Me hizo ilusión, durante el viaje a Potes desde Santander, pasear por San Vicente de la Barquera. La marea estaba baja y disfrutamos con las vistas. Subimos al castillo y regresamos al parking de al lado del puente donde teníamos aparcado nuestro coche. Continuamos viaje desviándonos a Pechón para disfrutar de Tina Menor y Tina Mayor, estuario situado entre Cantabria y Asturias, donde desemboca el río Deva al mar Cantábrico. Luego vino el calvario del desfiladero de La Hermida. Las obras para ampliar la calzada comenzaron en junio de 2022 y la previsión es que estén acabadas para el verano de 2026, difícil tarea por lo comprobado en el trayecto. Actualmente, las máquinas están trabajando en cinco puntos en el entorno de Cicera, la Hermida y Urdón en la provincia de Cantabria, y en Estragüeña y Puentelles, en el Principado de Asturias. Los cortes de tráfico pueden llegar a la media hora. Previamente al acondicionamiento de los tramos, medidas de protección consistentes en pantallas dinámicas que protegen de las caídas de piedras de la ladera ya están finalizadas. Otra de las soluciones técnicas para ampliar la calzada han sido los voladizos sobre el Deva. Ciertamente es necesaria la obra y hay que tener resignación.
En el pueblo de La Hermida nos desviamos para visitar Bejes. Después de una subida muy “pindía” llegamos a la parte alta del pueblo, con calles serpenteantes y estrechas, se divide en dos barrios, La Quintana y La Aldea, y muestra una atractiva fisonomía por la belleza natural del entorno. Tomamos algo en el bar y charlamos con el chico que lo lleva y con su madre. Hablamos de una familia que conocemos del pueblo ya que su hija fue alumna nuestra en Soria. Luego con una madre joven y su hijo todavía no escolarizado. Ascendimos a lo más alto de Bejes y vivimos un episodio digno de la España más profunda.
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