una noche al conductor-cocinero al distrito donde se agolpaban los
ilegales para degustar la única comida que hacían durante el día.
Tras
esos dos episodios, Jamie visitó uno de los llamados “the anti-restaurants”. Se
trata de casas particulares que, sobre todo, las noches de los viernes y
sábados, preparan un menú que publicitan en internet. Obviamente se trata de lugares
ilegales pero muy populares. Jamie llegó a un portal, llamó al timbre y dos
mujeres le dieron la bienvenida. Anteriormente se había puesto en contacto
telefónico (o por E-mail) para decirles que le reservaran mesa. Todos tienen
unas normas muy personales, pero la mayoría de esos lugares no cobran sino que
dejan en un lugar visible una especie de hucha para que cada uno de los
comensales introduzca allí su donación por la comida. El caso del anti
restaurante que visitó Jamie era diferente
ya que cada comensal tenía que llevar una botella de vino y pagar 45
dólares.
Finalizaba
el interesante programa con una especie de compendio de todo lo allí vivido por
Jamie. En el piso que compartía, preparó una cena y la publicitó por internet.
Pronto se pusieron en contacto con él las 8 personas que correspondían al aforo
del comedor. Preparó comida asiática que había practicado en aquel alejado
distrito y en los postres informó a los comensales que podían depositar lo que
consideraran oportuno. Lo recaudado iría destinado a la fundación que tenía el
colombiano para alimentar a los vagabundos.
CITAS
De muchas ideas nuestras no nos habríamos enterado jamás, si no hubiésemos sostenido largas conversaciones con otros. ( Noel Clarasó )
miércoles, 10 de abril de 2013
La esposa del presidente del Congreso, Jesús Posada, ocultó 2,5 millones de euros entre 1988 y 1991
Si fuese por la prensa soriana no nos habríamos enterado. Por más que miro no encuentro ni una noticia sobre los millones de la mujer del diputado por Soria Jesús Posada. ¿Por qué será? Merecemos un respeto y conocer la verdad, venga de donde venga. De no ser así nos están tomando el pelo haciendo un periodismo partidista y miserable.
Por suerte, la noticia recorre el país. Una muestra de ello:
La mujer y los cuñados de Jesús Posada escondían hasta 1.200 millones de pesetas de Hacienda
Mientras el actual presidente del Congreso era consejero y presidente de la Junta de Castilla y León, su mujer, sus cuñados y su suegra mantenían a título personal o mediante sus empresas familiares importantes sumas de dinero en un refugio fiscal
Los gestores que hicieron la estrategia fiscal para eludir el pago de impuestos siguen al frente de las empresas de la familia
La empresa de la familia política del presidente del Congreso rechaza dar explicaciones o aportar pruebas de que eran ingresos en A. "¿Usted qué cree? ¿Que yo tengo la declaración de estos señores del año 1988?", afirma el director financiero, que ya trabajaba en el momento de estas operaciones financieras opacas
González Pons traslada la pelota a la esfera privada de los negocios de la esposa de Jesús Posada y se abstiene de dar aclaraciones sobre el manejo de las cantidades de dinero negro
Sigamos pagando religiosamente a Hacienda lo poco que nos queda porque hay que mantener a estos hijos de puta que se lo llevan en crudo y no pagan un puto duro.
La esposa del presidente del Congreso ocultó 2,5 millones de euros entre 1988 y 1991
La mujer de Posada también habría utilizado esta fórmula para ocultar dinero negro a título individual en 1988, mientras Jesús Posada era consejero de Fomento de Castilla y León y un año antes de ser nombrado presidente autonómico. La cifra total invertida en estos pagarés a través de Eurocapital sería de 188 millones de pesetas, unos 2,5 millones de euros al cambio y teniendo en cuenta la inflación
Cuando quebró Eurocapital y fue intervenido por el Banco de España en 1991 se destapó que tenía una caja B de 5.000 millones de pesetas. Tras sanearse, la entidad fue vendida a Unicaja. La información publicada este lunes asegura también que durante los años previos a la quiebra, la familia De la Mata y Pobes era uno de los principales accionistas del banco y que el cuñado de Jesús Posada formaba parte de su consejo de administración.
