lunes, 16 de junio de 2025

VISITAS AL BLOG




Estoy impresionado por los datos estadísticos de mi blog las últimas semanas, han aumentado de manera significativa. Sin embargo, hay numerosas visitas de países como Singapur o Hong Kong, algo raro ya que, aunque las entradas se pueden traducir en el blog al chino o el malayo, no veo lógica de tantas visitas para un contenido que no parece importante para un público asiático. Para analizar más el tema busqué en Internet todo lo referente a las estadísticas y me encontré con la siguiente pregunta en el foro de Blogger.


-Estadísticas con visitas  de países asiáticos

“Durante todo el mes de junio estoy viendo como en mi blog hay un crecimiento (no real) de visitas. La mayoría entiendo que son bots y enlaces spam de Singapur o Estados Unidos. Me da miedo que Blogger cierre mi blog pensando que es spam malicioso o bloquee las visitas reales. ¿Hay alguna forma de evitar estas visitas indeseadas? Sé que no son reales porque mi contenido no está en inglés ni es de interés en países tan lejanos. Hay días que incluso triplican el número de visitas españolas, que son las que yo cuento como auténticas. Creo que tanto click masivo puede repercutir en la visibilidad de mi blog en buscadores. ¿Cómo se puede desde Google parar esta situación y que no haya tantas visitas spam? ”


-Respuesta de otro participante en el foro.

“Eso que comentas no es motivo de preocupación, generalmente son bots que se registran en las estadísticas con el objetivo de conseguir ellos visitas, lo mejor que se puede hacer es no seguir el enlace porque entraríamos en su sitio y ya habrían conseguido la visita.”


Para que se hagan una idea de lo que comento lo normal es que mis visitas diarias sean de una media de doscientas. Durante el mes de junio se multiplicaron por cinco, alrededor de mil visitas por día. Y no me miedo lo que comenta el usuario del foro sobre bloqueo y esas cosas, lo dejaré estar y continuaré pensando que mis visitas son doscientas al día, me doy por satisfecho.

domingo, 15 de junio de 2025

SE NOS VA LA OLLA



Delante de mi urbanización tenemos una salida a la playa con una pasarela de madera. Este año se ha instalado, por licitación municipal,  un servicio de alquiler de hamacas y parasoles situadas en primera linea de playa, perjudicando a los vecinos de nuestra zona, que tienen que instalarse en la playa más alejados que de costumbre. Hasta ahí todo normal.

Este mediodía me estaba bañando y al salir vi que a esa zona de tumbonas, adjudicadas a una empresa por concurso y que controla un árabe para su cobro y disposición,  llegaban un guardia civil y un policía municipal. Estaba algo lejos y comentamos, los amigos que nos solemos juntar en la playa, que sería por algún individuo que no quería pagar el importe correspondiente a su tumbona o parasol. No le dimos más importancia al suceso. Sin embargo, cuando después del baño en el mar me dispuse a tomar otro en la piscina y esperaba mi turno para ducharme antes de entrar al agua, el vecino que salía de la ducha, al que conozco, me informo de lo ocurrido en la zona de tumbonas. Yo llevo en la urbanización 6 semanas y he visto montar la zona de sombrillas y hamacas, pero a mi vecino R., recién llegado, no se le ha ocurrido otra cosa que tomar posesión de esa zona reservada para los clientes y apostarse con su hamaca particular debajo de uno de los parasoles. Según su exposición, yo estaba alucinado, “vino el moro y me dijo que tenía que pagar, entonces cogí una piedra grande y le amenacé con ella, gritándole ´morito´, si te acercas te abro el craneo…” No me lo podía creer, ese vecino es conflictivo en las reuniones de la comunidad de propietarios, pero de eso a amenazar de esa manera y ser tan intolerante y racista con un trabajador que defendía su negocio, no era de recibo. Cuando nos acercábamos a la piscina me dijo que se arrepentía, me pareció buena señal, pero el daño estaba hecho.

jueves, 12 de junio de 2025

DÍAS PLÁCIDOS ESPERANDO LA MARABUNTA


El Diccionario de la lengua española define marabunta como 'conjunto de gente alborotada y tumultuosa', a semejanza de lo que ocurre con la hormiga marabunta, que se caracteriza por incursiones feroces y muy numerosas.



Los días pasan plácidos, el mar me compaña siempre, su murmullo, un ruido blanco (leo en la vista creada por la IA) porque es un sonido continuo y no tiene fluctuaciones marcadas, puede ayudar a calmar la mente y el cuerpo. Y, así es, justo la definición de esa inteligencia artificial que absorbe  la otra inteligencia, la nuestra, que difiere mucho con la artificial al establecerse en los humanos un cociente intelectual que nos separa a unos y otros en inteligencia.


