domingo, 15 de junio de 2025

SE NOS VA LA OLLA



Delante de mi urbanización tenemos una salida a la playa con una pasarela de madera. Este año se ha instalado, por licitación municipal,  un servicio de alquiler de hamacas y parasoles situadas en primera linea de playa, perjudicando a los vecinos de nuestra zona, que tienen que instalarse en la playa más alejados que de costumbre. Hasta ahí todo normal.

Este mediodía me estaba bañando y al salir vi que a esa zona de tumbonas, adjudicadas a una empresa por concurso y que controla un árabe para su cobro y disposición,  llegaban un guardia civil y un policía municipal. Estaba algo lejos y comentamos, los amigos que nos solemos juntar en la playa, que sería por algún individuo que no quería pagar el importe correspondiente a su tumbona o parasol. No le dimos más importancia al suceso. Sin embargo, cuando después del baño en el mar me dispuse a tomar otro en la piscina y esperaba mi turno para ducharme antes de entrar al agua, el vecino que salía de la ducha, al que conozco, me informo de lo ocurrido en la zona de tumbonas. Yo llevo en la urbanización 6 semanas y he visto montar la zona de sombrillas y hamacas, pero a mi vecino R., recién llegado, no se le ha ocurrido otra cosa que tomar posesión de esa zona reservada para los clientes y apostarse con su hamaca particular debajo de uno de los parasoles. Según su exposición, yo estaba alucinado, “vino el moro y me dijo que tenía que pagar, entonces cogí una piedra grande y le amenacé con ella, gritándole ´morito´, si te acercas te abro el craneo…” No me lo podía creer, ese vecino es conflictivo en las reuniones de la comunidad de propietarios, pero de eso a amenazar de esa manera y ser tan intolerante y racista con un trabajador que defendía su negocio, no era de recibo. Cuando nos acercábamos a la piscina me dijo que se arrepentía, me pareció buena señal, pero el daño estaba hecho.

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