La esposa del presidente del Congreso ocultó 2,5 millones de euros entre 1988 y 1991
Noticias de Jesús Posada
Posada ve "bien" que Anticorrupción pida a Hacienda los pagos del PP desde el año 2000
- El presidente del Congreso es preguntado por la información de El País
- Cree que se ha demostrado lo que dijo Montoro sobre la amnistía fiscal
El presidente del Congreso, Jesús Posada, ve "bien" que la Fiscalía Anticorrupción haya pedido a Hacienda todos los pagos declarados por el PP desde el año 200...
lunes, 8 de abril de 2013
¿LA PRIMAVERA?
Hoy, por
suerte, he tenido tiempo para pensar, para escuchar música relajadamente, para estar tranquilo, para que el tiempo pase
sin apenas darme cuenta. Comencé la mañana atravesando la ciudad en coche
(cuando me preguntan cuánto consume mi coche en ciudad siempre digo que no lo
sé, conduzco en Soria) y escuchando un programa de radio que hablaba de la
primavera. Mientras lo escuchaba mis limpiaparabrisas separaban los colosales
copos de nieve del cristal.
Entrevistaban a dos mujeres, una era japonesa y otra española,
supongo, relacionada profesionalmente
con la meteo. La profesional se explayó
con datos sobre el día que entra cada estación. Decía que no había nada lógico,
que no era lo mismo la última quincena de agosto en Madrid capital o en parte del Mediterráneo que en el
Pirineo, por ejemplo. La nieve, a seis de abril, daba la razón a la comentarista.
En Soria, en plena primavera, la temperatura era de un grado. Luego habló la
japonesa. Tengo que decir que poco y
con el acento característico de los nipones. Por lo visto, venía de ver los
cerezos en flor que anuncian que la primavera ha llegado. Por cierto, según
decían en la emisión, en Asia el primer árbol que florece es el ciruelo y los
chinos se han apoderado de él para simbolizar la primavera. Los japoneses, para
diferenciarse de los chinos, han acogido, sin embargo, el cerezo para
representar la estación anterior al verano.
Y, aunque,
normalmente la floración de algunos árboles frutales llega cuando entra la
primavera, entre el 20 y el 23 marzo, últimamente veo los cerezos, y otros
frutales, en las proximidades del Mediterráneo llenos de flores, rosas o blancas, a finales de enero.
No cabe duda que la primavera es casi eterna por aquellos lares.
La primavera
se ha encharcado y parece que el invierno no ha acabado de irse, no obstante,
me gusta la idea de meterme en casa, ver nevar desde la ventana mientras
escucho la seis de la BBC por la radio, leo un libro y preparó algo para picar
acompañado de un vinito de Oporto. En invierno, cuando voy a trabajar y el día
es así de triste digo para mis adentros: “hace un día para quedarse en casa y
no salir”. A mi, que durante casi veinte
años no he parado de viajar todos los fines de semana, muchas veces me apetece
precisamente eso, disfrutar de la intimidad que te ofrece tu vivienda, cobijado
por una buena calefacción y mejores viandas. Siempre recuerdo que en la última
entrevista que leí antes de morir Julián
Marías, decía: “ojalá en la otra vida me encuentre como en mi casa”. Quién me
iba a decir a mi hace unos años que sería tan casero.
viernes, 5 de abril de 2013
EL MAYOR ESPECTÁCULO DEL MUNDO
Cuento con el que participo en un Certamen Internacional sobre el circo.
TÍTULO: “El mayor
espectáculo del mundo”
-----------------
Por aquel entonces tenía cinco años y un dominio
normal del idioma para su edad. Desde que llegó de su país de origen pocas
cosas le habían impactado tanto como la visión de aquella gigantesca “tienda de
campaña” plantada en el parque cercano a su casa. Nada más verla preguntó a su
mamá qué era aquello. Paciente, su madre le explicó que se trataba de un circo
que iba recorriendo el país para entretener a todos los niños. Tirando de su
mano, quiso arrastrarla hacía la proximidad de las lonas, los gigantescos
vehículos y los animales que permanecían encerrados tras gruesas barras de acero. Su madre le
prometió que al día siguiente sacarían
las entradas para adentrarse en la magia de los trapecistas, payasos,
acróbatas, magos, adiestradores de animales…
Eduardo esa noche durmió mal, tuvo algunas
pesadillas. Soñó con su tierra de origen, China y con la disciplina, casi
militar, a la que fue sometido durante
los tres primeros años de su vida en el orfanato de su ciudad natal.
