martes, 2 de octubre de 2007

UTE LEMPER


Lo bueno de regresar es reencontrarte con los amigos. En este caso concreto se trata de blogeros. Después de varias semanas sin leerlos se acumula el trabajo, no sé por donde empezar. He indagado en las bitácoras de Marías, Andrea, Piedad, Orenez, Rukaegos (tengo que llamarle, brggg), Menéndez Llamazares (ha cambiado el aspecto del Blog, mejor así), Sir Jhon, el Perdedor, etc, etc. Y por supuesto mi admirada Ana Robla, única en su especie.

Precisamente me he detenido en un artículo de Ana sobre Ute Lemper. Descubrí a Lemper por medio de Michael Nyman, aunque anteriormente, creo que en el verano del 85, me abrió las puertas Win Mertens. Yo entonces estaba a caballo entre Madrid y Valladolid. Trabajaba en Madrid en plena época de la movida y, aunque tenía un trabajo estable en Soria, dediqué dos comisiones de servicio, de seis meses cada una, en la capital. Tenía una novia en Pucela, y aprovechando que descansaba todos los viernes, pasaba dos noches en Valladolid. Su padre era muy recto y muchas madrugadas, ella, tenía que dormir en su casa, lástima. Una de esas noches, después de acompañarla a su domicilio, paré en un bareto, estaba leyendo alguna cosa sobre mi trabajo y repentinamente sonó algo indescriptible. Se trataba de “Maximizing the Audience”. La música de “Maximizing” tiene una cualidad narrativa que marca la evolución de canciones instrumentales a vocales e ilustra el interés creciente hacia la voz humana. Mertens, consciente de la calidad corrupta que puede llegar a tener el lenguaje, crea la parte vocal con sonidos no semánticos que recuerdan al francés antiguo o latín. El ambiente espiritual que sugieren estas piezas es comparable a los cánticos gregorianos. “Maximizing the Audience” fue presentado por pimera vez en el Royal Albert Hall de Londres. Mertens pasó el verano de 1984 componiendo música para teatro, para la obra “The Power of Theatrical Madness”, de Jan Fabré, de gran polémica. Al día siguiente compré el LP y estuve escuchándolo durante mucho tiempo.
En las Olimpiadas de Barcelona adquirí en un establecimiento especializado Songbook y Prospero´s Books de Michael Nyman. Un amigo de Santander me dejó su habitación en Barcelona. Compartía el piso con dos polacas amigas de su novia. Nos entendíamos, muy mal, en inglés. Mientras ellas veían en televisión los resúmenes de los Juegos yo aprovechaba para relajarme con los discos de Nyman. Al final las polacas grabaron los discos y junto a varias medallas olímpicas se los llevaron a su país.
Blume, tal y como dice Ana, es muy especial, aunque mi favorita de Lemper es "The Masque" (contenida en Prospero´s Book). Realmente apasionante.

Hacía muchos años que no escuchaba estos discos, ahora los he desempolvado agradeciendo, una vez más, los consejos de Anusky. Es una suerte leerte y admirarte.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué dulce tu vuelta. Y qué placer, leer cómo ambientas cada escena, cada pequeño tesoro de la vida. Every little thing is magic... La pareja Nyman-Lemper es estremecedora, y ella logra en esas piezas un registro de voz único. Por cierto, que Harmonia Mundi acaba de reeditar la discografía cinematográfica de Nyman en un formato muy bonito. Beso siempre agradecido.

Luis López dijo...

Lo que no acaba de convencerme es el cine de Peter Greenaway. Ciertamente Nyman-Lemper es una pareja estremecedora. Intentaré conseguir en la biblio la reedición, aunque será díficil. Gracias a ti Ana por tus escritos y tu compañía.

Anónimo dijo...

El cine de Greenaway, es cierto, es un poco saciante. Demasiados juegos de espejos, tal vez, aunque visualmente es muy hermoso. Eso sí, tiene un puntito sádico que resulta gracioso, ¿no crees?, en mitad de esa puesta en escena fastuosa. Sobre todo en El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante... Un beso.

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