La temperatura en Peñíscola ahora es de 27 grados (con sensación térmica de 29 grados) y una humedad del 62% y escribo en el salón de mi apartamento, viendo desde aquí el mar de un verde aguamarina, posiblemente por la concentración de fitoplancton y la transparencia del agua debido a los rayos del sol que alcanzan su profundidad. Pero no todo puede ser placentero, siempre hay algo que no encaja en el momento, hay ruidos procedentes de la pavimentación de una calle cercana, esos molestos pitidos que se producen cuando un vehículo da marcha atrás, sonidos procedentes de maquinaria que remueve el alquitrán, golpes de material cargando. Cierro la puerta de la terraza y abro la ventana de la cocina que da a un patio de luces, pongo música relajante, Bossa Nova, activo el ventilador y qué diferencia. Los ruidos son algo que acompañan nuestro día a día, cada vez los soporto menos. De hecho, a finales de junio, cuando los escolares llegan con sus padres, todos ellos especialmente asilvestrados, abandono el que ha sido mi refugio muchos días de invierno y en los meses de mayo y junio. Me voy, no lo puedo aguantar, gritos histéricos, no respeto de normas básicas, turistificación, golpes, corrimientos de muebles, falta de respeto y educación. Abandono para regresar en mejores momentos, en septiembre y octubre, para disfrutar de la paz y tranquilidad que produce que todos esos elementos se hayan ido a sus casas de Madrid, Aragón, Cataluña, País Vasco…



lunes, 9 de junio de 2025

MERCADO DE VINARÒS


Mercat de Vinaròs



                                                                        Croquellanas



El mercado de Vinaròs, construido en 1928, es el punto de encuentro predilecto de locales y turistas amantes de los auténticos productos gastronómicos del municipio. Frutas, hortalizas y pescados frescos de kilómetro 0, así como el célebre langostino de Vinaròs, entre otros productos, son comercializados a diario en este edificio de gran valor arquitectónico. El Mercado, de planta basilical, presenta las características propias de la arquitectura de comienzo del siglo XX. Su estructura está formada por vigas de celosía de hierro sobre ligeras y elegantes columnas de fundición con capiteles decorados con motivos vegetales geométricos. Todo ello conforma un espacio amplio y luminoso, testigo de un formidable ambiente y de una intensa actividad comercial durante todo el año.

Además, dispone de un lugar de encuentro para que puedas saborear tranquilamente las tapas que ofrecen los bares del mercado en un espacio moderno y vintage, habilitado para el visitante, donde podrás degustar in situ una ración de langostinos frescos. (Turismo Vinaròs).

 

Es todo un privilegio visitarlo, puesto por puesto, comprar los productos para llevarte a casa, o bien degustarlos en el propio mercado, con una temperatura ideal y grandes profesionales al frente de los puestos o “paradas” del mercado de abastos . El otro día estuvimos cenando con unos amigos. Compramos casi un kilo de langostinos recién pescados (producto gastronómico muy apreciado y emblemático de la ciudad, conocidos por su sabor delicado y su textura tierna. Son considerados de alta calidad y se distinguen por su tamaño, que puede llegar a los 20 centímetros en los ejemplares grandes, además de un grosor considerable), compramos los más grandes, había de tres pesos y nos costaron 30 euros, también, en otra parada compramos ocho “croquellanas”, croquetas de Morella que tienen una característica que las hace especiales y diferentes a las demás: su forma triangular. Las comimos de dos sabores: de jamón y alcachofa y de carne. Visualmente se parecen más a una empanadilla y, de hecho, hay comensales que las definen como tal, pero para los morellanos son croquetas. Para postre, compramos en otra parada una cuña de queso de Catí. Comida típica castellonense cocinada en el bar del mercado, donde nos sentamos a degustar los productos acompañados de vino y cervezas. Salimos a 20 € por persona, todo un lujo. Pronto volveré, merece la pena y compras en el comercio de proximidad.

sábado, 7 de junio de 2025

QUISIERA SER UN PEZ (2)



"Como todos los domingos que estoy en casa (eso no ocurre a menudo) me gusta madrugar e ir a comprar el periódico y el pan. Estuve durante quince años levantándome demasiado temprano, los fines de semana, para ir a entrenar a un grupo de jóvenes, o bien viajando con ellos para participar en competiciones regionales o nacionales. Cuando lo dejé lo que más me gustaba era sentarme a devorar tranquilamente el periódico mientras escuchaba de fondo música clásica a poco volumen. Ahora, cuando consigo estar en casa un fin de semana sigo haciendo lo mismo, siempre comienzo este pequeño ritual leyendo la columna de Manuel Vicent, para mí uno de los mejores en este género, ahora mismo acabo de leer su última crónica mientras escucho de fondo el Adagio para cuerdas de Samuel Barber, trata del último atentado de ETA en Madrid y de nuestros políticos (no recuerdo quién dijo que la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos).