Curiosamente, durante la jornada siguiente, participaría de uno de los
espectáculos más antiguos del mundo que se guiaba, en la mayoría de sus
funciones, con la misma disciplina que
le aplicaron a él por entonces. Ni imaginaba que los animales, los trapecistas
y los acróbatas debían practicar varias horas, a diario, para entretenerle a él
y a sus compañeros. Cuando despertó, un poco tarde ya que era sábado y no había
colegio, corrió hacía la cocina para recordar a su madre que tenían que ir al
circo como ella prometió la jornada anterior. La madre preparó el desayuno
mientras se proyectaba en el televisor una película de video que sacó prestada
de la biblioteca. Eduardo se fijó en la cajita que contenía la cinta y leyó
despacio, “El ma-yyyoooorr
es-peccc-tá-cu-looo de-el munn-do: EL CIRRRR-COOO”. Desayunó con mucha
parsimonia mientras disfrutaba emocionado de las artes circenses. El documental
duraba tan sólo media hora y repasaba, de manera somera, las principales
expresiones artísticas, haciendo hincapié en los animales salvajes y sus cuidados.
También recordaba los circos más importantes: Cirque Du Soleil (Canadá); Circo
Sarrasini (Alemania); Circo Price (España); Circo Padilla-Ledezma (México y
USA); Circo Hermanos Gasca (Perú); Circo Taconhy (Argentina) y Circo Ruso
(Rusia), entre otros… y se completaba con fotografías de Charlie Rivel
(payaso); Alfredo Codona (trapecista); Eduardo Cardenal (equilibrista); los
famosos payasos de la tele: Gabi, Fofó y Miliki; los Hermanos Tonetti…
Hasta que llegó la hora de ir al circo el día se le
hizo eterno. A eso de las cinco de la tarde vinieron a recogerlos su tía
Castora y su primita Irene. Eduardo se endosó sus mejores galas para la
ocasión, dirigiéndose, los cuatro, andando hasta el parque cercano donde se
encontraba instalado el CIRCO ITALIANO. Irene y Eduardo no perdían ripio de
nada de lo que pasaba en ese fantástico lugar, quedando fascinados por un
payaso con una hinchada nariz roja que repartía tarjetas del circo. Castora y
Marta, su madre, compraron dos manzanas caramelizadas y dos nubes de algodón de
azúcar. Eduardo era el niño más feliz del mundo en ese instante.
Precisamente, lo que más le impactó de lo que vio esa
tarde de sábado fueron los payasos. El espectáculo mezclaba diferentes gags
humorísticos, finalizando la actuación con una llamada para acabar con el hambre infantil en el
mundo. Eduardo, emocionado, con las lágrimas recorriendo sus mejillas, aplaudió
hasta que el dolor de sus pequeñas manos no permitieron más. A la salida del
espectáculo dijo a su madre que de mayor quería ser payaso. Un payaso con ojos
rasgados y un corazón tan grande como el poder de comunicación que tiene el
circo.
En la actualidad tiene cuarenta años y dirige el Circo “El chino filipino”. Durante el año recorre el sur de Europa actuando de payaso, salvo en invierno que visita, en solitario, los rincones más recónditos de África. Allí, lleva a los niños alegría, ilusión y camiones de comida donados por los visitantes del circo en su gira europea. Es feliz con lo que hace y nunca olvida su pasado en aquel siniestro orfanato del sur de China.
En la actualidad tiene cuarenta años y dirige el Circo “El chino filipino”. Durante el año recorre el sur de Europa actuando de payaso, salvo en invierno que visita, en solitario, los rincones más recónditos de África. Allí, lleva a los niños alegría, ilusión y camiones de comida donados por los visitantes del circo en su gira europea. Es feliz con lo que hace y nunca olvida su pasado en aquel siniestro orfanato del sur de China.
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