Fotografía: Asociación Empatía
La asociación EMPATÍA promueve una sociedad justa y equitativa que incluya a los animales en su círculo de consideración moral y que vele por el respeto a la naturaleza. Una sociedad cuyos integrantes asuman su responsabilidad individual y cuyas instituciones actúen en armonía con las demandas de la ciudadanía.
Por el diario Público he conocido la historia de “Pepa y Javi”.
La cierva Pepa apareció un día en el pequeño pueblo de La Vecilla (León). No se conoce de dónde vino, simplemente se acercó a los vecinos, en concreto a Javier. Desde ese momento no se separó de él y la acogió en su finca, donde pasó a convivir con otras cuatro ovejas. Le sigue a todas partes, confía en él, busca su compañía. Nadie la retiene, fue Pepa quien decidió quedarse.
Pepa es una cierva mansa, habituada a la presencia humana, que no causa daño ni problemas a nadie.
Al enterarse de la situación, las autoridades han decidido llevarse a Pepa y sancionar a Javier, sin ofrecer alternativas que tengan en cuenta la singularidad de este caso.
La asociación EMPATÍA pide que se estudie la posibilidad de regularizar la situación de Javier, para que Pepa pueda seguir viviendo con él, la persona a la que ella misma ha elegido, siempre bajo las condiciones y garantías que contempla la ley.
Si esta opción no fuera aceptada, el Santuario Vegan (proporciona un refugio seguro para los animales maltratados y abandonados) se ha comprometido a acoger a Pepa como alternativa, asegurando su bienestar, atención veterinaria y un entorno seguro. Pero debe quedar claro: esta es la segunda opción, no la primera.
Lo que no es aceptable es que se lleven a Pepa a una reserva cinegética o a una finca de caza. Por su comportamiento confiado y cercano a las personas, eso supondría poner su vida en el punto de mira de las escopetas de los cazadores.
Para intentar que la historia de Pepa y Javi tenga un final feliz se puede firmar en https://asociacionempatia.es

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