Ha acabado la Navidad y un cartel de la gasolinera donde compro la prensa y el pan, sé que es curioso comprar pan y periódicos en una gasolinera, pero la cosa es así de surrealista en los últimos años, rezaba: “Navidad es regalar”. Como decía más arriba las fiestas del consumismo afortunadamente han terminado, pero todavía quedan esos coletazos en forma de reclamos de tan poco gusto a estas alturas. Leía hace unos días que España es uno de los países que más dinero gasta en esas fechas, incluso por delante de Estados Unidos, y quiero pensar que se trata de una vorágine despiadada que irá incrementándose año tras año. Sería de suponer que se gasta para pasarlo mejor, para hacernos querer más, para que nuestros hijos tengan lo último en juguetes y en informática, pero no es así, todo sigue más o menos igual y nos vamos convirtiendo en marionetas manejadas por el consumo y sus distribuidores mejor aleccionados para sacarnos nuestros últimos cuartos.

La víspera de Reyes, por cierto, alguien me envió un mensaje en el que me decía: “Qué este nuevo año se cumplan tus sueños”. Me hizo gracia, a veces decimos o escribimos cosas para quedar bien y que suenen lo mejor posible, pero, curiosamente, esta noche uno de mis sueños se cumplió. Soñé que era un pez, puedo decir que ha sido uno de mis mejores experiencias, me encontraba confortablemente sumergido con una calidez que nunca antes había sentido, las luces del fondo del mar eran apasionantes, las texturas eran distintas a todo lo conocido, no existía peligro alguno y eso que yo era un pez pequeñito. Cuando desperté, traté de continuar sumergido en mi sueño, llené la bañera con agua bien calentita e hice una inmersión tranquila. Ciertamente no era igual estar en la bañera que en el fondo de un cálido mar pero al menos sirvió para tener la sensación de bienestar que no podría encontrar en otro lugar.

Cómo se puede comprobar mis sueños son sencillos, ser un pez no cuesta mucho, tan solo se necesita cierta dosis de mentalización y un poco de suerte, aunque mis sueños más esperanzadores no se diferencian demasiado con los del resto del universo: paz, que nadie pase hambre en el mundo y que los que tenemos la suerte de disponer de bienestar económico, de vivir en el primer mundo, tengamos la sensatez de no malgastar nuestro dinero en lo que se les ocurre a los demás que debemos gastarlo. Deberíamos concienciar a nuestros hijos, a las próximas generaciones, a esos políticos en cuyas manos está algo tan importante como la política, que debemos trabajar hombro con hombro para intentar que no existan los desequilibrios que ahora, desgraciadamente, existen y abandonar esos malos hábitos de consumo que no hacen sino ir degenerando y deteriorando al ser humano.

No creo que se cumplan mis sueños para este año pero me agradará recibir otro mensaje semejante el año próximo, no cuesta nada y una sonrisa iluminará de nuevo mi cara esperando tener el mismo sueño que el que he tenido este año".

7 de enero de 2007

viernes, 6 de junio de 2025

DÍAS DE BALNEARIO


Desde que me jubilé, anticipadamente, disfruto de lo que yo llamo “Días de balneario".  Más que días son semanas, entre cinco y siete, dependiendo de otras responsabilidades, durante los meses de mayo y junio, y otras tantas semanas distribuidas entre septiembre y octubre, que disfruto en Peñíscola. Evitando así los meses de julio y agosto, con ese trasiego multitudinario que genera  ruido, contaminación y congestión. 

En esos “Días de balneario” soy feliz con una rutina muchas veces reventada por amigos con los que comparto otros espacios menos habituales y repetitivos. Normalmente madrugo, entre las 7:00 y 7:20 horas, para caminar por la playa durante hora y media, luego hago ejercicio físico durante otra hora y me relajo leyendo al sol alrededor de dos horas, intercalando la lectura con baños en el mar, que por cierto está ahora a una temperatura de 23,5 grados (tal vez mi temperatura favorita para disfrutar del baño). Después visita a la piscina para hacer unos “largos” y comida con siesta de 20´. 

