Ibiza fue uno de los lugares dentro del movimiento hippie internacional, como San Francisco, Amsterdam, Goa, Marrakech, Katmandú o Bali, y “Dream Songs” revisa el concepto de “libertad” que esgrimió un movimiento que duró poco más de una década y marcó la historia contemporánea. «Los hippies cuestionaron el status quo, luchando contra la opresión y la discriminación, y defendiendo la libertad personal por encima de todas las cosas. Estas cuestiones, antaño consideradas radicales, son ahora parte de nuestra vida cotidiana».
Veo en catalán el documental “Dream Songs. El último sueño hippie de Ibiza”, dirigido por Agustí Vila, una producción de Javier Pérez Santana en coproducción con TVE, Tv3 e IB3. Es de 2017 y estuvo nominado a 9 premios Goya, también se presentó en la Seminci. Una serie de hombres y mujeres viven en Ibiza del mismo modo alternativo que lo hicieron en los años setenta, totalmente aislados de la vorágine del mundo actual. Han tratado de alcanzar la libertad individual reivindicando las imposiciones del sistema capitalista y parece que lo han logrado. En un momento del film una de las protagonistas aparece hablando con su hija por videollamada, pasa de los 70 años, al igual que el resto de participantes. Su hija le recrimina que siga viviendo sola a una edad tan avanzada y ella le tranquiliza diciendo que está bien y que en caso de enfermedad tiene un buen hospital cerca de su vivienda. No tiene luz ni agua y el teléfono está a punto de quedarse sin batería, con esa excusa cuelga a su hija. En otro momento del documental compruebo que tiene cáncer, dice a la cámara, “no creo que vea el estreno de Dream Songs pero espero que tenga mucho éxito” y añade, “morir será lo más importante que haga en la vida”. El director se acerca a las personas, mayores y solas, mostrando sus sueños del pasado y sus inquietudes del futuro.
A través de ese sueño, frustrado y contradictorio, quieren que sus reliquias tengan cabida en un museo dedicado a preservar lo poco que queda del movimiento. En un momento avanzado del documental, los protagonistas visitan, para hacerse una idea de lo que es un museo, el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza (MACE). La recepcionista les indica que el perro que les acompaña no puede pasar, lo que supone el primer golpe a lo que sería su anhelado museo libre y abierto. Luego les recibe la soriana Elena Ruíz, su directora, (días antes estuve con ella y será protagonista en una próxima entrada a mi blog) y les habló de las medidas de seguridad del Museo, enseñándoles las cámaras situadas en todos los rincones, así como el control de humedad y temperatura para preservar la obra. Una vez fuera, sentados en un banco del puerto de Ibiza, comentan que no les gustan los museos.
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