jueves, 8 de mayo de 2025

LAS NEVADAS DE ENTONCES


No cabe duda de que los inviernos no son como lo eran antes, el cambio climático  se debe a causas naturales y, sobre todo, a la acción del hombre y se produce sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc. y es el mayor enemigo por la menor disponibilidad de agua y, por tanto, menor rendimiento de los cultivos, aumento del riesgo de sequías, pérdida de biodiversidad, incendios forestales y olas de calor.
Recuerdo cuando llegué a Soria, en 1978, las grandes nevadas que caían durante los inviernos, la nieve y el hielo duraban semanas en las calles. Recuerdo de ir a trabajar con 16-18 grados bajo cero y tardar en atravesar el tramo que separaba mi trabajo de mi casa demasiado tiempo debido a que caminaba sobre el hielo. Desde hace medio año ya no vivo en Soria y añoro aquellos tiempos en los que la juventud daba sentido a la vida. Ahora son otros tiempos, el paisaje ha cambiado y los objetivos son  muy diferentes.

"Cuando sales del cine todo vuelve a la realidad. Te has pasado casi dos horas atendiendo una historia que alguien te cuenta e, inconscientemente, te metes en el pellejo de los protagonistas y su situación. Hay veces que te sientes cercano a lo que sucede, otras no tanto. Ayer vi una película basada en un best seller. Por suerte no había leído el libro. No me produjo una especial atracción, ya me lo habían advertido pero, al menos, estuve entretenido. Uno de los atractivos del séptimo arte es que puede servirte para desconectar por algunos momentos de tus circunstancias personales, aunque la película no sea una obra maestra.

Afuera hacía un frío polar. Los apenas trescientos metros que separaban “El Palacio de la Audiencia” de mi coche se me hicieron eternos. Cuando arranqué el termómetro interior marcaba tres grados bajo cero. Eran las doce de la noche. No había casi nadie por la calle y los pocos caminantes se dirigían apresuradamente a sus domicilios, embutidos en sus abrigos y con las solapas levantadas para protegerse el cuello.
Al llegar a casa agradecí la calidez que me aguardaba. A los pocos minutos comenzó a nevar con fuerza, los copos de gran tamaño cubrieron la calle de blanco. Al día siguiente intentaría capturar alguna fotografía de la ciudad recién cubierta. Era la primera nevada de la temporada.

Los dos grandes registradores del frío en Soria son: el niño de la fuente de “La Dehesa” –atacado constantemente por los gamberros- y el Duero. El niño apareció esta mañana con un gran pedestal de hielo en uno de sus laterales, aunque seguía vertiendo agua. El río Duero, a su paso por la ciudad, permanecía con una capa considerable de nieve y hielo e incluso en algunos tramos se puede andar por encima emulando a Jesús. Grandes pedruscos, lanzados por los paseantes, permanecían flotando encima de la blanca concentración gélida.

Remedando a Raquel de Madison hice algunas fotos que acompañan ahora mi texto: unos barcos abandonados, el apacible Paseo de los Gitanos y el Duero cubierto por un manto blanco. Los ciclos continúan y hay que aclimatarse a lo que corresponde a cada momento, no queda más remedio. Ahora frío y bellas estampas. Irremediablemente es invierno y echo en falta aquellas lejanas jornadas tripulando un expeditivo catamarán en el caluroso verano.

Todo el mundo está animado por las primeras nieves. Disfrutaré mientras duré deseando quitarme cuanto antes todas las prendas de abrigo que atrofian mis movimientos. El verano debe esperar. Por ahora todo se ha teñido de blanco".

18 de diciembre de 2007

No hay comentarios:

AUTOCARAVANAS

  Hoy de nuevo salí a caminar por Peñíscola, lo hice por la ruta que suelo hacer en invierno, algo más larga. Sin embargo, al contrario de l...