Lo
primero que hice al levantarme fue contestar un correo de mi cuñada Malo. El
otro día, comiendo en un restaurante zamorano, hablábamos de Nueva York, ciudad
que ella ha visitado en numerosas ocasiones con sus alumnos de inglés. Me
sorprendió que dijera que la isla de Manhattan tiene una extensión similar a la
de Mallorca. ¿Te referirás a Palma, supongo?, dije yo. No, no, me refiero a
toda la isla. Al día siguiente le envíe un mail con las superficies en
kilómetros cuadrados de Manhattan, Nueva York, Palma y Mallorca. Manhattan es
menor en extensión que el municipio de Palma y muchísimo menor que Mallorca
(Nueva York- 790; Manhattan-60; Palma- 206 y Mallorca-3640). En el correo me daba las gracias y me decía que así se
lo dijeron a ella y siempre había utilizado esa información sin contrastarla.
No obstante, la isla de Manhattan tiene una superficie de casi el doble que la
ciudad de Santander, con una extensión de 21,5 kilómetros de largo por 3,7 de
ancho.
La lectura de un libro me ha trasladado a la época que me tocó vivir en tiempos del dictador Franco. Todo ha surgido cuando se describía, en un capitulo de la novela, un mantel de plástico decorado con el mapa de España de entonces. ¡Qué recuerdos! La geografía de España durante esos años era algo distinta a como es ahora. La actual Castilla y León estaba dividida es dos regiones; por un lado, Burgos, Soria, Segovia, Ávila,Valladolid y Palencia, acompañadas por las actuales autonomías de Cantabria y La Rioja (esta división se denominaba Castilla la Vieja), y por otro lado estaba León. Esta región la componían León, Zamora y Salamanca. Castilla la Nueva estaba formada por las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y la actual Comunidad de Madrid. Murcia era Albacete y la provincia de Murcia. El País Vasco se denominaba Vascongadas. El resto de las comunidades autónomas tenían la misma distribución que en la actualidad. Recuerdo que contando 14 o 15 años teníamos, en mi i
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