Quería
escribir algo acerca de la velocidad con que pasa el tiempo y,
sumergido en un último disco que he conseguido de Archive, concretamente un
directo en París del año 2002 (cómo pasa el tiempo), se me ha ido el “alma” al
cielo, digo el santo.
Intento
recordar pero resulta imposible. Hay varias cosas que pueden resultar “escudos”
para hacerlo. En primer lugar, todo ese compendio de cosas que acompañan a la
Navidad; en segundo lugar, el cansancio que me ha producido una sesión matinal
de “strider” en el gimnasio; y en tercer lugar, tal vez no la última, un vino
Rioja que me regaló hace años mi madre (que no se entere, por favor) y que he
abierto por mera confusión. Habría que explicar lo concerniente al vino.
Resulta que en una de mis visitas, casi sorpresa, a Santander, a mi casa
familiar, mi madre se empeñó en que me llevara un vino Rioja del 84, tengo fama
en la familia de conocer el vino. El caso es que reposaba desde entonces, hará
seis años, en mi curiosa bodega casera. Hoy, preparando unas peras al vino para
Nochebuena, confundí la botella con otras que compré a un impresentable. El
impresentable regentaba uno de los restaurantes más conocidos de Zamora y tuvo
que cerrar por motivos que no vienen al caso. Luego abrió una especie de
vinoteca cerca de la casa de mi familia y vendía en lotes vino de grandes
marcas y añadas. Hablando con un amigo me indicó que los vinos salían muy bien,
así que compré un lote de seis botellas, con el resultado de que ninguna de
ellas resultó aconsejable para el consumo. Confundí la botella de mi madre con
una de esas que acabo de comentar. Al abrirla, dije: -No es posible, por fin ha
salido una botella, del fulano de tal, buena. Bebí una copa disfrutando
gratamente del vino, Rioja del 84.
Estaba en ello cuando caí, -mierda, es la botella de mi madre,
oingggggggg. A pesar de ello y después de saborear una segunda copa, todo el
vino se derramó encima de las malditas peras. Así que mi postre de Nochebuena,
en casa de mi cuñada Maloti, será “Peras al vino de Rioja, reserva del 84”. El
vino me ha pegado, no puedo negarlo, pero es como estar flotando en una nube de
placer, descansando del Strider y viajando con uno de mis grupos favoritos:
Archive.
Feliz Navidad, amig@s.
1 comentario:
Creo que las peras también estarán contentas:),
pena que no puedan hablar: )
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