De repente, se han ido muchas cosas,
muchas. Entre otras, el frío. Ese intenso frío que congeló el río,
una vez más. El fin de semana, relajado y sin viajar, he hecho una
visita al Duero para plasmar la realidad que, pocos días atrás,
sólo podía ver desde la altura. Por supuesto, Bon Iver, compañero
en la soledad más absoluta, quiso acompañarme.
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2 comentarios:
Uf....
Bon Iver
lo compartimos.
no estas solo;te tienes a ti mismo para empezar,y tienes a la gente que leemos tu blog, tienes a aquellas personas que sin ellas saberlo te ofrecen una mirada o una sonrisa reconfortante. Tienes el Duero, tienes la música; tienes tus palabras y tu sentir, es imposible estar solo con tantos sentimientos
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