Cuando estoy tendido en mi silla leyendo hay un momento especial. Estoy junto a cuatro o seis amigos-vecinos de urbanización, todos relajados tomando el sol, y a lo lejos, repentinamente, se escucha la voz de una persona entonando el "ho ho ho”, la risa característica de Papá Noel, utilizada para representar la alegría y el buen humor que trae consigo la Navidad. Y tras el “ho, ho, ho” aparece Ángel, el vasco de Ricla, un jubilado entrañable, de apellido euskaldún, que vive en un barrio de Zaragoza donde ejerce de tesorero en una asociación de Séniors y que en Navidad  se disfraza de Papa Nöel para regocijo de los niños. De mis seis amigos, cuatro son vascos. Viene todos los días a visitarnos y cuando llega se presenta con un “egu non”, “eskerrik asco” y “agur”, todos nos agrupamos a su alrededor para escucharlo, sus chascarrillos y sentido del humor son dignos de admiración, rompe nuestra rutina alegrándonos y emitiendo todos los presentes grandes carcajadas. No está con nosotros más de diez minutos, pero es una tregua temporal impagable. Ángel se sitúa en la playa a escasos diez minutos andando de dónde nos encontramos nosotros y siempre que paseo por su zona le saludo y charlamos un rato. Hoy me dijo que esperaba a su hija que llegaba de Zaragoza y mañana a su hijo, para junto a su mujer celebrarlo en un restaurante de la zona con lo que él denomina “la gran mariscada”. 

Hay otros personajes peculiares por la playa, tal vez en otra ocasión hable de alguno de ellos, pero Ángel, una persona de unos 78 años, es optimista ante la vida, alegre y  te trasmite una vanguardia vital extraordinaria. Seguiré disfrutándolo hasta el día 20 que regresa a su domicilio maño.  

jueves, 5 de junio de 2025

LA MAYA, ALCOSSEBRE.

 


Ayer por la tarde estuve con unos amigos en Alcossebre, localidad cercana a Peñíscola (30 km). Es una pequeña población que consta de diez kilómetros de costa repartidos en cinco playas y diversas calas vírgenes, con una población en invierno que no llega a los 2000 habitantes. Se encuentra en la Costa del Azahar lindando con los términos municipales de Peñíscola (al norte) y Torreblanca (al sur). Además de contar con la zona costera, se caracteriza por disponer de diversos miradores que ofrecen las montañas pertenecientes al paraje natural de la Sierra de Irta.

Antes de tener segunda vivienda en Peñíscola visitaba con regularidad Alcossebre. Soy asiduo desde antes de 1990. Por entonces unos compañeros de bádminton visitaron la población y me convencieron para que la visitara. Estuvieron en un camping de alemanes, recomendado por ARAG Alemania, similar de RACE en España. Visitamos el camping "Playa Tropicana" en junio del año siguiente aconsejado por  mis amigos ¿1989? Situado en primera línea de playa , rodeado de un entorno tranquilo, lejos del ruido de la ciudad. Estábamos trabajando con mucha tensión y esa opción nos venía de lujo para descansar y recuperarnos. Nos fue tan bien que durante varios años (alrededor de 10 años consecutivos), siempre coincidiendo con las fiestas de San Juan de Soria, pernoctábamos en el camping durante 6 noches cada finales de junio. En cada estancia visitábamos una jornada Peñíscola, íbamos después de comer, paseábamos por la ciudad y cenábamos en algún restaurante pescado recién cogido.

Llevo en Peñíscola desde el 2001 y ahora devolvemos visita a Alcocebre casi siempre que podemos, suele coincidir en martes ya que se celebra un mercadillo con numerosos puestos de ropa, fruta, verdura y esa clase de productos que venden en ese tipo de bazares al aire libre. A veces compramos fruta, pero, soobre todo, nos gusta pasear por su paseo maritimo. Luego hacemos cola en "La Maya", lugar emblemático de tapas y raciones con vistas al mar. En invierno y en verano siempre hay una hilera de personas apoyadas en la barandilla que separa el paseo de la playa. Siempre hay que esperar para sentarse en una mesa. Luego nos gusta pedir sepia ("enterita"), mejillones, gambas al ajillo, boquerones en vinagre o fritos, croquetas... la carta es muy larga. Y, aunque se ha subido, como todo, el precio sigue siendo bueno.

Mis amigos de Santurce no conocían "La Maya" y quedaron encantados. Y, para incrementar la calidad, la situación y demás, nos atendió un camarero que creo que se llama David. Realmente no sé cómo se llama, pero acabo de leer la última reseña de Google del restaurante y dice -"quiero destacar especialmente la atención de David, un camarero muy joven que lleva poco tiempo en el equipo (desde Semana Santa, según me contó). Me sorprendió su empatía, amabilidad y profesionalidad — cualidades que no siempre se encuentran en alguien que está empezando. David nos atendió con una sonrisa constante, atento a cada detalle sin ser invasivo, y con una actitud impecable. Se nota que le gusta su trabajo y que tiene muchas ganas de hacerlo bien. Creo sinceramente que personas así suman muchísimo al equipo y al espíritu del bar. ¡Ojalá le den la oportunidad de quedarse mucho tiempo más!".







VISITAS AL BLOG

Estoy impresionado por los datos estadísticos de mi blog las últimas semanas, han aumentado de manera significativa. Sin embargo, hay numero...