Foto: Pedro Anguila.
En el
concierto pensé que iba a presentar su disco “Rattle, Rattle” -financiado
en parte a través de crowdfunding- que le ha
llevado 4 largos años crearlo. Él dice que lo compuso “como una experiencia total, para escucharlo bajo la influencia de
hongos psicodélicos en un bosque cubierto de alacranes”. Sin embargo, tuvo
más protagonismo, en el concierto, su nuevo EP “Down, the
dirty roof”, que a mí, personalmente, me gusta mucha menos.
Cuando se le
pregunta si le gustan los juegos de contrastes, al pasar su música de la
experimentación y las disonancias a buscar armonías y melodías, él contesta que
todo le sale como le sale.
El concierto, que duró una hora y veinte
minutos, estuvo repleto de esos contrastes musicales. Se mostró simpático e
irónico con una sociedad en la que la agresividad, los malos modos, lo oscuro,
el rechazo, los días malos, son la tónica general. “Hay veces
que quiero dar puñetazos al mundo entero para que todos suframos por igual y
nos quedemos calladitos en nuestro sufrimiento colectivo”. Le dio tiempo a hablar de su padre, de su abuelo (pianista), de
lo dura que es la vida para un homosexual… y, sobre todo, cantó (con esa voz
que recuerda a Antony, evidenciando influencias de góspel o blues y
compositores como Tom Waits o Nick Cave) y actúo. De eso sabe mucho. Durante la presentación de
una opera en Estocolmo, salió desnudo cantando el tema principal. La sala
estaba llena, todos bebiendo champán y celebrando la inauguración del festival
(Fringe Fest). Cuando salió a escena contorneándose, también salieron los
teléfonos móviles de todos los espectadores. Hubo risas, susurros sarcásticos y
un blog que publicó la crítica del concierto, al día siguiente, hablando de un
“mexicano” que había salido a cantar desnudo y no tenía pene. Wood se defendió
“obvio, hacia frío esa noche y se me
había escondido, el pobre. El propósito de mi presentación era mostrar que
existe una forma de desnudez que no es sexy, sino aterradora”… Por suerte,
en Zamora, sólo cantó, danzó e interpretó.
La sala llena
ovacionó a Dorian Wood al finalizar cada tema interpretado. Emocionado, se
despidió de la gira española que le ha llevado por varias ciudades de la
península. Espero y deseo que vuelva pronto… y si es a Sala Berlín, mejor que
mejor.
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