El Gallo Maurice y su dueña Corrine
Es curioso, mientras el Parlamento francés ha aprobado una proposición de ley para proteger el “patrimonio sensorial” , a petición del diputado Pierre Morel, basándose en que ciertos ruidos y olores forman parte de lo tradicional de un territorio y son imprescindibles para su equilibrio y desarrollo económico, una pareja de Paris, que tiene una segunda residencia en L´ille de Saint Pierre d´Oléron, una isla en la costa atlántica francesa, denunció a la dueña del gallo Maurice por las molestias que ocasionaba su canto durante la madrugada, comienza a las 4:30 de la mañana y continúa toda la mañana hasta bien entrada la tarde, según la denunciante. Y la justicia dio la razón a los propietarios del gallo imponiendo a los querellantes, en concepto de daños y perjuicios, sin posibilidad de recurso, el pago de mil euros.
La polémica también se traslada al repique de campanas de las iglesias para que la población religiosa acuda a los cultos. Ante los contenciosos existentes la ley aporta a los dirigentes locales poder para actuar. El problema también se acusa en la presencia de vacas en los pueblos y el ruido de las cigarras… pero al formar parte de dicha regulación del “patrimonio sensorial” tanto el canto del gallo, las campanadas, los cantos de cigarras y los efluvios de los establos estarán protegidos y regulados.
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