lunes, 16 de julio de 2007

LA CÁLIDA NOCHE SE ECHA ENCIMA

La cálida noche se echa encima mientras unos acordes de jazz inundan mi habitación. Recuerdo momentos intensos, alborotados, alegres, placenteros. Recuerdo instantes hermosos y algo arde en mi interior. ¿Amor?, ¿pasión?, ¿tristeza?, ¿todo junto? Intento memorizar situaciones, alterar imágenes, sustituir encontradas emociones. Compruebo instantáneas, entrelazadas situaciones, pasados acordes. La situación se apodera de mi y pienso de manera incongruente en la más áspera delicadeza. Asocio clichés inconclusos, situaciones inversas. La música sigue sonando. Mientras tanto yo me sumerjo en aquellos manantiales de pasión que me prestaste. Algo inunda mi interior y necesito desfigurar la realidad para contemplarte con ternura (tan lejos). La música termina y yo me disuelvo con ella naturalmente. En la realidad, como en la vida, todo acaba de manera inconclusa y… sutilmente. Todo es real y a la vez incoherente.

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